El futuro de la movilidad
La gestión eficiente y sostenible del transporte público y privado se encuentra en proceso de debate, principalmente impulsada por el auge del carsharing, el uso de la bicicleta y la introducción del vehículo eléctrico a las ciudades
La sociedad está cambiante y, con ella, los hábitos de los consumidores. La revolución incluye desde sustituir el carro de la compra del súper por una cesta virtual hasta optar para compartir coche con un desconocido en vez de coger el transporte público. En el caso de la movilidad, su futuro se encuentra sólo en una fase de esbozo tan temprana que cualquier propuesta tiene derecho a ser valorada. Y esto incluye proyectos de mejora de los medios públicos como la unión de los tranvías en Barcelona hasta el anuncio que ha hecho Uber esta semana diciendo que vuelve a operar en España.
Las diversas alternativas traen las Administraciones y la sociedad a hablar de economía colaborativa, de eficiencia y sostenibilidad, pero primero hay que ponerlo todo sobre la mesa. Hay que informar, escuchar las necesidades del usuario, darle soluciones y crear un marco regulador. También debatir, cómo han hecho en una jornada organizada por Sharing España y Adigital algunas de las principales empresas de carsharing y propuestas emprendedoras que buscan convertirse en esta alternativa válida por el sistema de movilidad en Cataluña.
Adaptarse a una nueva demanda
Drivy y Amovens son dos de las plataformas que ofrecen el alquiler de coches entre particulares. Las dos compañías operan en todo Europa y sitúan su origen en el cambio de modelo que han traído las nuevas generaciones al mercado. "Es gente que usa el transporte público o la bicicleta para no tener que tener un coche en propietario", señala el country manager España de Drivy, Jaume Suñol. Pero es también, añade el COO de Amovens, Pablo Carrión, un tipo de usuario que modela los nuevos negocios que van surgiendo según el uso que le da.
En este sentido, Carrión explica que la start-up nació con un servicio similar al de BlaBlaCar, compartir viajes, pero que ha tenido que adaptarse a la demanda y ofrecer también el alquiler de vehículos. A pesar de que esto la convierte en una plataforma más que da este servicio, considera que la "flexibilidad y conveniencia" para encontrar coches cerca es el que hace viable el negocio, independientemente de que haya cada vez más competencia. "Y el mejor es que así sabemos encontraremos alguien que vive cerca", apunta, "no hay que ir a una oficina concreta o al aeropuerto, podemos quedar en un punto intermedio porque hay flexibilidad".
El ahorro de dinero es otro factor del auge de la economía colaborativa en el transporte. "La gente que tiene un coche parado el 90% del tiempo puede tener unos ingresos extras", defiende Suñol, quienes matiza a continuación que la propiedad "no es mala, sino que hace falta coexistencia entre el alquiler y la adquisición". "Los P2P no queremos eliminar la propiedad, queremos racionalizarla", subraya.
Regulación, el origen de la discordia
Las críticas de los taxistas contra Uber han hecho que la regulación sea vista como uno de las trabas del sector, pero esto no significa que desde la Administración Pública se rechace la entrada de nuevos actores al mercado. Así lo expresa la ninguno del área de Instrucción de Expedientes de la Autoridad Catalana de la Competencia, Susanna Grau, quien reconoce en el sector de la movilidad la regulación es "demasiado restrictiva" y que la entrada de las nuevas plataformas están ayudando a flexibilizarla. "Pero hay que evitar los abusos", alerta.
Para Grau, "la economía colaborativa es importante porque ha puesto presión competitiva entre proyectos y porque ha traído innovación y nuevas opciones por el usuario". Por eso, pone énfasis en el papel que está haciendo Competitividad haciendo de puente entre las autoridades y las compañías: "Ahora tenemos la opción de impugnar normas que consideramos en contra de la libre competencia. Ya no hacemos simples recomendaciones sobre las consecuencias de las leyes restrictivas, tenemos mecanismos con más implicación". Y es que, explica, el hecho que la misma Unión Europa esté abordando el conflicto ha hecho que los Gobiernos se replanteen su enfoque. El que da una brizna de esperanza a las plataformas que quieren consolidar y masificar su uso.
Aplicar el open fecha al transporte
"Uber y Hailo no dejan de ser servicios VTC –alquiler de vehículos con conductor- que hacen más del mismo", sentencia el director de Innovación del Ayuntamiento de Barcelona, Àngel López. Considera que uno de los grandes retos del sector de la movilidad es "crear innovación real", el que considera que está muy alejado de la "innovación para mejorar" que estamos viendo actualmente, o de la tendencia a "ir a buscar los agujeros donde ahora mismo no está permitido navegar".
El uso masivo del Big Data podría ser el motor que ponga en marcha esta innovación. Así lo considera el senior business development manager de CartoDB, Miquel Nieto, la start-up española que analiza y visualiza datos geoespacials para aplicarla a la gestión de flotas de autobuses, entre otros usos. Una herramienta que ya se ha utilizado en Barcelona para contabilizar donde y cuántas transacciones se hacen a los restaurantes y comercios durante el Mobile World Congress. "El YATE y el Big Data nos traen a muchos Excelso con muchos datos que se mueren de pena, nosotros queremos ayudar a sacar conclusiones de esta información para mejorar los servicios", remarca Nieto.
La recomendación apela directamente a una mejor gestión de los recursos de la Administración y a una aplicación práctica de la información. A pesar de que parece fácil, López prefiere ser prudente: "No se le pueden pedir en los Ayuntamientos que tengan más datos de las que se pueden utilizar o asumir". También defiende que son los datos las que se tienen que adaptar a la innovación y a su aplicación, no a la inversa. "Primero hay que plantear el qué, después buscar, porque seguro que los datos están disponibles", concluye el argumento.
Además, considera que la ciudad de Barcelona ya tiene una red de transporte público buena, así como un servicio de taxis "quizás privativo, pero con una regulación pública", el que lo trae a defender que el modelo del futuro no tiene que pasar sólo por los negocios privados. "Uber no nos garantiza que haya buses por la noche o que vayan al aeropuerto", apunta, "la confianza puede tener más valor que la garantía legal, pero no estoy de acuerdo con que haya necesitados de movilidad sin cubrir".
Y el vehículo eléctrico?
Costa pero va llegando, tanto coches como motos. Por eso no es un desgavell apostar por nuevas start-ups como eCooltra o Electromaps, plataforma de alquiler de escúters eléctricas por minuto y proveedores de información sobre el vehículo eléctrico, respectivamente.
Pero no todo son deberes para los emprendedores, plataformas como Live, liderada por el Ayuntamiento de Barcelona y con apoyo público y privado, trabajan para dar más información en el usuario y crear una infraestructura que pueda alcanzar nuevos vehículos eléctricos. Se trata de un ámbito que se está definiendo y que todavía no ha vivido su punto de inflexión, y dónde no se descarta hacer pedagogía a través del modelo colaborativo. "Hay que madurar el sistema de negocio y ver cómo es mejor entrar, quizás el P2P es una buena opción", reflexiona la secretaria técnica de Live, Eva Español.
Burger King y Just Eat ya se han pasado al modelo eléctrico, concretamente, reparten con motos de eCooltra. "Gestionan sus flotas con facilidad, los funciona y los sale rentable", explica el director de la start-up, Tomàs Megía, por el que piensa ya a trasladarlo al uso particular mediante la opción del motosharing para reducir costes.
Y es que el vehículo eléctrico es caro, necesita muchos más puntos de carga a la ciudad y puntos intermedios entre grandes ciudades. "Hacer el trayecto Barcelona-Madrid supone dos días de viaje porque tienes que ir vigilando la batería y parándote allá donde voces un lugar para recargar", pone como ejemplo el CEO de Electromaps, Xavier Cañadell, quien añade que "la carencia de una infraestructura potente es la principal barrera que tiene el usuario para aceptar el vehículo eléctrico".