Un grupo de amigos en una terraza de Barcelona | Ayuntamiento de Barcelona

ECONOMÍA

Barcelona plantea sacar la rebaja de la tasa de terrazas y subir la de cruceros de corta estancia

El Gremio recuerda a Collboni que prometió consensuar la tasa de terrazas

El Ayuntamiento de Barcelona ha planteado eliminar la bonificación del 75% de la tasa de terrazas y subir la tarifa a cruceros de corta estancia y pisos turísticos al máximo (4 euros), en la propuesta inicial de Ordenanzas Fiscales para 2024 que ha presentado el Gobierno municipal.

Ambas propuestas se incluyen en el proyecto de Ordenanzas Fiscales, que una vez presentado por el teniente de alcalde de Economía, Jordi Valls, deberá debatirse con el resto de grupos municipales para que pueda aprobarse antes de finalizar el año: tendrá que pasar el primer trámite en la comisión de Economía del miércoles 18 de octubre.

Otros elementos destacables de las Ordenanzas Fiscales propuestas son la introducción de mayores facilidades para el fraccionamiento y aplazamiento de tributos municipales; la simplificación y mejora de las bonificaciones ambientales y nuevas bonificaciones del IAE para atraer a empresas.

El Gremi recuerda a Collboni que prometió consensuar la tasa de terrazas

El Gremi de Restauració de Barcelona ha recordado al alcalde de la ciudad, Jaume Collboni, que prometió consensuar la tasa de terrazas con el sector, y que para elaborar el tributo se tendría en cuenta lo que se paga en otras ciudades 'Estado. La patronal lo ha dicho después de que el gobierno municipal haya hecho público el proyecto de ordenanzas fiscales y presupuestos para el próximo año. El Gremi también recuerda que Collboni se comprometió en campaña a mantener la bonificación del 75% de la tasa durante un año, "promesa que quedó recogida en el programa electoral de los socialistas". Sin embargo, "el Gremi está dispuesto a llegar a un pacto que ponga fin a la discusión", ha afirmado Roger Pallarols, director de la entidad.

Según recuerda el Gremi, la discrepancia en torno a la tasa se arrastra desde el 2019, cuando el Ayuntamiento de Barcelona salió adelante un incremento "claramente desproporcionado de hasta el 1.000% en algunas ubicaciones". A partir de ese momento, añade la patronal, el tributo barcelonés, "que ya era el más caro de todo el Estado", pasó a situarse "muy por encima de lo que se exige, por ejemplo, a los restauradores madrileños".