Las plataformas digitales no crean nuevas ocupaciones sino que transforman las que ya existen. Es la clave, tal como ha reiterado el profesor de Derecho del Trabajo Adrián Todolí en la presentación de las conclusiones del estudio El trabajo en plataformas digitales en la Comunidad Valenciana que se ha presentado este miércoles a la sede de Labora, el renovado Servicio Valenciano de Ocupación. El estudio se ha hecho en colaboración con la Cátedra de Economía Colaborativa y Transformación Digital de la Universitat de València.
Con el trasfondo de las denuncias de los riders, el informe hace especial análisis de las peculiaridades de este tipo de trabajadores que, principalmente, son gente formada: trabajadores liberales, creativos, traductores e informáticos copan los primeros sitios de la lista. El estudio ha hecho una clasificación de las actividades de las plataformas en tres categorías: marketplace, economía colaborativa y crowdsourcing. "El estudio intenta perfilar qué hay detrás de este trabajo en plataformas. En la calle vemos a Deliveroo o Uber, pero sólo son la punta del iceberg, pero a la hora de tomar una decisión legislativa tenemos que mirar qué hay detrás, y es el que hemos intentado poner en contexto", explica Todolí.
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La idea que estas ocupaciones ya existen y que la economía digital no las ha inventado también lo ha reforzado Enric Nomdedéu, secretario autonómico de Ocupación de la Generalitat Valenciana, en la presentación, pues ha matizado que desde el planteamiento político "no apostamos por un modelo que haga que la relación entre trabajador y empresa no sea la de siempre. Hoy por hoy o eres trabajador por cuenta ajena o eres trabajador por cuenta propia, es lo que hay". Y Nomdedéu ha puesto un ejemplo muy claro: "Cuando alguien trabaja en su casa, yo no puedo entrar a valorar si su silla es ergonómica o no, a diferencia de lo que sí que puedo hacer en una empresa. Por lo tanto, todo esto nos plantea unos retos diferentes en el ámbito del trabajo".
Asimismo, en este estudio se rechaza un cambio de legislación que considere a las personas trabajadoras de plataformas como autónomas. También se rechazan las subcategorías de autónomos como la propuesta de creación de los TRADES digitales. En opinión de Todolí, “una hipotética ley del TRADE Digital solo provocaría un conflicto entre la normativa española e internacional aumentando la judicialización”.
Todolí: "En la calle vemos a Deliveroo o Uber, pero sólo son la punta del iceberg"
Las medias fórmulas no entran en los planes del Gobierno valenciano: el director general de Trabajo valenciano, Gustavo José Gardey, ha apuntado en plena rueda de prensa que este 2019 ha habido 3.000 infracciones por falsos autónomos en territorio valenciano.
Y es que la necesidad de cambiar la regulación también es una conclusión del informe, tal como ha explicado Todolí, quien a la vez es cauto con la situación actual. "Una persona en una bicicleta no es un trabajo digital. ¿Se pueden hacer cosas? Sí, no negamos que haya casos de mejora pero por ahora la primera recomendación sería aplicar la regulación que hay, después consensuar con los agentes sociales la regulación y que esta nueva regulación pueda contemplar algunas recomendaciones en materia de conciliación: no hay verdadera flexibilidad porque existe escasez de trabajo", ha explicado el docente. Todolí ha propuesto que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) funcione como una agencia reguladora para crear un nuevo marco para estas nuevas maneras de hacer en el mercado de trabajo.
El director general de Trabajo valenciano ha apuntado en plena rueda de prensa que este 2019 ha habido 3.000 infracciones por falsos autónomos en territorio valenciano
Un tema en el que el informe no profundiza pero sí que señala es en la angustia que suscita en los trabajadores la reputación digital. "De reputación digital podríamos hablar horas y horas porque este tipo de trabajadores tienen que hacer todo lo que les mande el cliente y esto puede provocarles efectos psicológicos muy graves. Provoca riesgos para la salud, puesto que es trabajo emocional, porque algunas personas tienen que estar sonriendo todo el día ya que su trabajo depende de una nota; se han visto casos de mucha angustia". Es la angustia, explica Todolí, que siente un taxista de Uber o un repartidor de Glovo por llegar antes a su destino. De su velocidad se deriva la calificación con más o menos 'estrellitas' del cliente.
8 puntos para ser justos
En paralelo al estudio, Labora ha presentado también un Código de buenas prácticas para un trabajo digno en las plataformas digitales a partir de las preocupaciones que existen respecto a la calidad de la ocupación creada por estas plataformas con el objetivo de recomendar a los operadores cómo mejorar las condiciones de sus trabajadores. "Este código puede servir de base para llegar a acuerdos entre las empresas y los representantes de los trabajadores", apunta.
1 Reconocimiento de la laboralidad: o asalariados o autónomos. Nada más.
2 Informar de las condiciones laborales de forma clara, concisa y comprensible: apostar por la transparencia.
3 Salario digno: apunta a las recomendaciones de la OIT, que explicita que en la contratación de un autónomo el pago por hora realmente necesitada para realizar el encargo tendría que retribuirse como mínimo en un 50% más que la hora en el convenio del sector equiparable a asalariados.
4 Asignación de tareas: evitar los algoritmos y que el cliente pueda elegir el trabajador
5 Claridad en las tareas y suficiente tiempo para ejecutarlas: introducir foros para facilitar el trabajo al autónomo
6 Verdadera libertad y flexibilidad horaria sin penalizaciones
7 Evaluaciones de los clientes
8 Derecho a tener una voz en la determinación de las condiciones de trabajo