El Análisis
El trabajo que el Parlamento tiene por delante
La ley hipotecaria, la política de obra pública o la regulación de los mercados catalanes son algunas de las tareas pendientes por el próximo Gobierno catalán
En la primera parte de este artículo hice un repaso a los servicios de la deuda en el ámbito estatal y argumenté en qué aspectos es importante tener en cuenta su evolución para mejorar la política económica. Una de las cosas que expliqué es la ausencia de datos a escala catalana, cosa que habría que rectificar con urgencia, puesto que, por ejemplo, los estándares de crédito tienen una importancia capital en la formación del servicio de la deuda. También la desigualdad y el crecimiento económico futuro dependen de como la política económica impacta en los servicios de la deuda.
En esta segunda parte intento hacer una aproximación al servicio de la deuda catalana. Por un lado comparo la hipoteca mediana con el coste laboral medio y por la otra, comparo el alquiler mediano con el coste laboral medio. El coste laboral no es el mismo que el salario líquido que perciben los trabajadores pero sirve como buena aproximación sobre como estar hipotecado o de alquiler afecta la propensión marginal del consumo y al crecimiento del PIB.
El servicio de la deuda hipotecaria catalán llegó a casi el 60% del coste salarial a principios de 2007 y, desde entonces ha caído sostingudament hasta su estabilización hasta el 30% a finales de 2013, fruto de las caídas de tipos de interés a corto plazo. Los últimos trimestres, pero, el servicio de la deuda ha visto una ligera aceleración que, como se ve en el gráfico siguiente, puede ser debida de al hecho que los tipos de interés del mercado hipotecario catalán han dejado de caer:
Si tenemos en cuenta que la tasa de inflación es baja pero positiva y que los tipos de interés de mercado no aumentan cómo habrían, el resultado es que los bancos tienden a dar menos hipotecas de las que querrían.
Los bancos tienden a dar menos hipotecas de las que querrían
Esto es un problema porque desincentiva la construcción de vivienda, cosa que necesitamos como el agua porque la oferta de vivienda está totalmente estancada y si seguimos a este ritmo, podría empezar a caer.
Puede el Parlamento hacer algo en esta área?
La respuesta no es sencilla de responder pero el esencial es que la regulación influye en la formación del tipo de interés. Por ejemplo, saben porque el tipo de interés hipotecario español es estructuralmente de los más bajos de Europa a pesar de compartir banco central? La respuesta es porque los estándares de crédito son los más blandos de la Eurozona. Ustedes saben que en España impagar una hipoteca puede provocar fácilmente que te quedes sin vivienda y que conserves la deuda. Esta regulación -inexistente a ninguno otro país europeo- provoca que las hipotecas españolas tengan un riesgo inherente muy bajo. Son tan seguras que su rendimiento es lo más bajo de Europa y esto provocó los inflows crediticios del centro de Europa (Alemania fundamentalmente) hacia España.
En España impagar una hipoteca puede provocar fácilmente que te quedes sin vivienda y que conserves la deuda
En Alemania los estándares crediticios son bastante más elevados que en España y por un banco dar una hipoteca en Alemania es mucho más arriesgado que darla en España y el resultado es que preferían darlas en España. El Parlamento tiene que tener en cuenta como impactan las leyes que aprueban en los estándares de crédito y en la asunción de riesgos porque no hacerlo nos provoca agujeros gigantes a la balanza comercial y sobre endeudamiento. Además, esta regulación tiene un efecto colateral muy negativo sobre las instituciones públicas, puesto que la bancarització de la economía atomiza los recursos financieros en obra civil y construcción, cómo he explicado tantas veces en esta columna.
Por otro lado, la política de vivienda tendría que ir centrada hacia el servicio de la deuda hipotecaria y del alquiler. La comparación entre estos dos es realmente espectacular:
Hay que regular el mercado inmobiliario
La proporción del coste salarial que los catalanes gastan al alquilar o hipotecarse es hoy en día exactamente la misma. Más allá de los efectos macroeconómicos -la aceleración del precio del alquiler después de una crisis bancaria es un efecto macro que pasa por todas partes-, el hecho que el servicio de la deuda por alquileres e hipotecas esté al mismo nivel nos muestra que el mercado inmobiliario catalán sufre profundos desequilibrios regulatorios que hay que solucionar tan pronto como sea posible. Las ocupaciones, la ley hipotecaria, la política de obra pública y, más en general, la regulación de los mercados catalanes incentivan que los tipos de interés de mercado sean los más bajos del continente. A pesar de que en nuestro país es deporte nacional echarle el muerto de todo el que nos pasa en Alemania, el cierto es que las reformas que el país necesita en materia de competencia son monumentales -hemos sido años y cerraduras perdiendo miserablemente el tiempo.
El mercado inmobiliario sufre esta regulación que, además, no deja de empeorar año tras año y que pronto nos traerá a problemas irresolubles si no nos ponemos inmediatamente. Esto sin tener en cuenta que la demografía nos puede dar una sorpresa muy desagradable si la inmigración no aumenta los próximos años. Por otro lado, la política económica catalana es modesta pero esto no justifica que incentive sistemáticamente el endeudamiento y la presión sobre el servicio de la deuda.
A pesar de que el funcionamiento de los mercados catalanes no está en el debate político, los empresarios catalanes harían bien de ponerse las pilas y empezar a reclamar y condicionar los aumentos salariales a las reformas que el país necesita. En términos económicos el futuro de Cataluña no es nada brillante.
Los empresarios catalanes harían bien de empezar a reclamar y condicionar los aumentos salariales a las reformas que el país necesita
Si el servicio del alquiler sigue aumentando, tendremos una recesión mucho antes del que nadie se puede imaginar. Mario Draghi puede salvar la economía catalana de sus reguladores intentando haciendo aumentar los tipos de interés a largo plazo -acabando con las compras de deuda pública este 2018- pero esto está para ver si realmente pasará. Yo, por si acaso, no contaría, puesto que de producirse será un trago de aire que nos permitirá aumentar la actividad temporalmente pero, hay que tenerlo en cuenta, no resolverá cabeza de nuestros problemas estructurales. Y los aseguro que estos no son ni menores ni pequeños.