Fondos Europeos
Next Generation EU: La tentación de tapar agujeros
El profesor Jean Pisani-Ferry, experto en políticas públicas, debate a la Fundació Catalunya Europa sobre el futuro después de los fondos de recuperación europeos
"El modelo social de la Unión ha demostrado ser un éxito durante la crisis de la Covid", se congratula el profesor de Economía y Gestión Pública Jean Pisani-Ferry. La situación actual de la Unión Europea , incluso después de la más gran emergencia sanitaria en un siglo, es positiva, mucho mejor que durante el que el economista considera el punto más bajo de su historia reciente, en 2015. "Se pensaba que, si el juego es la globalización, la Unión Europea era cosa del pasado" recuerda. Las sucesivas "crisis transformadoras" que el modelo europeo ha sufrido en la última media década - el Brexit o la presidencia de Trump son ejemplos - han aumentado la resiliencia de un proyecto que ahora tiene en la iniciativa Next Generation EU la oportunidad de consolidarse más todavía.
Una iniciativa como los fondos de recuperación europeos era, hasta hace muy poco, inimaginable. Los Next Generation EU, de hecho, han saltado, como explica el mismo Pisani-Ferry, algunas de las líneas rojas del proyecto común europeo. "Next Generation ha roto dos grandes tabúes europeos: el de la expansión del gasto con deuda y el de las transferencias". En el primer caso, el de la financiación del gasto con deuda común, afirma el profesor, los economistas europeos lo veían deseable, pero legalmente imposible. "La deuda se consideraba una imposibilidad legal, pero también una imposibilidad política, porque la UE no tiene poder impositivo".
Pisani-Ferry: "El consenso en Alemania es que los fondos de recuperación son un proyecto excepcional, no una transformación de la Unión"
El problema de las transferencias es también el de la división interna de las economías de la Unión. Tal como recuerda el profesor, desde los países norteños se alertaba las economías mediterráneas que las transferencias no eran la solución a sus problemas, que los recursos tenían que ser propios. Esto cambia con NGEU, pero no a largo plazo. "El consenso en Alemania – afirma Pisani-Ferry – es que los fondos de recuperación son un proyecto excepcional, no una transformación de la Unión". Según el economista, de hecho, plantean un riesgo en este sentido: si las economías del sur no aprovechan los fondos para transformarse – hacerse más verdes y más digitales, piensa - "es posible que vemos una profundización de la concentración de poder económico a los países norteños en los próximos años".
Los contertulians de Pisani-Ferry recogen su guante, y no son optimistas. "Gastaremos? Seguro. Transformaremos? No está tan claro", lamenta el economista Jordi Angusto. Comparte, además, que las inversiones europeas suponen, si no un peligro, sí una responsabilidad. "Recibir este dinero – alerta – es un compromiso que si no hacemos bien nos podrá hacer más pobres todavía". El riesgo de profundización de aquella rendija que veía Pisani-Ferry, según Angusto, reside en la falta de expertise de una economía cómo la española, poco productiva y competitiva. "Reconstruir es más fácil, solo hacen falta recursos. Cuando se tiene que construir de cero el riesgo es más grande", reflexiona Angusto.
Los ponentes del acto de la Fundació Catalunya Europa, con el profesor Jean Pisani-Ferry al centro | Cedida
Proyectos tractores
"Si la economía española no se transforma en el sentido de la productividad, perderemos competitividad", un proceso que, según Angusto, comportará "devaluación salarial y consolidación fiscal" un golpe acaben los fondos Next Generation EU. Una buena aplicación de los recursos hacia la transformación productiva, pues, es esencial, no solo para evitar profundizar la brecha entre sur y norte, sino para evitar que las economías menos competitivas puedan hundirse todavía más. El ingeniero naval y empresario Joaquim Coello no hace buenas previsiones, y alerta sobre una posible distribución de los fondos en proyectos y partidas no bastante transformadoras – hacer un "trinchado", dice, del gasto, entre partidas, ministerios y direcciones generales, en vez de grandes proyectos empresariales que sirvan para traccionar la economía española. "Next Generation EU no es un paquete de estímulos; es un proyecto de transformación", alerta la investigadora del instituto Jacques Delors Eulàlia Rubio.
Rubio: "Next Generation EU no es un paquete de estímulos; es un proyecto de transformación"
Las claves, según el ingeniero, son dos: financiar pocos proyectos con mucho potencial e inyectar gran parte de los fondos; y dedicar el dinero a proyectos que puedan integrarse dentro de otros planes europeos. Una de las asignaturas pendientes de la economía española y europea, afirma, es la dependencia tecnológica, y esto se podría revertir con una gran inversión en el diseño y fabricación de chips de supercomputación. "Hace falta un Airbus de los grandes chips. Sin un proyecto así la dependencia europea será demasiado grande".
La necesidad de instaurar grandes proyectes tractores – Coello habla de computación cuántica, electrificación de la movilidad o inversiones en el sector farmacéutico – y el peligro de usar el dinero para aliviar pérdidas en vez de por una reforma económica de los países receptores llevan a la conversación, según los ponientes, cómo tiene que funcionar la condicionalitat de los fondos. "Hay quién pide una condicionalidad amplia, mientras que otras voces exigen una más estricta", afirma Pisani-Ferry.
Esta condicionalidad, según el profesor, comporta reformas profundas de varios aspectos más allá de las inversiones concretas. "Si llevamos a cabo una transformación digital, hacen falta inversiones, pero también hace falta alfabetización digital de la población. Esto no es inversión, sueño reformes; y son responsabilidad de los estados", concluye el economista. Las reformas, pero, tienen que ser de vainica, y los estados tienen que garantizar una solidez que las haga significativas a largo plazo. "¿Las reformas durarán dos años? ¿Quién nos garantiza que no cambiará el color del gobierno y se desharán?", se plantea Rubio, que remarca la necesidad de "mecanismos para garantizar que las reformas vayan más allá de los gobiernos de turno".
Cómo pagar la transformación
"En principio, la Comisión Europea acordó que la deuda se pagaría con recursos propios, pero no pienso que los impuestos digitales o la tasa a transacciones financieras sean basta significativas", observa Pisani-Ferry, que recoge las preocupaciones europeas sobre los recursos necesarios para la implantación de los programas de recuperación. "La única posibilidad que veo son el dinero del mercado de emisiones, pero no ha apetecido por este mercado". Rubio comparte esta preocupación, afirmando que "el panorama sobre los nuevos impuestos europeos es un poco pesimista".
Pisani-Ferry: "Los Fondos Next Generation, si tienen éxito, cambiarán la naturaleza de la Unión Europea. Si fracasamos, las consecuencias serán extremadamente graves"
"Si miramos el panorama de recursos propios de la UE, el riesgo es que no seamos capaces de crear suficientes para financiar la deuda", alerta Rubio, que ante este escenario ve dos opciones: o bien aumentar las aportaciones de los estados miembros o bien mantener la deuda a tipos bajos. Pisani-Ferry opta por la segunda alternativa: "Probablemente nos quedaremos la deuda común, y ha apetecido a los mercados por esta deuda". Angusto, por su parte, ve una alternativa impositiva en la tasación a las ganancias empresariales "Si hablamos de dinero seriamente, hay que hablar del impuesto de beneficios, que permitiría multiplicar el presupuesto europeo", plantea.
El reto de los fondos europeos Next Generation EU es múltiple, en cuanto que se entrevé una posible transformación de la Unión a varios niveles: industrial y productiva en sus estados miembros; fiscal, por el replanteamiento de los ingresos europeos alrededor de la deuda común; y de integración. "Los Fondos Next Generation, si tienen éxito, cambiarán la naturaleza de la Unión Europea. Si fracasamos, sin embargo, las consecuencias serán extremadamente graves", concluye Jean Pisani-Ferry.