Una de las cubiertas verdes de Eixverd

Emprende

Eixverd, cultivar a la azotea

La emprendedora e ingeniera Lídia Calvo quiere llevar las cubiertas verdes típicas norteñas de Europa en casa nuestra

Traer la tradición de las cubiertas verdes en Cataluña. Este es el objetivo de Eixverd, una startup liderada por Lídia Calvo, ingeniera industrial que quiere hacer crecer el verde a las azoteas de nuestras casas inspirándose en una práctica muy extendida al norte de Europa. Una azotea verde, tejado verde o cubierta ajardinada no es más que la azotea de un edificio cubierto de manera parcial o total de vegetación.

Esta visión es muy habitual a las cubiertas de las casas de países de Alemania, Inglaterra, Países Bajos, Suecia, Suiza o Canadá, donde el 25% de cubiertas ya son verdes. Por eso Eixverd quiere llevar la verdor a los techos de Barcelona. "Queremos ayudar en las ciudades a adaptarse al cambio climático", dice Calvo, que ha participado en el programa para emprender en el sector de la construcción de Barcelona Activa y participará en el Smart City WorldCongress .

Decoración o un huerto
Bajo esta premisa, la emprendedora propone que las propiedades de vecinos, edificios públicos o suyos de empresas instalen a la azotea una cobertura donde puedan crecer plantas y arbustos o inclús un huerto. Calvo afirma que muchas de las barreras y los mitos que rodean este tipo de instalación están superados o son falsos, como por ejemplo que las raíces pueden penetrar en el edificio o que causarán humedades. Unas bolas que los países más adalides en sostenibilidad ya hace años que han desmentido.

Hay dos modalidades de cubierta verde: decorativas o de huerto urbano. Dependiendo del grueso del sustrato crecen unas plantas u otras. "El sedum sólo necesita 10 o 15 centímetros de tierra, con un sustrato más grande a partir de 20 centímetros ya pueden crecer gramínies o plantas aromáticas", explica Calvo. La otra opción son coberturas agrícolas "a grande y mediana escalera, alejándonos de las mesas de huerto urbano", detalla la emprendedora, que se inspira en experiencias como la de Brooklyn Grange en Nueva York.

Un ejemplo de cubierta decorativa de Eixverd Foto: Cedida

Eixverd se encarga de hacer los diseños, proyectos ejecutivos, pedir licencias, permisos y realizar la instalación de las cubiertas. Estas construcciones comportan aislamientos, impermeabilización, sustratos, plantas y las reformas que hagan falta.

Además, según la empresaria, este tipo de coberturas mejoran la climatización, reducen el riesgo de inundaciones, filtran contaminantes y Co2 del aire y actúan como barrera acústica. El coste de instalar una cubierta verde, además, no es muy más elevado que el simple hecho de colocar un aislante en una azotea. "El precio está alrededor de los 100 euros por metro cuadrado, dependiendo de la modalidad, cosa que no es paso más cara que una simple impermeabilización", afirma la ingeniera quien recuerda que actualmente el Ayuntamiento de Barcelona subvenciona el 50% de la instalación. "Además, si se escoge plantar espliego, Eixverd se encarga del mantenimiento de la plantación", añade. Esta oferta es posible gracias a la salida comercial de esta planta. La misma plantación se encarga de suplir los gastos que se derivan.

Actualmente la presencia de este tipo de coberturas es simbólica a casa nuestra. De momento Calvo cuenta con una cubierta verde en un edificio de la Universitat Pompeu Fabra (UPF), que muestra como ejemplo de instalación de una de estas cubiertas en uno en torno a clima mediterráneo.

"Una ciudad más guapa"
Después de trabajar en el sector privado durante una temporada y reorientarse trabajando con ONG's, Calvo acabó combinando las dos facetas y todo el conocimiento que había recogido poniendo en marcha el proyecto de Eixverd el año pasado. "Yo quería hacer de Barcelona una ciudad todavía más guapa. Y que le hace falta en la ciudad? Pues menos coches y más verde, por eso aposté también para emprender este proyecto", afirma la emprendedora. En un principio Calvo quería enfocarse al mercado de vivienda residencial, pero ha visto que hoy por hoy puede tener más éxito enfocándose en edificios de empresas o corporaciones: "A pesar de que el Ayuntamiento subvenciona parte de la inversión, de momento cero personas han pedido la ayuda", lamenta.

Por eso ya trabaja en un proyecto para el Hotel Princesa Sofía y el Depósito de las Aguas de Busot de la misma UPF. Eixverd sabe que llevar las cubiertas jardín en casa nuestra costará, pero igual que "hace 15 años no reciclábamos, esperamos que dentro de poco las azoteas verdes sean una cosa normal en nuestras ciudades", concluye Calvo.