Baloncesto, el talento viene de Belgrado
Residente en Serbia desde el 2004, Jordi Sampietro transmite a través de Belgrado Basketball los conocimientos del mejor plantel europeo de este deporte
La idea de Belgrado Basketball consiste a acercar esta forma de trabajar a través de campus que se celebran tanto en Belgrado (este verano será el séptimo) cómo en todo España. En total, más de 300 jugadores y entrenadores ya han pasado por la capital serbia gracias a la iniciativa de Sampietro; y un millar han trabajado en los campus organizados aquí.
En Belgrado "pueden trabajar con entrenadores y jugadores serbios. Y por Semana Santa ofrecemos un viaje por entrenadores, se alojan a la academia de la Estrella Roja, y pueden ver como funciona por dentro y cómo se entrenan las categorías inferiores".
En España, los campus para jugadores de entre 8 y 19 años los comandan "entrenadores serbios que trabajan o han sido vinculados a la Estrella Roja. Trabajan técnica individual y hacen los entrenamientos en inglés". En estos campus, además, dan la oportunidad a entrenadores catalanes y españoles de estar cinco o seis días trabajando con los entrenadores serbios. "Indirectamente los regalamos una formación, a pesar de que algunos no lo valoran y prefieren ir a ganar 100 euros en cualquiera otro campus", lamenta Sampietro.
Sampietro en una de las pistas exteriores de la Estrella Roja de Belgrado. Cedida |
El vínculo con el histórico club de la Estrella Roja es uno de los principales reclamos que ofrece Belgrado Basketball. "Cuando dices que en el campus hay entrenadores de la Estrella Roja, como que la gente tiene memoria y recuerda la historia del equipo, es un punto a favor". Además, su proyecto se beneficia del hecho que los últimos años el mítico equipo de Belgrado está reavivando. "Ha sido una suerte que ahora esté a este nivel y seguro que los cercanos cinco años estará a la élite de la Euroliga", pronostica Sampietro. De hecho, el mayo del 2018 la Final Four de la máxima competición europea se celebrará en la capital serbia.
Vivir por el baloncesto
Pero cómo llega un catalán a vivir en Belgrado y montar una empresa que transmita el conocimiento del baloncesto serbio? Licenciado en Educación Física y con el título de Entrenador Superior de baloncesto, Sampietro era entrenador de base pero "el que quería era ser entrenador profesional". Marchó a los Estados Unidos, en las universidades de Syracuse y de Indiana "hasta que se me acabaron el dinero", recuerda.
Con la determinación de seguir cercando para crecer dentro del mundo de la cesta, fue buscando oportunidades hasta que recibió la llamada del Lavovi 063, un club profesional de Belgrado. "Me ofrecieron ser ayudante del equipo de scouting", explica. De este modo llegaba en 2004 a la capital serbia, con una experiencia que no acabó de reeixir. "A mitad de temporada pude entrar a la Estrella Roja asistiendo a los entrenamientos, ayudando a los scoutings, etc.", explica sobre el inicio de su vínculo con uno de los equipos más relevantes del baloncesto europeo.
Instalado en Belgrado, y después de cuatro años trabajando también para una empresa de scouting, decidió poner en marcha Belgrado Basketball, una idea que hacía tiempo que le cercaba por la cabeza, desencantado del baloncesto profesional y convencido de dedicarse a la formación. Por Sampietro, se trata de un servicio útil dado que "en Cataluña y España en el baloncesto cada cual hace el que vol. En Badalona hay un club a cada esquina, pero todos entrenan a su manera".
Vivir del baloncesto en Belgrado es posible. Cedida |
Lamenta que "los cursos de entrenador son un negocio y no explican como se tienen que hacer las cosas muy hechas. Hay mucha teoría y poca práctica. Todo el mundo habla de la técnica individual pero nadie lo hace". En cambio, en Serbia, asegura que "todos los clubes hacen más o menos el mismo. Si vamos a un parque y hay cinco jugadores de países diferentes jugando a baloncesto, podría adivinar quién es de los Balcanes. En el trabajo de la técnica individual no hay color".
Eso sí, advierte que trabajar con los serbios requiere estar preparado "porque hacen mucha repetición y son duros". Una exigencia que echa de menos en casa nuestra. "A los entrenadores catalanes el que intento explicarlos es que si quieren mejorar se tienen que formar. Y la formación es continua", dice Sampietro. Por ejemplo, "cuando voy a impartir una charla a un club los pregunto si entes los últimos seis meses han ido a ver algún entrenamiento de un club que no sea el suyo. Nadie lo ha hecho".