La fiambrera pone de moda las legumbres en conserva
Los garbanzos, judías, lentejas y guisantes elaborados superan el consumo del producto seco, un alimento barato e importante para el mercado español
El consumo de legumbres en el Estado español ha caído un 60% en 20 años. Actualmente una persona consume cerca de 1,25 kg de garbanzos, 0,93 kg de judías y 0,93 kg de lentejas anualmente, según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Durante estas dos décadas su compra y consumo ha sido un poco variable. De hecho, el 2013 fue cuando se registró el mayor repunte, probablemente motivado por el bajo coste de este alimento en un momento en que los bolsillos de los consumidores todavía sufrían las consecuencias de la crisis económica. Desde entonces, se ha vuelto a registrar un decrecimiento, pero con una excepción: las legumbres en conserva repuntan, y todo por la tendencia del ciudadano a ahorrar tiempo en la cocina y buscar productos precocinados.
Las legumbres cocidas superaron el 2018 por primera vez la venta del producto seco, según el estudio Alimentación en España 2018 elaborado por Mercasa. La diferencia fue pequeña, pero suficiente para marcar un hito histórico: 69.200 toneladas ante 69.050. Hace sólo 5 años, las secas se vendían un 22% más y el más vendido era el garbanzo.
Producción y consumo español
España es el país europeo que más produce y consume, pero el papel de Catalunya no es destacado. Según el citado estudio, las lentejas provienen principalmente de Castilla-La Mancha; los garbanzos y guisantes, de Andalucía ; y las judías, de Castilla y León.
La producción de legumbres ha crecido un 18% entre 2017 y 2018 y ha superado las 270.000 toneladas de producto. Aún así, la producción todavía es insuficiente y hay que recurrir al mercado exterior. El año anterior se importaron 160.000 toneladas por un valor de 170 millones de euros, principalmente del Canadá, Estados Unidos, Argentina y México; mientras que la exportación envió al exterior 13.000 toneladas, básicamente a la Unión Europea y Marruecos.
En cuanto a las empresas del sector, el mismo informe señala Conservas El Cidaco (La Rioja) como la principal compañía del top 10 con unas ventas de 222 millones de euros. En esta misma clasificación se puede encontrar una de valenciana: Ferrer Segarra.
El mercado de León
Ante las características del mercado, la mayor parte de las legumbres cocidas que se encuentran en el supermercado tienen origen fuera de Catalunya. Sin embargo, el comprador todavía se puede fijar en la manipulación del producto y optar por empresas del territorio.
La única marca catalana que tiene una presencia bastante tendido a los supermercados es Ferrer, de Santpedor (Bages). Se puede encontrar a Carrefour, Condis o Bon Preu, pero no en todas las tiendas de estas cadenas y con un stock mucho más reducido que otras marcas del sector. Destacan Luengo, Don Pedro, El Peregrino o Pedro Luis, de León, Cádiz y Navarra.
También, con una presencia más exigua, podemos encontrar en los lineales de las grandes superficies las legumbres de las distribuidoras Paño, de Alcover (Alt Camp), y Selfoods , que trabaja con la marca navarresa Aranca.
En cuanto a las marcas blancas, las compañías leonesas son las reinas. Algunos ejemplos los encontramos con la francesa Carrefour, que tiene como proveedores Conservas Naturales de León; con Mercadona, Productos Leoneses; y con Bon Preu y Aldi, Luengo. Lidl, por su parte, comercializa las legumbres de Legumbres Guillermo, de Vizcaya.
Pequeños productores y distribuidores
Entre los botes que llevan a las tiendas, grandes superficies y comercios de barrio, las principales empresas, se puede encontrar el producto de pequeños productores. Algunos de ellos son Emporgrana, de Santa Coloma de Farners (La Selva); Cuits & Beans (Barcelona); l'Hort del Silenci, de les Planes de Sió (Segarra); Casa Martí, de Sant Dormí (Segarra); o Espinaler, de Vilassar de Mar (Maresme).
Las empresas de proximidad dedicadas a las legumbres son Ferrer, Emporgrana, Cuits & Beans, l'Hort del Silenci, Casa Martí y Espinaler
Por otro lado, las regiones productoras de legumbres como pueden ser la Anoia, Osona, la Garrotxa o el Bages cuentan con labradores que cultivan variedades diversas de garbanzos y judías, sobre todo, y los distribuyen en la zona. Una opción que permite hacer un consumo de proximidad y local al 100%. Y no se puede obviar la judía del ganxet, un producto típico de lugares como el Vallès, Maresme y, en menor medida, La Selva.
Agradecidas con el bolsillo
Las legumbres son un producto asequible, pero se consume mucho menos de lo que los especialistas recomiendan. Según el estudio de Mercasa, en 2017 la media de garbanzos, judías, lentejas y guisantes per cápita estaba alrededor de los 3 kg, mientras que el gasto rondaba los 5,9 por persona. Y a pesar de que el consumo de legumbres cocidas fue ligeramente superior al de las secas, el gasto per cápita se situó por debajo: 2,3 euros ante 3,6 euros. Ahora bien, no se puede olvidar que la cantidad de producto de una conserva es muy inferior al de un bote con el alimento sin elaborar.
Según los datos más recientes del IPC, de marzo de este año, las legumbres se han encarecido un 1,4% respecto al año anterior. El precio de un bote en conserva puede ir de los 0,45 euros a los 2 euros y pico en función de la cantidad, que acostumbra a ser de 200 o 400 gramos, y de la marca. En cambio, un kilo de legumbres secas (con un peso inferior por ración) no superará los 4 euros. Si buscamos producto catalán y con denominación de origen, como las judías de Santa Pau o la judía del ganxet, el precio puede escalar hasta los 8 euros.
Las regiones con más consumo de legumbres fueron Navarra, Cantabria y Catalunya, mientras que precisamente Castilla y León, Andalucía y Extremadura fueron donde menos se comieron.