El público paga la fiesta
Más del 65% de la facturación del Primavera Sound y el Sónar proviene de la venta de entradas, dos de los festivales de referencia internacional que más han crecido en los últimos años
El año 2015 los festivales de todo Cataluña generaron un impacto de 300 millones de euros en el territorio, según datos del Gobierno de Cataluña. En este contexto, "Barcelona tiene dos de los cinco festivales con más mezcla y atracción de público del mundo", presume Alberto Guijarro, director del Primavera Sound, que esta semana pone en marcha los altavoces al Parque del Forum con una cartelera representativa de la escena indie actual. "Hay muchos festivales, la gran mayoría se asemejan y los que se crean son clones de acontecimientos que ya existen –añade Ricard Robles, fundador y director del Sónar–; por eso están ganando aquellos festivales que se especializan".
En este sentido, la capital catalana gana la partida en Madrid. "Si comparamos las dos ciudades, Barcelona tiene los festivales más especializados en cualquier género, del cine al arte", explica Robles. Una especialización que permite al Sónar y al Primavera Sound basar su modelo de negocio en la venta directa de entradas.
Los ingresos principales provienen de la venta de entradas, que ronda el 75% de la facturación en el caso del Sónar
"Los ingresos principales provienen de la venta de entradas, que ronda el 75% de la facturación", explica el responsable del Sónar, especializado en música techno y artistas alejados de la industria convencional. El porcentaje es similar en el caso del Primavera Sound, que registra un 65% de sus ventas gracias al público. "El resto proviene del consumo directo de bebidas y comer dentro del festival (20%) y, en menor medida, de los patrocinadores". Concretamente los asistentes del Primavera Sound gastan de media 544 euros porninguno , que se reparten entre transportes, alojamiento y comer, según indica una encuesta hecha por la consultora Dentsu Aegis al Primavera Sound.
Estas cifras son las que permiten a los dos festivales rebajar la dependencia de grandes multinacionales que los hagan de mecenas y ser "más transgresores a la cartelera", explica Guijarro. Moda y bebidas alcohólicas son de los principales sectores interesados al patrocinar estos dos festivales. Entre los partners del Sónar destaca Damm, pero también otros colaboradores como Adidas, Zalando, Absoluto y Tezenis. El Primavera Sound, por su parte, cuenta con Heineken, Bacardí, Mango, Ray-Bando o Desperados.
De Barcelona en el mundo
Hong Kong, Reikiavik, Estambul, Buenos Aires y Santiago de Chile son algunas de las sedes de Sónar al mundo. "Hemos recibido propuestas de todo el mundo –asegura Robles–; pero no podemos ni queremos atenderlas todas". Según el responsable del Sónar, pero el motivo principal no es generar tráfico hacia el festival barcelonés, sino "descubrir otras escenas y entornos musicales".
En este sentido, Robles destaca la importancia que cada una de las ciudades sea capaz de generar un festival diferente, "porque la escena musical y cultural de cada suyo es también diferente de la de Barcelona".
Los dos festivales han intensificado la inversión, sobre todo en términos de comunicación y redes sociales
El Primavera Sound, por su parte, a optado para quedarse en casa. "Nosotros hemos sido más prudentes", confiesa Guijarro. "Después de años en Barcelona organizamos una primera edición en Oporto para aprovechar algunos de los músicos que están gira, pero se trata de un acontecimiento diferente; el que hacemos en Portugal es un Primavera boutique, muy cuidado, más pequeño y con su propia personalidad".
En su apuesta por su ciudad natal, el Primavera Sound ha buscado penetrar en todos los ámbitos y no circunscribir su presencia en el Parque del Foro. En este sentido, ha generado iniciativas como Primavera en los barrios o Primavera en casa tuya, que traen la música a otros lugares de la ciudad con un programa alternativo de más de ochenta conciertos con figuras emergentes.
La inversión está en las redes
El Sónar encendió los micrófonos por primera vez en 1994 y, casi un cuarto de siglo después, cuenta con 150.000 visitantes. El Primavera Sound, por su parte, abrió puertas en 2001 y en menos de veinte años ha pasado de atraer a 8.000 personas, año en que contaba con una veintena de grupos, a acoger 200.000 espectadores a sus catorce escenarios donde actúan más de 310 bandas.
Así pues, después de años de trayectoria, la inversión actual de ambos festivales se centra en las redes sociales, donde hay la mayoría de la demasiada crítica de estos certámenes. "Donde más invertimos es en profesionales de las plataformas digitales, de expertos en vídeo a copias que sepan adaptarse a los cambios", explica Robles.
Guijarro, por su parte, da más detalles de hacia donde van el dinero de los patrocinadores. "Hace años que ya no hacemos ruedas de prensa; toda nuestra comunicación es online y se hace basándose en un relato". En este sentido, el Primavera Sound ha optado para "abandonar campañas de autobombo" e innovar, como enla spot documental de Heineken presentado en la edición anterior en varias salas del país donde se daban a conocer los grupos que vendrían a tocar en Barcelona. "Conseguimos ser trending topic mundial a Twitter sólo con los comentarios de los espectadores, que iban descubriendo todos los grupos que actuarían en la ciudad", explica.
Guijarro: "Hace años que ya no hacemos ruedas de prensa; toda nuestra comunicación es online y se hace basándose en un relato"
En el caso del Sónar, además, se han creado nuevas propuestas como Sónar +D, un congreso formativo y de negocios que coincide con los días del festival. El acontecimiento, que no es muy bien una feria, atrae los principales actores del sector de la música techno y aquellos quien combinan este género con la realidad virtual, la inteligencia artificial y el mundo digital. "El Sónar +D no acoge productos acabados buscando un mercado, sino ideas buscando un partner que las desarrolle", destaca Robles.
Festivales de música que pinchan
A pesar del entusiasmo del sector, los festivales han visto caer su nivel de penetración dentro de la sociedad. Según datos de la el Anuario de la Música 2016, en 2015 menos de un 14% de los catalanes asistió a un festival, en comparación al 17% del año anterior. En este contexto, expertos de UOC destacan que el público es cada vez más selectivo y en lugar de asistir a todo el festival elige sólo un único concierto. "
El estudio también destaca que los festivales de carácter privado tienen más buenos resultados (+3,8%) que los públicos (-6,5%). "Los que subsisten gracias a las aportaciones institucionales lo han pasado muy mal durante la crisis", argumenta Amanecer Colombo, directora del posgrado de Gestión de Acontecimientos Culturales, Deportivos y Corporativos de la UOC.
Los que han esquivado este descenso son los acontecimientos con más de 100.000 asistentes, como el Primavera Sound y el Sónar, que han crecido un 2% en los últimos años.