Hace muchos años que el 60% de las profesiones pueden realizarse en remoto, pero no fue hasta la obligación de trabajar en casa a causa de la pandemia cuando este dato se certificó. Lo indicó el Banco de España en un estudio que vio la luz en 2021, si bien varias encuestas hacía tiempo que evidenciaban que muchos trabajadores hubieran preferido afrontar su día a día de manera híbrida mucho antes.
Desde entonces, el debate no cesa entre partidarios y detractores del teletrabajo. Pero, sobre todo, con una voz concreta que alude a la llamada ‘cultura empresarial’. Esa en la que se supone que se fortalecen los lazos personales y profesionales y hace de cualquier firma algo diferente a las demás.
Quizá por ello no deja de ser curioso el enorme auge de los coworking en ciudades como Valencia. Entre otras cosas, porque lejos de seguir la estela que alumbró su nacimiento en forma de lugares para autónomos que no necesitaran una oficina grande y quisieran compartir espacio con otros profesionales, han acabado convirtiéndose tanto en un negocio en sí mismo, como en subsedes de muchas compañías.
El hecho de que contratar un desarrollador senior en la capital del Turia sea más barato que hacer lo propio con uno junior en Holanda, por ejemplo, ha llamado a deslocalizar los equipos de trabajo. En lugar de abrir oficinas al uso como antaño, estos han ido derivando a espacios céntricos y colaborativos. Curiosamente, el rendimiento, si no es el mismo, es mejor, y la interacción se da para temas realmente cruciales.
WayCo abre el camino
Uno de los pioneros fue WayCo, nacido en 2013 y con casi diez años de trayectoria ya. Hoy, de aquella apertura primigenia derivan dos espacios en Ruzafa y Abastos donde trabajan más de 400 profesionales de 20 países diferentes. En total, más de 50 empresas representadas en su ecosistema.
De hecho, la demanda es tan alta que en el primer trimestre de 2023 WayCo inaugurará una nueva sede en El Cabanyal. 2.800 metros cuadrados divididos en cinco plantas y 250 puestos de trabajo disponibles, pues las peticiones han incrementado un 58,7% desde la pandemia.
Las empresas foráneas copan el 50% de los espacios de coworking
Un caso similar es el de Jeff, cuyas oficinas centrales (un edificio industrial del siglo XX remodelado) pasaron de albergar a su equipo a convertirse en un lugar de colaboración donde ya confluye gran parte del ecosistema empresarial emergente levantino. En sus oficinas se encuentran a diario personas de Países Bajos, Reino Unido, Estados Unidos o Alemania.
Tal como el propio WayCo señaló en un estudio, las empresas foráneas copan el 50% de los espacios de coworking de la urbe, con sectores de actividad como la seguridad informática, la biotecnología, la industria 4.0, el Big Data, la consultoría de software o el marketing digital.
Las instituciones se suben a la ola
Pero no todo finaliza en estructuras híbridas privadas donde no sentirse solo cuando se accede a un empleo a distancia. Las propias instituciones públicas cada vez ofrecen más posibilidades en este sentido para diversos colectivos, sobre todo entre una población con fama de creativa y emprendedora.
Valencia Activa, la apuesta del Ayuntamiento para fomentar el empleo y la digitalización mediante diversos programas e iniciativas, no solo recomienda en su web los diez mejores lugares para emprender (donde se ubican algunos municipales y gratuitos como La Petxina) sino que proyecta uno propio cerca del consistorio, en la calle de la Sangre.
El centro de la ciudad sigue alquilando oficinas tradicionales, pero también viendo apuestas como las de Nomadom Cospaces, una sociedad creada por Grupo Gimeno y White Investing que tiene previsto abrir más espacios denominados flexibles premium en localizaciones de alta demanda.
El Observatorio de la Vivienda emitió un informe en 2021 donde evidenciaba esta tendencia: más del 50% de los coworking se ubican entre Ciutat Vella, l’Eixample y Extramurs. Lo que, al mismo tiempo, fomenta la movilidad sostenible y permite tanto a personas que se incorporan al mercado laboral como a aquellas que trabajan lejos de muchos de sus compañeros encontrar una solución. De trabajo, de convivencia y de flexibilidad.
Porque, como se ha demostrado en los últimos años, operar en remoto no significa hacerlo en casa, aislado de la sociedad. Pero sí poder ejercer casi cualquier profesión, casi desde cualquier lugar, con casi cualquier horario, y seguir siendo productivo para las personas que decidan contratarte.