Sábado 25 de noviembre se celebra el Día internacional para la eliminación de la violencia hacia las mujeres | Acistock

Sociedad

La violencia machista también sabe de dinero

La autonomía económica es clave en la recuperación de las mujeres víctimas de violencia de género, puesto que un trabajo remunerado es una ayuda para salir de la espiral de control a que somete el agresor

En Alzira, en el País Valenciano, hace unos días un hombre asesinaba su hija de dos años. Su mujer y madre de la criatura, a quien "presuntamente" también ha maltratado durante años, se ha visto incapaz de asumir el pago del entierro de la niña y ha sido el consistorio quien ha asumido el gasto. Es una noticia de sucesos sí, pero es que a veces la vida se cuela en la economía... o al revés. Porque la insolvencia económica es otro de los obstáculos que tienen que esquivar estas víctimas (muertas jan son un total de 44 en el que traemos del 2017) a las cuales este sábado se apela en el Día internacional para la eliminación de la violencia hacia las mujeres. Sin trabajo ni dinero, no disponen de recursos propios para empezar de cero una vida a la cual tienen todo el derecho del mundo. La vida, a veces, también va de economía.

"No es libre la mujer que no tiene ingresos, la que no tiene autonomía financiera. Y es un tema clave, porque la dependencia económica genera desempoderament". Lo explica Roser Galí, directora general de Familias del Departamento de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias de la Generalitat de Cataluña durante la jornada Violencias machistas y empoderament económico organizada por la Fundación SALE, entidad que trabaja por erradicar las discriminaciones por razón de sexo.

Sin dinero ni casa propia

Las mujeres que piden ayuda llegan en situaciones muy complicadas, de hecho al primer semestre de 2017 un 42,7% de las mujeres atendidas por los Servicios de atención, recuperación y acogida (SARA) del consistorio barcelonès no tenía trabajo y un 26% tenía cero ingresos. "No pueden poner en marcha su proyecto de recuperación porque no hay salida económica ni de vivienda", denuncia Bàrbara Roig, ninguno del departamento de Atención y Acogida por violencia machista del Ayuntamiento de Barcelona. Roig reconoce que "es cierto que son problemas por todo el mundo pero influyen muchísimo, porque cuando las mujeres ven el camino que tienen que recorrer no tienen fuerzas para asumirlo, los crea fracaso y a veces deciden volver con el agresor".

Galí: "No es libre la mujer que no tiene ingresos, la que no tiene autonomía financiera"

Su economía forma parte del círculo de la violencia a la cual están sometidas "porque también entra la dependencia, tanto económica como agresiva", explica Roig. Según sus cifras, en la ciudad de Barcelona este 2017 ha aumentado la atención a mujeres víctimas de maltratos que tienen un trabajo remunerado, pero la situación continúa siendo "muy preocupante". Por esta razón, Roig valora que "la atención integral para mejorar su empoderament tiene que pasar por aquí".


Ponentes del encuentro organizado por la Fundación SALE | M. Rigol

Es una de las líneas de trabajo de la Fundación SALE, que ha atendido un centenar de mujeres en situación de violencia machista, y que insiste en la relevancia de este tipo de violencia, según dicen, todavía "invisible". Argumenta su directora técnica, Gemma Altillo, que el abandono del puesto de trabajo remunerado en los procesos de violencia es una de las consecuencias de la violencia machista, "pero hay otras que se dan en el día a día como la fiscalidad de cada una de los gastos como una forma de control, la responsabilització de la mujer de alguna de los gastos o deudas del agresor o la amenaza con no cubrir alguna de las necesidades básicas como las pensiones alimentarias de los hijos a cargo", enumera.

Explotación al negocio familiar

Pero Altillo va más allá: "Otra violencia económica que no es muy visible es la explotación laboral en negocios familiar, donde las mujeres trabajan sin ningún derecho laboral y haciendo más horas que un reloj, sometidas a una gran dependencia económica". Insiste Altillo, por lo tanto, que la reducción de la capacidad económica de las mujeres incide en la situación de vulnerabilidad de la víctima. "El agresor sí que tiene claro que una manera de consolidar la dependencia de la mujer es tener una estrategia para ir ligándola en este sentido", apunta.

Las expertas apuntan que la capacidad económica de las mujeres incide en la situación de vulnerabilidad de la víctima

"Cuando una mujer viene a buscar ayuda, una de las razones es porque quiere encontrar un trabajo. Habitualmente los hemos dicho que primero tienen que recuperarse de la violencia y después buscar el trabajo, pero es importante que escuchamos qué nos pide la mujer y darle una respuesta coherente... el que quieren es trabajar", resume Míriam Vázquez Santiago, ninguno del área de empoderament personal de la Fundación SALE. Trabajar implica cobrar, tener dinero en el banco para poder alquilar un piso en qué vivir lejos del agresor y desde el cual afrontar una nueva situación personal.

Sí, la economía también va de la vida porque la solvencia económica también lucha contra el maltrato.


Míriam Vázquez Santiago y Gemma Altillo, de la Fundación SALE | M. Rigol