La resurrección del Rey Juan Carlos I
Del lujo olímpico a la quiebra total durante la pandemia
Hace poco más de dos años escribíamos este artículo donde explicábamos el declive de un hotel emblemático de la ciudad, el Rey Juan Carlos I ,que había nacido para cubrir la demanda de alojamientos de lujo durante los Juegos Olímpicos de Barcelona. Una gestión nefasta por parte de Joan Gaspart Solbes envió el establecimiento al concurso de acreedores con una deuda millonaria que lo hacía inviable. Ahora, aquella mola adormilada (hotel, palacio de congresos, jardines y spa) ha despertado repentinamente porque una operación a tres bandas le ha vuelto a la vida, de forma que bien pronto percibiremos de nuevo actividad en la zona.
Quienes eran propietarios del hotel desde su creación, la familia saudí Bin Nasser, decidieron desprenderse del hotel hace cierto tiempo, coincidiendo con la muerte del padre de familia, el príncipe Turki bin Nasser (2021). El problema era encontrar comprador, porque como decíamos hace un momento, la deuda acumulada (de unos 160 millones de euros) era una carga demasiado pelmaza para que alguien hiciera rentable el establecimiento. La operación a tres bandas entre un abogado experto en situaciones de crisis, un fondo de inversión y una cadena hotelera ha permitido deshacer el bloqueo y que el hotel resucite en fechas muy próximas. Conozcamos a los protagonistas de todo.
La deuda acumulada (de unos 160 millones de euros) era una carga demasiado pelmaza para alguien hiciera rentable el establecimiento
En primer lugar encontramos al abogado Pablo Usandizaga Usandizaga, experto en empresas en crisis y que, más allá de tener poderes en centenares de sociedades, es miembro del consejo de administración de Baqueira Beret, la firma que gestiona pistas de esquí y que es propiedad de la familia Serra (Catalana Occidente). De hecho, en Baqueira Beret el director general es Francisco Cuello Usandizaga y al consejo de administración también está Iciar Usandizaga Sainz, esposa de Jesús Sierra Farré. La gestión de Pablo Usandizaga ha permitido la entrada del nuevo accionista, la segunda pieza de este rompecabezas.
Quien se ha quedado con la propiedad del hotel es el fondo de inversión Tyrus Capital, que ha usado la vía de la deuda para acceder a la titularidad de la empresa que posee el hotel; es decir, ha ido comprando la deuda de los diferentes acreedores, para después transformarlo en capital y ser el único accionista (a pesar de que el Registro Mercantil todavía no recoge esta nueva situación). En el proceso, Tyrus Capital no fue el único candidato a adquirir el hotel, porque también estuvo muy interesado el fondo Apollo Global Management, que presentó oferta pero sin éxito. Este fondo norteamericano ya compró en el 2016 un paquete de veinte hoteles que habían ido a parar a manos de CaixaBank por morosidad. En aquel momento pagaron unos 700 millones de euros. Quien tenga interés, puede encontrar más información sobre Apollo en este artículo que publicamos el 18 de diciembre del 2019. Por su parte, Tyrus Capital es un vehículo inversor con sede en el Principado de Mónaco y que fue fundado en 2009 por Tony Chedraoui, un inversor libanés con pasado en Lehman Brothers y que a menudo la prensa califica como "agresivo" y, incluso, "buitre". Su fondo es accionista de algunas empresas españolas, como Gamesa o la constructora OHLA (antigua OHL).
La tercera pata es la cadena Meliá, que se encargará de la gestión a través de la sociedad Meliá Hoteles International. La cadena mallorquina integrará el hotel de la Diagonal a su segmento de lujo, etiquetado como Gran Meliá. De momento, lo primero que han hecho es modificar la denominación del negocio, que dejará en el cajón la referencia al monarca borbónico de triste recuerdo para pasar a usar la de "Miranda Pedralbes". Un camino parecido al que emprendió el antiguo hotel Princesa Sofía, también ubicado en la Diagonal de Barcelona.
Esta empresa familiar con base en Palma y cerca de setenta años de vida, factura ya 1.600 millones de euros anuales y dispone de unos 400 establecimientos hoteleros en todo el mundo. Además, cotiza en bolsa. El máximo accionista es el mismo fundador, Gabriel Escarrer Julià, que tiene un 55% del capital (paquete valorado en más de 700 millones de euros). Cerca de hacer los noventa años de edad, continúa ocupando una silla en el consejo de administración. El primer ejecutivo de la compañía hotelera es su hijo, Jaume Juan Escarré, mientras que su otra hija, Maria Antònia, figura también en los órganos de gobierno de la empresa. La parte de capital que la familia no controla (el 45%) está dividida entre una constelación de fondo de inversión, sin que ninguno de ellos llegue al 10% del capital.
Si la cadena hotelera lleva por nombre Meliá y no Escarré es porque el fundador amplió el negocio -que entonces se decía Sol- en la década de los ochenta con la compra de una cadena ya consolidada como era Meliá, fundada por el valenciano José Meliá Sinisterra coincidiendo con el boom del turismo mediterráneo a mediados de los años cincuenta. Por cuestiones de carácter financiero, este negocio hotelero entró en declive durante los años setenta y pasó a manos de varios bancos hasta que fue adquirido por el italiano Giancarlo Parreti en 1987. Un año después el nuevo propietario sería el grupo de Escarré y el nombre de la empresa, Sol Meliá,
Pronto podremos ver -y algunos disfrutar- la nueva etapa de este hotel barcelonés con regusto olímpico
En el consejo de administración de la compañía encontramos -al margen de los tres miembros de la familia Escarrer ya mencionados- a personajes como Fernando De Ornellas Silva, casado con Cristina Eulate Cabañas, prima de Borja Prado Eulate (a quién conocimos la semana pasada en el anterior artículo de esta serie). No es especialmente conocido por el gran público, pero De Ornellas es uno de aquellos personajes omnipresentes a los consejos de administración. Haciendo una vez de ojo a su currículum, comprobamos que ha tenido vinculaciones profesionales con una lista inacabable de empresas: el grupo de automoción Bergé, Johnson & Johnson (gran consumo), Endesa (energía), Dinamia (capital riesgo), Willis Iberia (broker de seguros), Mitsubishi (automoción) o Lazard (banca de inversión), entre muchas otros. Más personajes relevantes que encontramos en el consejo de Meliá son Alfred Pastor Bodmer, economista catalán nacido en la Seu d'Urgell (Alt Urgell) y que llegó a ser secretario de Estado con el gobierno socialista; Carina Szpilka Lázaro, también vinculada a la farmacéutica Grífols; o Cristina Henríquez de Luna Basagoiti, CEO en España de la farmacéutica GSK, entre muchos otros cargos.
Pronto podremos ver -y algunos disfrutar- de la nueva etapa de este hotel barcelonés con regusto olímpico. Habrá que ver cuánto de tiempo dura esta segunda vida del establecimiento, porque su ubicación es sobre suelo público y de momento el Ayuntamiento no ha querido prorrogar la concesión, que se extinguirá en 2040.