Tres cruceros amarrados al Puerto de Barcelona | ACN

Economía

Collboni propone subir el recargo municipal a los cruceristas más allá de los 4 euros

Según Collboni, "aquella actividad que tiene un uso más intensivo del espacio público" tiene que ser sufragada por los visitantes "y no por los barceloneses"

El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, quiere que los cruceristas que pasan menos de 12 horas en la ciudad paguen más de 4 euros de recargo municipal enla tasa turística. En una entrevista en el País este domingo Collboni ha avanzado que ya "tienen estudios" sobre el precio que tendrían que pagar por "el uso intensivo que hace del espacio público" y, en declaraciones posteriores, ha detallado que pedirán al Parlamento que saque el tope el límite actual y que estos turistas hagan una "contribución extraordinaria" por la huella que dejan. En mayo, el Ayuntamiento aprobó subir el recargo hasta el máximo de 4 euros por día a todos los alojamientos turísticos y pasará de recaudar 95 millones de euros -75 del recargo y 20 del impuesto general- a 115 millones de euros.

Collboni ha dicho que se ha tomado la decisión que "aquella actividad que tiene un uso más intensivo del espacio público, sobre todo de Ciutat Vella y el litoral de la ciudad," sea sufragada por los visitantes "y no por los barceloneses con sus impuestos". El alcalde ha cifrado los cruceristas de escala en 1,5 millones anuales, y ha admitido que su presencia "implica una serie de esfuerzos de inversión en mantenimiento del espacio público".

El objetivo es que con el impuesto se ayude a financiar las "inversiones" que se harán en los 15 espacios de gran afluencia turística definidos por el mismo Consistorio

En la entrevista que publica El País este domingo, el alcalde asegura que la medida no busca evitar que lleguen a la ciudad estos tipos de visitantes, sino que "paguen lo que vale estar en la ciudad", y que con el impuesto ayuden a financiar las "inversiones" que se harán a los 15 espacios de gran afluencia turística definidos por el mismo Consistorio. "Lo que no queremos es una manera de hacer turismo que entra en contradicción con vivir en la ciudad porque va en detrimento del derecho a la vivienda y expulsa cada día gente joven de clase media", remacha el socialista.

Por otro lado, Collboni enfría por ahora la eventual reducción del número de cruceros y cruceristas y la supresión de alguna terminal del Port de Barcelona, una posibilidad que él mismo avanzó el mes de mayo, "si fuera necesario". Con relación a las negociaciones con Port de Barcelona el sobre un nuevo convenio que lo permita, el alcalde dice que hay que "esperar" a que haya un nuevo Gobierno antes "de abrir negociaciones".