Economía
Catalunya rema contra las "aguas bravas" de la economía global
Giró alaba la "extraordinaria resiliencia" de las empresas del país pero reclama buenos cimientos productivos para enfrentar la incertidumbre de los próximos años
"No veíamos el esquema de relaciones internacionales que tenemos desde la caída del muro de Berlín", reflexiona el conseller d'Economia i Hisenda de la Generalitat d, Jaume Giró. La oposición entre el que considera "dos modelos ideológicos de cómo se tiene que gestionar el mundo", como los de China y los Estados Unidos como hegemones globales en competición, es el gran síntoma de un periodo de incertidumbres. La pandemia y la guerra a Ucrania no han sido tanto terremotos puntuales cómo pistoletazos de salida de un periodo político y especialmente económico conflictivo y antagonista, muy diferente de las décadas anteriores al norte global. "Hemos navegado durante años un río de aguas tranquilas, pero es posible que ante nosotros tengamos un tramo de aguas bravas todavía mucho más movidas", augura Giró, que reclama un "esfuerzo importante" a la economía catalana para no quedar encallada en las rocas.
En la presentación del último informe anual de la economía catalana –toda una institución a la Conselleria, que vuelve a la actividad después de dos años de hiato por la pandemia– Giró reconoce que los cimientos sobre los que construir esta estabilidad son buenos. Los datos recogidos por el departamento demuestran, según su máximo responsable, "la extraordinaria resiliencia de la economía catalana". El sistema productivo del país es "sólido", incluso en una situación compleja, y sin los aliados estatales que podría necesitar, lamenta el consejero, que lamenta que el país "vive estrangulado por un déficit endémico de los sistemas de financiación". El ya infame 38,5% de ejecución presupuestaria en el país limita su necesaria evolución, así como la capacidad del sector público para colaborar con los negocios del territorio.
Giró: "Estamos ante una nueva manera de organizar la producción, especialmente la industrial"
La negativa balanza inversora con el Estado se ve parcialmente contrarrestada por un ecosistema productivo con suficiente cintura para entomar las dificultades. "Las empresas catalanas están en buena forma", celebra Giró, que reconoce a los patrones del país "imaginación y recursos" ante una coyuntura compleja. Un ejemplo de esta adaptabilidad que reclama el titular de Economía es la transición hacia modelo de integración vertical, en que las empresas optan para concentrar su cadena de valor para depender menos de actores internacionales. "Estamos ante una nueva manera de organizar la producción, especialmente la industrial", una reformulación que responde a los estragos causados por la pandemia y el conflicto en Ucrania, pero también a la necesidad de actualizar un ecosistema productivo europeo –también español y catalán– que no quiere depender sistemáticamente otros entornos más innovadores. "Los fondos next Generation EU quieren dotar el tejido productivo europeo del que necesita para hacer esta transición", argumenta el consejero.
A pesar de que desde Economia i Hisendaconstatan la urgencia de las inversiones europeas, critican también su ejecución. Hasta ahora, según los datos del Informe anual, el país ha recibido unos 1.491,9 millones de euros de los 10.000 MEUR que lo Estado ha asignado a las comunidades autónomas, el que supone menos de un 15% del montante total –lejos del objetivo de la Generalitat, que ya hace tiempo que marcan alrededor del 19%, correspondiendo al PIB español que aporta Catalunya–. Aún así, la aportación del departamento a la transformación del modelo productivo catalán, presupuestos mediante, lleva la huella de las inversiones de la Unión. Las cuentas de la Generalitat, como consta en el mismo documento, serán los más altos de la historia, 38.000 MEUR, con un total de 1.527 millones de euros correspondientes a los Next Generation y más de 614 MEUR asignados del fondo React.
Los precios hacen temblar el tierra
El gran escollo para la estabilización de la economía del país y del conjunto de la unión es la inflación, cómo apunta la directora de análisis y prospectiva económica del Departamento Marta Curto. La encargada de la investigación para el informe anual constata el pico en los precios de consumo después de "años con inflaciones muy moderadas, incluso negativas". El contexto y la estructura de consumo, además, ponen a Catalunya en una situación más precaria que la del resto del continente. Si se observan los datos generales de evolución de los precios al conjunto del continente durante el 2021, en Europa se quedaron en un 2,6%, mientras que al país rozaron el 3%. Curto considera que esta diferencia responde principalmente a la energía. "A la Catalunya energía tiene un peso más grande a la cesta de consumo que al resto de Europa". La electricidad, sin embargo, ya no es la palanca única del aumento de precios, con una inflación subyacente que llega al 4,5%.
Curto: "Como no crecen los salarios, pero sí lo hace la inflación, todo apunta a la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores del país"
Entre las medidas de contención de la inflación y de los efectos de segunda oleada de los precios, Curto destaca la contención salarial a los convenios colectivos; una decisión que si bien es cierto que bloquea la entrada en una espiral todavía más pronunciada, también tiene efectos perniciosos para el consumo. "Cómo que no crecen los salarios, pero sí lo hace la inflación, todo apunta a la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores del país", lamenta la directora de análisis. En este sentido, la secretaria de Asuntos Económicos y Fondos Europeos del departamento, Matilde Villarroya, reconoce la "elevada incertidumbre" que provoca la unión entre subida de precios y contención salarial; y proyecta la política monetaria del Banco Central Europeo como camino de salida del conflicto. "Las autoridades fiscales tendrán un papel clave", añade Curto.
Giró, pero, plantea dudas ante este escenario generalizado, y exige "la precisión de un relojero" en las subidas de tipos de interés –que el BCE ha situado en 25 puntos básicos el próximo julio y que la Fed ya ha elevado a los 75pbs– para evitar impactos negativos sobre las economías del continente. A pesar de que el consejero augura que el incremento de tipos del verano será "solo la primera de una serie de subidas", avisa del retardo que sufrirán unas grandes economías europeas en plena recuperación posterior a la pandemia. En este sentido, el titular de Economía concede que la inflación se tiene que volver a anclar alrededor del 2%, como marcan los objetivos fundacionales del BCE, pero "habrá que ver si el banco central está dispuesto a hacer que algunos países europeos entren en recesión para controlar los precios".
Catalunya va bien
Todo y las disrupciones sufridas en los últimos dos años y los caminos tortuosos que parecen esperar en los meses que venden, Giró reitera sus loas a una economía catalana que se ha recuperado enmedio "de exigencias de una intensidad extraordinaria". El conseller, así, valora la gran capacidad de regreso a la normalidad de un ecosistema productivo del país que, según declara, ha conseguido no solo rebotar del precipicio de la pandemia sino que lo ha hecho sin grandes efectos sobre la desigualdad salarial al país.
"Pocos habrían dicho que, después de dos años horribles, tendríamos cifras de paro que no veíamos desde el 2008"
Así, Giró rechaza las voces que consideran que la economía catalana se encuentra débil. "Durante años hemos sentido que se hablaba de la insolvencia del país, de la fragilidad de nuestra economía", espeta el responsable económico. Contra estos discursos, reclama "datos objetivos". El 2021, el crecimiento del PIB catalán, que se disparó un 5,8% después de la profunda caída de dos dígitos provocada por la pandemia "estuvo por encima de las medias española y europea", reitera Villarroya; que reconoce a la administración territorial haber implementado medidas que han propiciado el efecto rebote después de la crisis sociosanitaria. Al crecimiento de la producción se añade el del comercio exterior, tanto en importaciones cómo en exportaciones, especialmente las de gran volumen, que escalan en cerca de un 11% durante el ejercicio.
Villarroya pone un especial énfasis en la recuperación del mercado laboral catalán, que ya se encuentra en niveles de ocupación anteriores a la crisis financiera de 2008. Según los datos del informe anual, el paro continúa en el país por encima del 11%, una cifra de desocupación que, si bien hacía cerca de década y media que no era tan baja, "todavía no sirve para estar satisfechos", en cuanto que permanece en dos cifras y por encima de la media europea, avisa Curto. Los niveles de paro entre los jóvenes (28,9%) o los extranjeros no comunitarios (22,4%), todavía son marcadamente elevados, pero las proyecciones van a favor del mercado laboral catalán. Las cifras del informe apuntan hacia una caída de un punto en el presente ejercicio, hasta el 10,4%; en una tendencia que llevaría el país a lograr el hito de caer de los 10 puntos porcentuales el 2023, cuando el desempleo se podría quedar en el 9,9%. "Pocos habrían dicho que, después de dos años horribles, tendríamos cifras de paro que no veíamos desde el 2008", concluye Giró.