El precio (a veces invisible) de ir a la farmacia

Según el Col·legi de Farmacèutics de Catalunya, casi el 90% de los catalanes y las catalanas utilizan correctamente las herramientas para deshacerse de aquellos medicamentos caducados o no utilizados. El principal canal son los puntos de recogida de las farmacias, gestionados por SIGRE. Nacida en el mes de febrero del año 2002, esta entidad sin ánimo de lucro agrupa la acción de 325 compañías del sector farmacéutico y más de 22.000 farmacias en toda España para realizar el reciclaje de los fármacos de una forma segura y minimizando su impacto en el medio ambiente.

Tal como recoge la memoria de sostenibilidad de SIGRE, cada habitante de Catalunya recicla una media de 111 gramos de residuos vinculados al consumo de medicamentos y sus recipientes. Esta cifra representa un incremento de once gramos por encima del resto del Estado. Las farmacias adheridas al SIGRE asumen un gasto de 0,0064 euros por cada envase de medicamento para uso doméstico. Toda la operativa se gestiona a través de una red de 143 centros de distribución.

Ahora bien, en el ámbito de la salud hay que ir más allá de las cifras y analizar la parte social. Dentro del plan de Salud para el periodo 2021-2025, documento elaborado por el Govern, se recoge cómo en el año 2020, en Catalunya, había 200.000 pacientes polimedicados, es decir, que recibían 11 o más fármacos de forma simultánea. Un segmento de población que representaba un 7,3% de las recetas a cargo de la administración pública.

895 millones de euros de gasto farmacéutico

Entre los meses de enero y junio de este año, por las manos del Servei Català de la Salut han pasado 78,8 millones de recetas y un valor total de 895 millones de euros. De media, la administración pública destina 11,4 euros por receta. Por demarcaciones, Barcelona lidera el ranking de puntos SIGRE con 2.340 espacios, seguido de Girona (359), Tarragona (342) y Lleida (198).

Diabetes, tratamientos para la insuficiencia cardíaca, dolencias renales, opioides, antipsicóticos, antiepilépticos y antibióticos son algunos de los medicamentos más demandados por la ciudadanía. La Organización Mundial de la Salud calcula que un 50% de los medicamentos se venden inadecuadamente, y por esta razón recomienda a las autoridades utilizar criterios de racionalidad y de eficiencia económica.

El 90% de los catalanes y las catalanas utilizan correctamente las herramientas para deshacerse de aquellos medicamentos caducados o no utilizados

Con el estallido de la pandemia, el gasto sanitario se incrementó por la naturaleza de la situación y, a la vez, en un intento de corregir las carencias estructurales del sistema. ¿Cómo? Con las siguientes actuaciones: control de las intervenciones no farmacológicas, seguimiento de la prescripción de los fármacos y estrategia terapéutica para la detección precoz del dolor o dolencias crónicas. De cara al año 2050, las autoridades aseguran que se perderán 10 millones de vidas directamente relacionadas con las dolencias que no podrán ser tratadas por los antibióticos.

Proyectos transformadores para el sistema

Recientemente, el Govern ha autorizado una inversión de 60 millones de euros, gestionados desde el Servei Català de la Salut, para llevar a cabo dieciocho proyectos transformadores para el sistema público. El objetivo es que los trabajos estén ejecutados a finales de mayo del año 2026. Los principales ámbitos de actuación son la efectividad clínica, el apoderamiento, la accesibilidad, las curas, la experiencia del paciente, la coordinación del servicio asistencial y la hospitalización a domicilio. En el Estado y el sur de Europa, Catalunya es uno de los territorios de referencia en el ámbito industrial del universo farmacéutico.

Laboratoris Esteve, Ferrer, Uriach i Almirall son las principales empresas que generan un efecto tractor para el conjunto de la industria. Un ecosistema formado por universidades, centros de investigación, startups, fondo de inversión y hospitales. A partir de los datos extraídos del informe BioRegió 2021, impulsado por Biocat y ACCIÓ entre otras organizaciones, el área de las ciencias de la vida (farmacia, biotecnología, medtech y salud digital) representa el 8,7% del PIB catalán. 1.300 empresas han generado más de 700 millones de euros de inversión extranjera desde el año 2016 y una ocupación de 244.000 personas.