Vivienda
El mercado del alquiler no quiere estudiantes Erasmus
El elevado precio de arrendar una habitación provoca que los extranjeros busquen alternativas en el piso compartido y se planteen otros destinos más económicos por el periodo de intercambio
Cataluña ha recibido durante el curso 2016-2017 un total 12.095 estudiantes extranjeros que han venido a las universidades catalanas a hacer la estancia de Erasmus, según datos del Idescat. Pero los últimos años se han topado con que el mercado del alquiler no los da la bienvenida. El hecho que alquilar una habitación en un piso compartido en Cataluña se sitúe, de media, en los 472 euros mensuales está provocando que los universitarios extranjeros se planteen escoger otros destinos más económicos. "Las universidades catalanas están haciendo un esfuerzo enorme para atraer talento internacional pero el alojamiento es inaccesible", señala el responsable de marketing de Uniplaces, Samuel Toribio, a VÍA Emprendida.
El 2017, coincidiendo con el 30 aniversario del programa Erasmus, España se situó como el destino preferido por los estudiantes extranjeros, un liderazgo que mantiene desde el año 2001, según lo informo Residencias de Estudiantes en España de la consultora inmobiliaria JLL. En total, durante el curso 2015-2016 llegaron al territorio español 45.813 alumnos Erasmus, situándose por ante Alemania, el Reino Unido, Francia e Italia. Barcelona se sitúa como la octava ciudad preferida por los estudiantes internacionales según el ranking QS Best Student Cities 2017. Pero la dificultad para acceder a un alojamiento, si los precios continúan con una tendencia alcista, puede acabar expulsando a Erasmus de Cataluña y de España.
Encarecimiento de la oferta de mala calidad
El elevado precio del alquiler se explica en parte por "la creciente demanda de vivienda a las grandes ciudades junto con una oferta de pisos y casas que no agumenta, lo cual dispara el precio", señala Ignasi Giralt, brand marketing manager de Badi, la plataforma que conecta habitaciones libres con personas que buscan casa según la afinidad de sus usuarios.
Según Uniplaces, el portal online para la reserva de alojamiento universitario, existe un gap importante entre el precio que están dispuestos a pagar los estudiantes por una habitación y el precio que pide el mercado. Así, mientras que los universitarios que vienen a Barcelona piden habitaciones con un precio mensual que gira alrededor de los 330 euros, el 82% de la oferta se encuentra por encima de este precio. En el caso del conjunto de España, el gap se sitúa en el 65%.
Toribio es del parecer que hay habitaciones al mercado para todo tipo de público, "desde el estudiante con dinero que viene de la otra punta del mundo a Erasmus que llega a la ciudad con una beca". Pero según él, el problema es que finos hace dos años había una oferta para cada uno de estos públicos, es decir, habitaciones de 200 euros y habitaciones muy buenas a 500 euros mensuales. "El problema que se ha producido en Barcelona especialmente es que la oferta de mala calidad se ha encarecido mucho. Ahora, habitaciones muy básicas se están pagando a precios de lujo", señala.
La centralidad de Barcelona
Badi ha registrado este verano un total de 4.270 solicitudes de alquiler de habitaciones en Barcelona a su plataforma. La startup cuenta con un 25% de sus clientes que son estudiantes y un 90% de ellos son nacionales, puesto que donde tienen más presencia se a las grandes ciudades de Barcelona y Madrid. Los barrios más solicitados por los estudiantes de Badi en la capital catalana han sido Vila de Gràcia, la Antigua Izquierda del Ensanche, la Nueva Izquierda del Ensanche, la Sagrada Familia y la Derecha del Ensanche, respectivamente. Así mismo, un estudio de Uniplaces sobre el mercado de alquiler de estudiantes el 2018 también añade el Barrio Gótico como uno de los más demandados por Erasmus que vienen a Barcelona.
Toribio, de Uniplaces: "Habitaciones muy básicas se están pagando a precios de lujo"
Estos son, además, las zonas con un precio mediano más elevado por habitación: desde 539 euros de media al Barrio Gótico, pasando por los 494 euros mensuales a la derecha del Ensanche, 473 euros mensuales a la izquierda del Ensanche y 439 euros mensuales a la Sagrada Familia, según el estudio de Uniplaces. Para el responsable de marketing de la plataforma, los precios tan elevados en los barrios más céntricos de la ciudad se deben de a las malas comunicaciones con transporte público. "Madrid tiene una red de transporte que permite llegar de una punta a la otra de la ciudad en poco tiempo, cosa que no pasa en Barcelona", y esto provoca que gran parte de la demanda de habitaciones se concentre en el centro de la ciudad.
Además, "otro de los problemas de Barcelona y que favorece el elevado precio del alquiler en estas zonas es que desde la administración pública no se están potenciando áreas alternativas como L'Hospitalet de Llobregat, Badalona o el barrio de Marina", apunta Toribio. Desde Uniplaces señalan la necesidad que los ayuntamientos hagan un esfuerzo para facilitar el alojamiento a los universitarios. "El estudiante extranjero es un turista de calidad, puesto que es un público que dejará mucho dinero, que es cualitativo y que se convertirá en embajador de la ciudad. Pero en Barcelona se tiene la mentalidad que esto es negativo", añade.
Las residencias estudiantiles, la alternativa al piso compartido
El incremento del precio del alquiler de pisos supone un aumento en la investigación de otro tipo de alojamiento para los estudiantes universitarios, como pueden ser las residencias estudiantiles o los colegios mayores. Para el responsable de marketing de la plataforma Uniplaces, que también gestiona residencias universitarias, "si tengo que pagar 550 euros por una habitación en un piso compartido y puedo acceder a una residencia por 750 euros mensuales, al final me decanto por la segunda opción".
"El estudiante extranjero es un turista de calidad y que se convertirá en embajador de la ciudad", señala Toribio
Según el informe de la consultora inmobiliaria JLL, se estima que unos 473.254 jóvenes necesitan alojamiento cada año. Pero actualmente sólo hay 93.600 plazas disponibles a las residencias de estudiantes españolas, lo cual se traduce en un desajust importante entre la oferta y la demanda de alojamiento de más de 380.000 plazas. El 2017, España contaba con 1.148 residencias universitarias y colegios mayores, sumando un total de 93.653 plazas. Madrid se posiciona como la provincia con un número más grande de plazas para alumnas, con un 22,6% del total de camas, seguida por Barcelona, con un 12,4%.
Residencias de alto nivel
La provincia de Barcelona dispone de 9.517 plazas a residencias y colegios mayores, con 77 centros destinados a este tipo de alojamiento. Viendo esta situación, dos fondos de inversión prevén abrir en la capital catalana de cara al curso 2021-2022 una nueva residencia universitaria al 22@, lo Aparto Diagonal Mar. Y no son los únicos. También el proveedor británico de alojamiento de estudiantes de lujo en el Reino Unido y Europa, Collegiate AC Group, abrirá en septiembre de 2019 una residencia de alto standing en Barcelona. Será muy similar a la cual ya han inaugurado en Valencia, la Collegiate Valencia Marina Real, una residencia para estudiantes ubicada a los Poblados Marítimos -muy cerca de la playa y de la zona emprendedora Marina de empresas- con 350 estudios de lujo. Como ejemplo, los 1.014 euros mensuales que puede llegar a pagar un estudiante para alojarse en un estudio prèmium.
La residencia Collegiate Marina Real de Valencia | Collegiate
Por su parte, las residencias TSH de Barcelona, situadas a Marina y Pueblo Seco, han detectado una frenada en la demanda de habitaciones, que ha bajado un 9% entre mayo y el agosto de este año. Aún así, "la conversión de estas solicitudes a reserva ha pasado del 8% el año pasado al 12% el 2018, es decir, con menos solicitudes hemos conseguido más reservas", explica la directora de marketing para el sur de Europa de The Student Hotel, Eva Sosa. "El precio del alquiler de un piso compartido a la ciudad no es igual que el de hace cinco años y las condiciones para alquilar un apartamento son más restrictivas por los estudiantes extranjeros que hacen estancias menores a seis meses", añade, lo cual ha favorecido la conversión a reservas.
Una habitación de la residencia TSH a Marina | Cedida
Para Uniplaces, uno de los problemas de las residencias estudiantiles es que se destinan a un público con una disposición a pagar de más de 1.200 euros mensuales, lo cual "no ayuda a crear más oferta de alojamiento accesible", señala Toribio. Según el estudio de la consultora inmobiliaria JLL, el precio mediano de una habitación a una residencia estudiantil en la provincia de Barcelona es de 778 euros al mes. En el caso de las residencias TSH, la renta mensual de una habitación para aposentos de más de nuevo meses se sitúa en los 784 euros.
Frena la llegada de estudiantes extranjeros
El precio de alquilar una habitación en la capital catalana se ha incrementado un 6,3% en agosto del 2018 en comparación con el mismo mes del año anterior, situándose de media en los 508 euros al octavo mes del año, según un estudio de Fotocasa. Sin embargo, Uniplaces ha detectado una frenada en la subida de precios desde octubre del 2017. "Grupos inversores que tenían proyectos para edificios en Barcelona se han retirado y mucha gente ha dejado de pedir no solamente Barcelona sino también España como destino de intercambio", apunta Toribio, quien añade que "se ha registrado una bajada de entre un 10% y un 15% en la demanda de estudiantes internacionales a la ciudad".
Sosa, de TSH: "Las condiciones para alquilar un apartamento son más restrictivas por los estudiantes extranjeros que hacen estancias menores a seis meses"
Sosa también apunta que desde agencias colaboradoras a TSH han notado un decrecimiento en la llegada de estudiantes extranjeros en Barcelona, "pero no solamente por el precio, sino también por temas relacionados con la seguridad, que preocupa a ciertos universitarios como a los de origen americano".
Sin embargo, desde Uniplaces esperan que durante la segunda mitad de este 2018 los precios se estabilicen, puesto que "se ha llegado a unos límites donde los estudiantes se empiezan a plantear no venir a las grandes ciudades".