MOVILIDAD
Tres ineficiencias del transporte y cómo solucionarlas
La capacidad de las infraestructuras, el movimiento de vehículos en el entorno urbano y la última milla son los principales retos de la movilidad
Más carriles bici, espacios libres de coches y apuesta por el transporte público. La carrera hacia una movilidad sostenible va, desde los cambios de hábitos surgidos con el coronavirus, a contracorriente. El Área Metropolitana de Barcelona ha visto cómo la covid-19 ha modificado radicalmente la manera como los ciudadanos se mueven, tanto en desplazamientos a corta distancia como en trayectos medios y largos. Pero son cambios transitorios, que no modifican los retos a los que se enfrenta la movilidad en un futuro inmediato. Una jornada organizada por el Col·legi d'Economistes de Catalunya (CEC) sobre la movilidad en la AMB ha puesto de relieve tres ineficiencias del sector y cómo solucionarlas.
Uno de los participantes en el encuentro digital ha sido el presidente de Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC), Ricard Font, que ha destacado el communting como uno de los principales problemas de la movilidad metropolitana, es decir, los trabajadores que se trasladan desde ciudades medianas hasta Barcelona cada día. Unas 500.000 personas cubren el trayecto con vehículo privado cada día, hecho que supone cerca de un millón de desplazamientos. En cambio, los ciudadanos de la misma ciudad que se desplazan en coche sólo es de un 20% -mientras que un 80%, aproximadamente, eligen el transporte público, la bicicleta, el patinete u otras opciones menos contaminantes-.
"Si queremos reducir un 25% en los próximos 10 años los 500.000 vehículos que vienen de fuera de la capital dándoles una oferta de transporte público, tendríamos que crear unos nuevos FGC: una oferta de casi 300.000 plazas para dar un servicio regional", ha explicado Font. La solución a esta primera ineficiencia pasa por infraestructura ferroviaria. La jornada, dirigida por el decano del CEC, Anton Gasol, y con un coloquio moderado por el economista Guillem López-Casasnovas, ha subrayado dos ineficiencias más.
La capacidad de carga de las infraestructuras ya existentes es una de éstas. Font ha manifestado que, en condiciones no alteradas por el cambio de hábitos por la covid-19, en hora punta falta oferta y el resto del día, sobra: "Construimos infraestructuras o servicios para dos horas, que después van casi vacíos, y ahora tenemos una oportunidad para ordenar un poco los horarios". Pero el presidente de FGC encuentra otra ineficiencia dentro de esta: la financiación del transporte público.
"El ciudadano cubre un 43% del coste, mientras que una administración endeudada en más del 100% del PIB se hace cargo del 57% restante", afirma Font. En este sentido, cree que la financiación se tiene que pensar a largo plazo. Font añade que "en Europa ya nos han dado la receta: la movilidad ineficiente y que contamina tiene que pagar el transporte limpio". Es decir, se muestra a favor de que los usuarios paguen para utilizar el transporte público pero también tienen que "pagar por contaminar". El presidente de FGC ha instado a hacer frente a este problema inmediatamente, puesto que "después tendremos la factura de la pandemia y quizás multas de la UE para no reducir la contaminación en Madrid y en Barcelona".
La tercera ineficiencia viene da la mano del comercio electrónico. Hace años que las compras por internet están en tendencia ascendente, y el confinamiento y las restricciones de movimientos por el coronavirus han acentuado esta tónica. "Si hacemos el trabajo de sacar vehículos privados pero añadimos de reparto, las ciudades se congestionarán igualmente", se queja Font. Para la gestión de la distribución urbana de mercancías no aporta ninguna solución, pero sí ve claro que se tiene que abordar separadamente al objetivo de sacar los coches de la ciudad.
Cambios temporales por la covid-19
Julio Gómez-Pomar, economista y coordinador del monográfico sobre movilidad de la revista Economistas sobre el que se ha basado la jornada, resalta los efectos que ha tenido el coronavirus en la movilidad. El primer cambio ha sido "incluir la variable salud", explica. El riesgo de contagio en el transporte público se ha convertido ahora en uno de los temas centrales de la movilidad. Pero si un efecto claro ha tenido el coronavirus es la restricción en los movimientos en general. Mientras que los de media y larga distancia se han reducido casi a cero, los trayectos cortos han sido muy recortados.
El primer cambio que ha tenido el coronavirus en la movilidad es que ha incluido la variable salud
Según Gómez-Pomar, otro efecto ha sido el aumento del uso del vehículo privado y de los VTC, en detrimento del carsharing y los transportes colectivos públicos por el miedo al contagio. A esto se tiene que añadir la implantación del teletrabajo, que disminuye la movilidad, y la disminución del ocio debido a las restricciones y la prudencia de los ciudadanos, que tiene el mismo efecto.
Font califica muchos de los viajes que se hacían antes como "innecesarios", y pone como ejemplo algunos desplazamientos que hacía él mismo a Madrid para reuniones, "que se pueden hacer perfectamente por videoconferencia". Lo mismo pasa con algunas visitas al médico y clases en la universidad, por ejemplo. Pero estos cambios que se han producido ahora, considera Font, no serán permanentes: "Una vez superada la situación, seguiremos como antes".
El economista Gómez-Pomar apunta un efecto que sí puede tener continuidad, pero que todavía no se puede evaluar: "La tendencia a buscar vivienda en el extrarradio; si se produjera, afectaría a la movilidad hacia las ciudades". De momento, las modificaciones en los hábitos de transporte "nos darán un margen de tiempo" para pensar y repensar infraestructuras.