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Espigoladors, recuperando frutas y verduras imperfectas
Esta ONG lucha contra el derroche de alimentos espigando los productos de primera calidad que no se comercializan
"El año 2014 nos dimos cuenta que había mucha gente en una situación delicada económicamente debido a la crisis, por el que no tenían acceso a una alimentación suficientemente saludable o equilibrada, y paralelamente había una gran cantidad de comer de primera calidad que por motivos estéticos o por temas comerciales se lanzaba", explica Núria Casas, responsable de proyectos de Espigoladors. Con esta premisa, Mireia Barba, junto con dos socios, decidieron que se tenía que hacer algo frente al derroche de alimentos.
Espigoladors es una organización sin ánimo de lucro que nace con la voluntad de dar respuesta a tres cuestiones: el derroche de alimentos, la carencia de acceso de determinados colectivos a una alimentación de calidad y la carencia de oportunidades laborales de personas que se encuentran en una situación delicada.
Una de las tareas principales de la asociación es recuperar el producto que se pierde en los campos. Este producto se recupera conjuntamente con equipos de voluntarios que participan y que, después, pueden llevarse estos alimentos a casa. "Cualquier persona puede formar parte de este grupo de voluntarios y venir a espigar ya sea de forma regular como de forma puntual", señala Casas.
El 90% de los alimentos recogidos son por entidades sociales y el 10% restante se utiliza para elaborar producto alimentario
El 90% de los alimentos recogidos van a parar a entidades sociales como comedores sociales, puntos de distribución solidaria o entidades que ofrecen bolsas de alimentos. El 10% restante se utiliza para elaborar producto alimentario, puesto que Espigoladors también transforma los productos en mermeladas, por ejemplo, para alargar la vida de los alimentos. Gracias a la comercialización de este producto "podemos hacer sostenible todo el modelo de negocio de la asociación", añade Casas.
Recogida de alimentos y transformación
"Recogemos todo tipo de producto y también de diferentes lugares, sobre todo del área del Baix Llobregat, del Maresme y del Vallès Occidental. Dependiendo de la temporada, se recogen diferentes tipos de alimentos, a pesar de que el momento fuerte es cuando hay cambios de cultivo", explica Casas. Espigoladors ha creado una red de agricultores colaboradores que los trucan cuando dan por finalizada la cosecha y todavía queda producto a la planta que acabarán lanzando. Aún así, se trata de un proceso bastante rápido, puesto que los agricultores avisan a la asociación con unas 48 o 72 horas de antelación y Espigoladors tiene que buscar en poco tiempo los voluntarios que participarán. Es por eso también que el número de voluntarios en cada espigada es mucho variante: "Puede ser que un día seamos cuatro personas y el día siguiente, 25", apunta Casas.
Cualquier persona puede ser voluntario y participar en una espigada. Según Casas, "puede ser que un día en una espigada haya dos señoras que están jubiladas, dos estudiantes, una persona que no tiene trabajo... es gente muy diversa la que quiere participar".
Para transformar los alimentos, la organización trabaja con dos obradores externos, a pesar de que tiene previsto abrir su propio obrador, situado al Prado de Llobregat, de cara en otoño. "La intención es que esta tarea de transformación de alimentos pueda ofrecer oportunidades de trabajo a personas que por determinadas circunstancias tengan menos probabilidades de encontrar trabajo", señala Casas.
"Queremos que el nuevo obrador pueda ofrecer oportunidades laborales a personas que tengan menos posibilidades de encontrar trabajo"
Bajo el nombre Se Im-perfect, los productos transformados se venden a través de comercios. La asociación tiene una alianza comercial con cinco empresas de alimentación que tienen proyectos sociales como base: la cooperativa el Olivo, la fundación Casa Dalmases, Delicias del Berguedà, la cooperativa Sambucus y El gato del rosal.
Acciones de sensibilización
La organización también trabaja mucho con el tema de la sensibilización, sobre todo para involucrar cuanto más gente posible en la lucha contra el derroche de alimentos. "Estiércol diferentes acciones para que más gente luche contra el derroche de alimentos en su día a día", señala Casas. Una de estas acciones son las campañas con empresas que estén sensibilizadas en este tema, como por ejemplo la espigada realizada con Unilever.
A través del programa de voluntariado de Unilever, los trabajadores de la compañía participaron en una espigada en la zona agraria del delta de Llobregat, en la cual recogieron alrededor de 1.000 kilos de patatas por persona destinados a ayudar además de 250 familias del Prado de Llobregat a través del Punto Solidario del Prat.
Espigoladors también ha enfocado las actividades de sensibilización hacia los jóvenes, por lo cual trabaja con institutos de secundaria. "Ahora ya estamos poniendo en marcha la tercera edición del Premio a la comida no se lanza, un concurso de ideas contra el derroche de alimentos", explica Casas. Con este premio, la asociación propone a los jóvenes que sean ellos quienes generen nuevas ideas que permitan afrontar este problema. Además, este año Espigoladors lanzará por primera vez una categoría infantil del premio, cuentos ilustrados que hablen de frutas y verduras imperfectas y de por qué se lanzan los alimentos. De todos los cuentos que participen se editará un libro que saldrá a la venta el Sant Jordi del 2018.
Organización sin ánimo de lucro
La comercialización de los productos que transforman es la vía por la cual Espigoladors intenta autofinanciarse. "La intención es poder generar un modelo de negocio que sea sostenible, que no dependa siempre de financiación externa o de subvenciones, a pesar de que todavía no lo hemos conseguido", confiesa Casas. Aún así, la asociación se mantiene gracias a la comercialización de los productos transformados, a las actividades de sensibilización, proyectos que desarrolla y a las subvenciones.
"Nosotros no trabajamos por perpetuarnos, sino para no ser necesarios"
Después de tres años realizando su tarea, Espigoladors ya ha recogido 298 toneladas de alimentos, ha llevado a cabo 225 acciones de sensibilización contra el derroche de alimentos y cuenta con 49 productores y empresas colaboradoras. Aún así, "el objetivo a largo plazo de la asociación es desaparecer: queremos que la gente ya esté concienciada con el tema del derroche y que ya no se necesite un proyecto como el nuestro; no trabajamos para perpetuarnos, sino para no ser necesarios", concluye Casas.