Los fondos, el Dakar de pymes y startups

La startup barcelonesa VadeCity nació para dar una respuesta a los robos de bicicletas con un sistema de aparcamiento inteligente, VadeBike. Para el despegue de su primera propuesta, contó inicialmente con recursos propios (60.000 euros), pero rápidamente consiguió una importante inyección de dinero: concretamente 2,5 millones de euros provenientes de fondos europeos del proyecto Horizon 2020. Marta Recasens, CEO & socia fundadora de VadeCity recuerda todavía hoy en día el sentimiento de euforia al saber la noticia. Tampoco olvida lo que sintió justo después, "cuando tomas conciencia del compromiso que has adquirido. Si no lo haces bien, la inversión se convertirá en deuda," ha afirmado Recasens en la jornada La pyme frente a la recuperación organizada por la comunidad de directivos Apd y patrocinada por Ibercaja. Y ha añadido: "Pedir fondos es una aventura. Es como ir al Dakar: no irás si no te gusta la aventura y, por supuesto, tienes que haber entrenado."

La CEO de la startup de micromovilidad, que ya ha pasado por tres rondas de financiación, ha insistido en el hecho de entrenar. Ellos lo hicieron "escuchando durante mucho tiempo el sufrimiento del entorno", es decir, atendiendo a los problemas de micromovilidad y sostenibilidad, escuchando a unos y otros, y quitándose el miedo a pivotar. De hecho, el proyecto nació inicialmente enfocado a las bicicletas, pero hoy en día incluye también aparcamiento inteligente de patinetes con carga para baterías.

"Cuando te comprometes con un proyecto así, asumes el compromiso de cumplir con aquello que has dicho que harías: con aquel equipo, aquellos proveedores y de aquella manera en concreto", explica Recasens. Se tiene que ser capaz de rendir cuentas posteriormente y asumir, incluso, que recibirás una exhaustiva auditoría. Valentía y voluntad de cooperación: son las dos aptitudes que Recasens ve imprescindibles a la hora de solicitar una ayuda de estas magnitudes, que nacen con el objetivo de generar cambios.

El miedo al miedo: las limitaciones

Los fondos Next Generation pueden convertirse en una palanca de cambio y recuperación para la pyme catalana, pero desde Mazars lamentan que falta conocimiento. "Las empresas son escépticas sobre el acceso a los fondos", afirma Manuel Vaca, socio de la firma internacional. De hecho, un estudio de la Cambra de Comercio de España publicado en octubre del 2021 revela que el 70% de las empresas desconoce cómo acceder a los fondos europeos y sólo un 40% de los encuestados conoce este recurso.

Piñón: "No financiarán algo que ya hacías antes"

En la misma línea, Josefina Piñón, directora de coordinación y fondos europeos en Mazars define las cuatro principales reacciones de las empresas hacia los fondos europeos: "algunas los ignoran, por desconocimiento; otras se autoexcluyen ante los obstáculos; otras se auroretienen mientras esperan que salga una convocatoria demasiado concreta; y hay unas que se lanzan y dan el paso".

Los fondos tienen el objetivo de incentivar la innovación y el cambio. "No financiarán algo que ya hacías antes", aclara Piñón. Y esto implica un gran esfuerzo por parte de la empresa. Un límite que algunos traducen en miedo. Es "el miedo al miedo", dice Recasens, quien tiene un remedio para reducir este sentimiento: "estar preparado y tener cintura por pivotar".

Desde Mazars creen que la anticipación es clave para poder acceder a las convocatorias. Algunas las publican de un día por el otro y "en ocho días no puedes estructurar un plan de inversión para solicitar la ayuda", explica Vaca. Por eso, recomiendan tenerlo preparado con antelación y tener la capacidad de adaptarse a las convocatorias que vayan saliendo.

Unos lo llaman preparación, otros anticipación y Ángel Sánchez, partner de SILO, lo llama actitud propositiva: no permanecer a la espera

Unos lo llaman preparación, otros anticipación y Ángel Sánchez, partner de SILO, lo llama actitud propositiva: no permanecer a la espera. Pasar de ser reactivo a propositivo, y preguntarse: "¿Cómo me integro en una cadena de valor? ¿Qué otros jugadores hay en esta cadena? Y para hacerlo, hay que picar a la puerta de empresas más grandes", o más pequeñas.

El entramado político

La metalúrgica La Farga está adherida a dos PERTES: el del desarrollo del vehículo eléctrico y conectado, y el de las energías renovables y el hidrógeno verde. Su presidente, Oriol Guixà, señala una dificultad con la que se están encontrando: "se está politizando mucho la estructura de para hacer llegar los fondos al ciudadano de a pie". El debate entre la centralización y descentralización de los fondos hace perder oportunidades y "hace pensar que la propia administración no se fía de sí misma", critica Guixà, y añade: "y tampoco se fía de los administrados, que es el problema más grave que tenemos con los fondos Next Generation: si realmente hubiera confianza en el tejido empresarial y las pymes, no habría todo este corset hacia el otorgación de ayudas". A mayor confianza, mayor agilidad.

Desde la Generalitat, de hecho, critican la poca maniobra que tienen para gestionar o ejecutar los fondos. Mariona Sanz, directora general de los fondos europeos de la Generalitat de Catalunya, ha querido remarcar mucho el rol de la administración hacia estas líneas de ayudas europeas, dejando claro que "es el Estado quién ha diseñado este plan y los ministerios son los responsables del diseño de las actuaciones y de su ejecución".

Para el 2022, Catalunya tiene asignados 2.142 millones de euros provenientes de los fondos Next Generation

El Gobierno de Catalunya, por lo tanto, sólo recibe los recursos finalistas para ejecutar acciones concretas y Sanz cree que tendrían que poder desarrollar más roles en esta oportunidad, como "dinamizar proyectos del sector privado, ejecutar proyectos de la propia Generalidad, hacer de organismo intermediario o incluso complementar las líneas diseñadas".

Para el 2022, Catalunya tiene asignados 2.142 millones de euros provenientes de los fondos Next Generation, todo un reto, para políticos y para el tejido empresarial catalán. Son 2.142 millones de euros que se pueden convertir "en la semilla que ayude a dejar un mundo mejor para las futuras generaciones", sueña Recasens; o visto desde una perspectiva más egoísta: pueden convertirse en una aventura en el Dakar