Decenas de personas hacen cola para invertir en renta fija | Europa Press

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La resurrección de la renta fija

Con una banca que no quiere remunerar los depósitos y una bolsa indescifrable, la renta fija vuelve a ser una opción para los ahorradores

En las últimas semanas nos hemos cansado de ver imágenes de larguísimas colas de gente, tanto en la sede del Banco de España como en sus sucursales, esperando para comprar Letras del Tesoro. Tal ha sido el interés en este producto financiero que se ha tenido que imponer una cita previa para adquirirlo, hasta cuando sea a través de internet.

“También es cierto que desde los medios de comunicación le están dando mucho bombo, y eso está aumentando la demanda. Aunque este enero ya se ha superado toda la emisión de 2022, en realidad el porcentaje de particulares que están adquiriendo letras es solo un 2%”, comenta Niko Cuenca, analista económico y coordinador de EmpresaBIDEA.

Cuenca: “En realidad el porcentaje de particulares que están adquiriendo letras es solo un 2%”

Las letras del Tesoro han sido siempre un producto muy ligado al pequeño inversor; acudir al Banco de España para hacerse con ellas era algo ha­bi­tual para muchos. El rendimiento que daban estos títulos llegó a alcanzar el 14% en el año 1992. Después, las bajadas de tipos por parte del BCE provocó una fuerte caída que se iría recuperando, más o menos, hasta 2012, cuando los rendimientos cercanos a cero hicieron perder el atractivo de este producto.

"Recomiendo a los ahorradores españoles, domésticos y extranjeros, que compren deuda pública. No solo porque es un elemento de rentabilidad, sino por el elemento de estabilidad y de seguridad”, decía Carlos Cuerpo, secretario general del Tesoro. Y así está siendo. El ahorrador español, muy averso al riesgo, vuelve a poner sus ojos en la renta fija. Algo lógico, teniendo en cuenta que “es la única alternativa que hay”, considera Cuenca.

La rentabilidad de las letras llevaba siendo negativa desde 2016, pero la situación en mayo empezó a cambiar

La rentabilidad de las letras llevaba siendo negativa desde 2016, pero la situación en mayo empezó a cambiar, y las letras a 12 meses comenzaron a dar una ligera rentabilidad. Desde entonces, y tras cuatro subidas de tipos por parte del BCE, la rentabilidad se ha disparado: las letras a 12 meses emitidas en enero se pagaban al 2,98%, cifra que no se veía desde 2012. Ante la gran incertidumbre en los mercados bursátiles, buena parte de los analistas ya avanzaban en diciembre que el 2023 sería el año de la renta fija, pero Cuenca rebaja la euforia, pues cree que “una vez los bancos vuelvan a remunerar los depósitos la gente dejará de comprar estos activos”.

El gobierno, sus prisas y sus certezas

Los niveles de deuda pública están en máximos. Según datos del Banco de España, el volumen supera ya el billón y medio de euros, lo que, respecto al PIB, supone un endeudamiento del 116%. Así, hay una necesidad de financiación evidente.

Cuenca: “Colocar lo antes posible la deuda te permite, no solo tener una mayor tranquilidad, sino venderla más barata”

Por ello, la estrategia ante el cambiante escenario es acelerar las emisiones en esta primera parte del año. “Con una previsión de tipos al alza, colocar lo antes posible la deuda te permite, no solo tener una mayor tranquilidad, sino venderla más barata”, explica Cuenca. El Tesoro buscará además colocaciones a más largo plazo, recurrirá a bonos verdes y buscará fuentes de diversificación en la matriz de inversores.

El Gobierno saca también pecho de que, por el momento, "no se ha producido un repunte en la prima de riesgo" ni un incremento considerable del coste de la deuda, a pesar de las fuertes subidas de tipos. “La deuda espanyola es bastante segura. Su clasificación no es mala, está en valores razonables. ¿Cúal es la probabilidad de que España no pueda pagar en año y medio? Poca, el inversor puede estar tranquilo”, afirma Cuenca.

Cuenca: “La deuda espanyola es bastante segura. Su clasificación no es mala, está en valores razonables. El inversor puede estar tranquilo”

Aunque el Banco de España y la Autoridad Fiscal han alertado de que esta año la disminución del desfase presupuestario podría detenerse, la recaudación está disparada, se mantiene un superávit con el exterior y el Gobierno ha reducido parte del agujero presupuestario. Estas circunstancias han insuflado de confianza el mercado. Con todo, “el interés del inversor se centra en el corto plazo. Así, lo más seguro ahora son las letras del Tesoro. El único problema que podría tener la deuda española es que Europa siga avanzando con los Eurobonos, entonces sí puede que, al ser más seguro los bonos europeos, España tenga que compensar más a los inversores”, explica Cuenca. Veremos.