Internacional
Los fantasmas de Yom Kippur en el asunto de Palestina e Israel
Debido al conflicto, el precio del petróleo ha subido alrededor de un 5% en el mercado internacional y el del barril de Brent ha superado los 90 dólares
El pasado 7 de octubre, Palestina e Israel volvieron a ocupar las primeras líneas de todos los medios internacionales. Después de que las milicias palestinas llevaron a cabo el ataque más grande a Israel en mucho tiempo, Israel respondió bombardeando la Franja de Gaza y cortando el suministro de agua y electricidad durante las últimas dos semanas. Desde la creación del estado de Israel se ha producido un conflicto político, social y humanitario en el Oriente Medio. Al contrario, también ha dejado importantes consecuencias económicas en los últimos 70 años.
Como indicador de este impacto económico, debido a los hechos de las últimas semanas, el precio del petróleo ha subido alrededor de un 5% en el mercado internacional, y el precio del barril de Brent ha superado la barrera de los 90 dólares. La escalada del conflicto complicará el suministro de petróleo en un mercado ya tenso y, si bien Israel y Palestina no son los principales proveedores internacionales de petróleo, son países vecinos. Por lo tanto, si el conflicto se extendiera desde Gaza e Israel, el riesgo de cambios significativos en el comercio internacional podría aumentar significativamente.
Detrás de este caso, como en todo conflicto o guerra internacional, los estados más poderosos del mundo juegan una partida de ajedrez de intereses económicos. En un primer momento, la intervención de los países árabes que rodean Israel y Palestina no parecía factible, pero, a medida que se intensifica la agresión de Israel, esta creencia inicial se ha cuestionado. Los países musulmanes del Oriente Medio defienden la causa de Palestina, y Irán, por ejemplo, ya ha amenazado con atacar Israel. Aun así, saben muy bien que entrar en conflicto puede dañar su economía.
Relaciones diplomáticas entre Israel y los países árabes
Históricamente Israel ha tenido malas relaciones con otros países del Oriente Medio. Además del conflicto de 70 años con Palestina, ha tenido varias guerras con otros países árabes y la protección de los Estados Unidos no ha facilitado las relaciones diplomáticas con el resto de la región. Al contrario, en los últimos años el país judío ha intentado suavizar estas relaciones, y ha firmado varias alianzas estratégicas. Son ejemplos el acuerdo de Abraham de 2020 con los Emiratos Árabes Unidos y los acuerdos de normalización firmados con Bahrein, Sudán y Marruecos.
En cualquier caso, Israel ha tenido el acercamiento más importante con Arabia Saudí de los últimos años. En otras palabras, ha habido un acercamiento entre los dos aliados más importantes de Estados Unidos a Oriente Medio. El príncipe heredero del Arabia Saudí Mohammed bin Salman indicó recientemente que se estaban acercando a un acuerdo. La tensión del conflicto entre Palestina e Israel, pero, parece enfriar de nuevo las relaciones, porque durante estas negociaciones los árabes no abandonaron la causa palestina, recordándonos que es un tema de importancia para Oriente Medio. Los dos países estaban negociando varios acuerdos económicos, entre ellos un programa nuclear, y los Estados Unidos se mostraban muy interesados en normalizar las relaciones entre sus dos aliados, y de este modo, enfrentarse a Irán, principal enemigo estratégico al Oriente Medio.
La gran sombra de la crisis del petróleo de 1973
Además de ser un aliado de los Estados Unidos y de la Unión Europea, normalizar geográficamente las relaciones con los países de sus cercnías seria beneficioso para Israel, puesto que los conflictos con las naciones árabes del siglo XX supusieron un gran daño económico a Israel y, en general, a la economía internacional. El ejemplo más notorio es la guerra del Yom Kippur y la crisis del petróleo que provocó. A pesar de que costaría que se repitiera la crisis económica provocada por la guerra del 1973, su sombra todavía perdura.
"La guerra del Yom Kippur enfrentó Israel, por un lado, y Egipto y Síria, por el otro"
La guerra del Yom Kippur enfrentó Israel, por un lado, y Egipto y Síria, por el otro. En la Guerra de los Seis Días de 1967 Israel ocupó la península del Sinaí de Egipto y los Altos del Golan de Síria, y en 1973 los países árabes intentaron recuperar ambas zonas. Esta guerra provocó un aumento sin precedente del precio del petróleo, puesto que el Brent pasó de 3 a 19 dólares el barril en pocas semanas.
El motivo de esto fueron las medidas adoptadas por los países árabes en el mercado del petróleo. La Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP) -que incluye Irán, Arabia Saudí, Iraq y Kuwait- suspendió el suministro de petróleo a los países que apoyaron a Israel durante la guerra, es decir, impuso un embargo económico. Entre ellos había Estados Unidos, Reino Unido, Países Bajos, Canadá y Japón. Esto provocó la inflación del petróleo y la economía occidental entró en recesión. También marcó un hito en las políticas internacionales de los estados occidentales, reduciendo su dependencia de los miembros de la LPEE para las importaciones de petróleo.
En qualquier caso, en 1979 se produjo una segunda crisis del petróleo, por la guerra de Irán y Iraq, y el precio del petróleo pasó de 20 a 40 dólares. A partir de 1986, el precio volvió a bajar y hasta final de siglo, el precio del barril de Brent se movió entre los 10 y los 25 dólares. A principios del siglo XXI, el petróleo empezó a encarecerse y logró su punto álgido en 2008, con un precio de 140 dólares, la cantidad más alta de la historia.
Ahora Irán se ha convertido en el primer país en pedir un bloqueo a Israel. Actualmente el Estado Islámico tiene las terceras reservas de petróleo del mundo, es uno de los mayores exportadores internacionales y tiene a China como principal cliente. Además, según muchos expertos, Irán podría reducir la producción de petróleo como castigo, aumentando el precio del barril a 150 dólares.
El juego de ajedrez del comercio internacional
En esta partida de ajedrez, parece que la fealdad del conflicto romperá las relaciones diplomáticas que iban en buen camino y alienaría todavía más las dos partes que estructuraban el comercio internacional. Mientras Arabia Saudí e Israel han estado negociando, el gobierno de Riad ha enfriado recientemente las relaciones con Estados Unidos. Lo demuestra el hecho que el verano pasado Irán, junto con los Emiratos Árabes Unidos, Egipto, Argentina y Etiopía, se incorporaron a la organización económica BRICS, es decir, el grupo que incluye Rusia, China, India, Brasil y Sudáfrica. Este movimiento estratégico puede determinar completamente el comercio internacional, puesto que los miembros del grupo controlan conjuntamente el 42% de la producción mundial de petróleo actualmente.
Oficialmente, a principios del 2024, se incorporarán nuevos miembros a la organización BRICS y, según la petrolera británica BP, ahora tienen capacidad para producir 43,4 millones de barriles diarios. Así mismo, estos países recogen el 29% del PIB mundial, 29,11 mil millones de euros según el Banco Mundial. Además de tener control sobre el mercado del petróleo, la organización económica podría reducir el dominio del dólar al mercado internacional.
Por lo tanto, en un mercado ya tenso, los últimos enfrentamientos entre Palestina e Israel no calmarán las aguas. Arabia Saudí hace tiempo que reduce su producción de petróleo y Irán y Rusia parecen dispuestos a seguir la misma estrategia. Además, Irán, junto con Omán y los Emiratos Árabes Unidos (miembros de la LPEE), controla el estrecho de Ormuz, por donde pasa un tercio del crudo mundial. LPEE, por lo tanto, como hace 50 años, parece poner obstáculos al suministro de petróleo. Habrá que ver hasta qué punto llegarán estas limitaciones y cómo afectarán las piezas del juego de ajedrez.