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El talento, la materia que mueve el mundo
Sant Cugat acoge el primer Congrés Internacional del Talent i la Gestió del Coneixement
"No sé qué es la economía del conocimiento. Para mí, la economía y el conocimiento son lo mismo. Antes del conocimiento, no había economía". Con esta reflexión ha abierto el economista y profesor de Columbia, Xavier Sala-i-Martin, una de las mesas redondas del primer Congrés Internacional del Talent i la Gestió del Coneixement, organizado por la Fundació Impulsa Talentum XXI.
El conocimiento siempre ha estado presente en la humanidad: "Esto nos hizo superiores y hace que tantos años después, los leones hagan lo mismo y nosotros enviemos satélites al umbral del sistema solar". Pero ahora hay diferencias sustanciales, como la velocidad con la que llegan nuevos conocimientos, la transversalidad de los cambios y los complementos necesarios.
"Siempre se ha necesitado un complemento para el conocimiento (como la tierra fértil o el capital). Ahora, los activos físicos han desaparecido o se han limitado. Hoy no hace falta una fábrica, una máquina, tierra... La mayor parte de los activos son intelectuales o humanos", ha enfatizado Sala-i-Martin.
Oriol Amat: "El objetivo final de la economía es mejorar el bienestar de la población"
"El objetivo final de la economía es mejorar el bienestar de la población. A través del conocimiento se generan ventajas competitivas, que hacen que un país o una organización pueda generar más bienestar", ha sentenciado el economista Oriol Amat, rector de la UPF y colaborador de VIA Empresa.
La colaboración como punto de partida
Uno de los conceptos que más se ha destacado es el de la colaboración como camino para crecer. "Se está creando más conocimiento que nunca. Con la covid-19, hemos visto que no solo se ha creado conocimiento, sino que se ha conseguido la solución a una situación de pandemia mundial. Se ha hecho en tiempo récord y, por primera vez en la historia, la comunidad científica ha trabajado en paralelo y en red", ha señalado Clara Lapiedra, fundadora de Aula Magna Business School.
Una idea compartida con Michael Blackman, director de Integrated Systems Events (ISE): "Todo esto no funciona sin colaboración. Las empresas están trabajando con códigos y fuentes abiertas. Lo quieren compartir para avanzar todavía más". En este sentido, ha destacado la importancia de que todos los agentes de un territorio remen juntos para avanzar más lejos.
John Hoffman: "Si comparto el conocimiento, tenemos el poder de cambiar el mundo"
"En este mundo poscovid el talento y las habilidades son más importantes que nunca", ha reivindicado John Hoffman, director del Mobile World Congress, que ha enviado un vídeo a la organización. Y ha señalado la importancia de "democratizar" el conocimiento. "La información es poder, pero si me lo quedo yo, no tengo poder de verdad. Si lo comparto, tenemos el poder de hacer un lugar mejor y cambiar el mundo", ha animado.
Esteve Almirall: "Grandes multinacionales que quieren buenos soldados nos llevan a la mediocridad"
Además, Blackman ha puesto en valor la tarea de Barcelona y Catalunya: "Nos ha impresionado el compromiso hacia la creación de talento que hay y lo que se ha hecho para desarrollar y traer nuevas empresas, a la vez que generar empresas emergentes". Aún así, ha advertido que no se puede pretender competir con Estados Unidos, sino que tiene que encontrar su nicho.
"El talento es un hecho social. Si no hay concentración, se pierde. Si no tenemos un elemento competitivo para desarrollar oportunidades, no funcionará", ha reflexionado Esteve Almirall, profesor de Esade y también colaborador de VIA Empresa, que ha destacado la importancia de que dentro de las compañías se fomente el talento: "¿Cómo sería una organización sin talento? De buenos soldados. Grandes multinacionales que quieren buenos soldados nos llevan a la mediocridad."
"Hace falta que los directivos cambien maneras de hacer anticuadas, no solo es suficiente con talento y conocimiento. Hay que cambiar la cultura organizativa", ha reivindicado Judith Palmés, directora de business consulting de Accenture.
Obsolescencia del talento
Una dificultad añadida de los tiempos actuales es que aquello aprendido caduca rápidamente. "Las capacidades se mueren de manera acelerada porque llegan nuevas tecnologías. Antes, el talento lo podíamos gestionar yendo a la escuela unos años para aprender una profesión. Esto ha cambiado, la obsolescencia llega antes de acabar la vida", ha insistido Sala-i-Martin.
Por eso, ha hecho un llamamiento a cambiar el sistema educativo, fundamentado en un mundo antiguo donde los datos eran limitados y lo importante era memorizar: "Tenemos que enseñar capacitaciones que les permitan ser mucho más flexibles, adaptables, resilientes y creativos". Además, ha recalcado la importancia de formar en espíritu crítico, también para discernir aquello verdadero de lo que no. También a las empresas y para discernir aquellas tecnologías que serán útiles de las que no.
Sala-i-Martin: "Necesitamos un talento que las escuelas no nos dan"
"Muchas empresas perderán montañas de dinero porque nos hemos lanzado hacia una tecnología que acabará no siendo útil", ha indicado el profesor, que ha añadido: "Necesitamos un talento que las escuelas no nos dan".
"Todo va tan deprisa, que tienes que hacer una formación constante de tu gente", ha enfatizado Judith Palmés, que ha reivindicado la formación de los trabajadores de una empresa: "Reclutar a una persona es más difícil que formar a los que ya tienes. A veces buscamos fuera lo que podríamos conseguir desde dentro". Lapiedra ha reivindicado "la importancia de las personas".
La innovación, en las empresas
"Catalunya es el mejor país del mundo, pero con margen de mejora". Es la conclusión de Oriol Amat, que ha indicado que uno de los márgenes de mejora es traspasar el conocimiento que se crea en las empresas. En este sentido, ha recordado que Catalunya es de las regiones donde se crea más conocimiento científico, mientras que no se encuentra en buena posición en innovación empresarial.
"El tema importante de la innovación es la adopción, que las empresas adopten y hagan cosas nuevas. Que lo prueben. El resto da igual. Es lo peor del país, nos centramos más arriba pero si las empresas no lo prueban, no sirve de nada", ha concluido Esteve Almirall.