El champán es sinónimo de riqueza y lujo. Una botella de champán cuesta normalmente el doble que una de prosseco o cava. El precio de una botella medianamente decente puede costar a partir de 50 euros y el precio se ensarta hasta los más exclusivos de 1.000 euros la botella. Qué hace que el champán sea tan caro?
Su nombre incluso se usa como sinónimo de vino espumoso, pero el champán sólo es champán si está producido en la región francesa de la Champaña. A unos 150 kilómetros al este de París está esta tierra, altamente protegida, que acoge las bodegas, productores y cultivadors de champán más caros como Dom Pérignon, Mum, Ruinart, Louis Roederer, Moët & Chandon, Veuve Clicquot, Bollinger, Billecart-Salmon, Krug o Perrier Jouët. Todos los vinos espumosos hechos fuera de esta región de Francia tienen que ir etiquetados de otro modo, no se les puede denominar champán.
En la Champaña trabajan unos 15.000 agricultores que venden el kilo de uva a seis euros el kilo
La zona ocupa 33.000 hectáreas, y es una de las tierras con el precio del terreno más caro. Una hectárea de esta región francesa cuesta, como mínimo, 1 millón de euros y puede llegar a costar hasta 4 millones.
El 80% del suelo se dedica a la producción de uva chardonnay, pinot noir y pinot meunier. Y de cada hectárea salen de media unos 10.500 kilogramos cada vendimia. En la Champaña trabajan unos 15.000 agricultores que venden el kilo de uva a seis euros el kilo. Si hacemos números, por cada hectárea, el viticultor ingresa unos 63.000 euros. Unas cifras astronómicamente alejadas del que pasa en Catalunya y España con el cava, donde este último año el kilo se ha pagado a 30 céntimos de euro.
El respeto al viticultor en esta denominación de orígen proviene de la révolte des vignerons, en 1911. Los agricultores se rebelaron contra la decisión de los compradores de adquirir uva para hacer el vino base en Argelia y Marruecos. Incluso intervino el ejército y fue entonces cuando los grandes productores y los agricultores se sentaron a negociar. De entonces acá, las grandes casas entienden que el valor de su producto es el que se cultiva en aquella tierra.
La región produce anualmente 300 millones de botellas del más universal de todos los vinos y el más glamuroso. Las grandes empresas del sector facturan más de 4.500 millones de euros al año. Y las ventas no han parado de crecer desde mediados del siglo pasado.
Una DO de verdad
La región de la Champaña cuenta con unas características propias singulares, sobre todo geográficas y climáticas, dado que se encuentra más al norte que la mayoría de regiones productoras de vino o espumosos. Además, la orografía de la región hace que las viñas tengan buen sol y el agua no se quede estancada cuando llueve. La composición del suelo también ayuda, mayoritariamente de arcilla y pizarra.
También el proceso de producción que ha estado perfilado y mejorado con los siglos: una primera fermentación en tinas metálicas y una segunda en la botella. Un método restringido y vigilado por la Unión Europea que busca imitaciones y las lucha legalmente a escala internacional para defender la marca Champán.
La uva se cosecha en el pico de su maduración y en la vendimia trabajan más de 120.000 trabajadores cada año. Y todo a mano, porque está prohibido hacerlo con máquinas por ley. Ua vez cosechadas, cada grano de uva se selecciona según su calidad.
El año 2015, la casa de subastas Sotherby's vendió una botella de champán Krug del año 1915 por 116.375 dólares
Las grandes casas del champán innovaron con nuevas botellas y tapones más resistentes, creando la industria de esta bebida. Durante la segunda guerra mundial, el 40% de las viñas fueron destruidas y por la carencia de producto, el precio se disparó. Y no ha bajado.
La producción de champán fecha del siglo tres, cuando los romanos plantaron viñas en esta zona. A mediados del siglo XVII con el desarrollo de la fermentación en botella, aconteció una bebida sagrada servida en los palacios de la realeza francesa. Hacia el siglo XIX su popularidad se había extendido entre los más ricos.
El año 2015, la casa de subastas Sotherby's vendió una botella de champán Krug del año 1915 por 116.375 dólares.
Y puestos a hablar de excentricidades, en 2014 el rapero Jay Z aconteció accionista de Armand de Brignac, una marca de champán gestionada por la familia Cartier. En septiembre del año pasado pusieron a la venta sus caldos más exclusivos, tres cuveé vintage de 2009, 2010 y 2012 numerados y una producción de 3.535 botellas a 1.000 euros por botella.
El futuro del champán
El cambio climático y el calentamiento global amenazan la producción de champán. Si cambian las condiciones climáticas de la Champaña, el futuro de la producción de champán en la zona se podría ver amenazada. Y si la producción cae, pero la demanda se mantiene, es muy probable que los precios crezcan todavía más.