Ocupación
Trabajo de verano, esperanza de invierno
La ocupación en periodo estival acumula varios años de crecimiento consolidándose para los parados como una época de oportunidades para reincorporarse al mercado
No todo el mundo espera los meses de julio y agosto con la ilusión de poder sacar humo a su cuenta de Instagram exhibiendo cómo de bien se lo pasa de viaje durante las vacaciones. Para mucha gente los meses de verano son días de mucho trabajo, los que genera la esperanza de poder reincorporarse al mercado laboral. Y es que un año más los contratos de trabajo en Cataluña vuelven a crecer este verano. Según datos de Adecco, hasta 256.000 catalanes firmarán uno estos meses, un 14% más que durante el 2016.
Crecimiento sostenido
Los datos de Eurostat han mostrado este lunes que España ha conseguido bajar de los cuatro millones de parados por primera vez desde el 2009. Un indicador que coincide con las cifras de ocupación en época estival, que muestran una clara tendencia a la alza. Sólo los últimos tres años, el aumento de las oportunidades laborales durante los meses de calor ha sido así de contundente. Por la directora de la delegación de Adecco en Barcelona, Sonia Jiménez, "la economía se está reactivando y las empresas que antes intentaban mantener el nivel de trabajo con el personal que quedaba en verano; ahora con más volumen de trabajo refuerzan la plantilla".
Por provincias, las cuatro demarcaciones catalanas han seguido una tendencia similar con tres años seguidos de aumento de la ocupación durante el verano. Aún así, destaca especialmente el caso de Lleida, donde los trabajos de verano prácticamente se han duplicado desde el 2015 a este año.
Aún así, como es evidente, Barcelona sigue siendo la provincia catalana que más oportunidades de trabajo creará este verano y ya roza las 200.000. A su detrás Tarragona le toma el habitual segunda posición en Girona mientras Lleida recupera terreno y ya casi las atrapa.
No sólo trabajan los jóvenes
A pesar de que el perfil más habitual de los trabajadores de verano sigue siendo lo del joven que busca un primer contacto con el mercado o unos ingresos extra; el cierto es que cada vez más julio y agosto también están en el punto de mira otras personas. Los parados de larga duración o las amas de casa "ponen más énfasis en la investigación de trabajo en esta época. A lo largo del año encuentran más dificultades porque no hay tantas oportunidades en el mercado y las que hay quizás no se ajustan a su perfil", dice Jiménez. Además, añade, "en verano en muchos casos se valora más la parte competencial que la técnica". Así pues, el trabajo de verano "puede ser una oportunidad o, al menos, una fuente de ingresos".
Jiménez: "En verano en muchos casos se valora más la parte competencial que la técnica"
El motivo hay que buscarlo en el inicio de la remontada económica, que permite a estos colectivos entrever más oportunidades de convertir un trabajo de verano en un contrato estable. El aumento de las ofertas en verano es una magnífica oportunidad para volver a sacar el hacia el mercado con la esperanza de demostrar unas aptitudes que merezcan alargar la estancia en un tejido empresarial liberado de la amenaza de la recesión. "Una parte muy importante de incorporaciones a la época estival son meramente temporales, pero a veces aquello que tenía que ser un refuerzo puntual por la acumulación de tareas o para apoyar mientras algunos compañeros son de vacaciones; pasa a ser una oportunidad real", insiste Jiménez.
El turismo sigue estirando la ocupación
Guste o no, el turismo sigue siendo la estrella de la contratación estival. Cataluña sigue acumulando récords de visitas y la ocupación va detrás. Cocineros y camareros en la hostelería o dependientes en el comercio vuelven a ser puestos de trabajo muy ofrecidos este verano.
La provincia de Lleida prácticamente ha duplicado las ofertas de trabajo estival del 2015 a este año
Ahora bien, el sector industrial también se suma a la contratación. La recuperación de los balances a muchas empresas permite cubrir las vacaciones de los habituales con nuevos contratos, a diferencia del que ha pasado en años de crisis. Una tendencia de la cual se benefician especialmente las provincias de Girona, Tarragona y Lleida. Según Jiménez, este hecho se explica en buena parte porque "empresas que antes no invertían ahora están dando la oportunidad de probar y ver si esto se transforma en más negocio".