Emprendedores
La fiesta de las startups se juega en el Camp Nou
En el partido de la emprendeduría, las empresas reclaman inversiones y talento para jugar la Liga de Campeones
El ambiente es el de las grandes noches de Champions. Más de 200 startups llenan a tope el auditorio 1899 del Camp Nou. Todo a punto por el silbato que haga rodar la pelota de la emprendeduría. La alineación es de lujo: Dídac Lee, Ferran Martínez, Jean François Gauthier (Genome), Carlota Pino (HolaLuz), Miquel Martí (Barcelona Tech City), Neus Sabaté (Fuelium), Daniel Sánchez (Nauta Capital), Jordi Naval (Aelix Therapeutics) y Joan Romero (Acción). Mientras tanto, Gina Tost lo comentará todo a pie de césped. Que empiece el partido Be Connected Join the Hub organizado por Acción.
Los primeros al jugar la esférica son Lee y Martínez. Por los que encara no conozcan su dorsal, uno es miembro de la Junta Directiva del FC Barcelona y el otro es un reconocido exjugador de baloncesto. Los dos, empresarios tecnológicos e inversores con una larga trayectoria. Se presentan ante el público como Commodore y Spectrum . "La primera ronda de fundraising fue con mis padres porque me consiguieran un ordenador", reconoce Lee. "Puede ser que sea un antisistema pero los sistemas se cambian y no duran por siempre jamás", confiesa Martínez.
El tiqui-mancha
Los forofos disfrutan de su tiqui-mancha y lo aprovechan para lanzar algunas lecciones sobre emprendeduría. Lee, que tiene 20 años de experiencia y ya ha perdido la "fama de joven emprendedor", destaca que "la experiencia es relativamente importante" a la hora de crear un nuevo modelo de negocio y dispara que no hay normas fijas. Desde hace pocos años se dedica a apostar por el talento joven: "Cuando un inversor tiene pasado emprendedor es como un entrenador que ha jugado al fútbol". Martínez, partidario de romper barreras incluso más allá de la línea de triple de los 6,75 metros, asegura que ahora sólo invierte en proyectos que le gustan mucho. "El límite que tenemos es el que nos ponemos nosotros".
Dídac Lee: "Es un error intentar ser Silicon Valley. Barcelona tiene que tener su modelo"
Justo en este preciso instante, llegan algunos consejos: pasión por el que quieres hacer, claridad para encontrar el agujero de mercado y atención a todo aquello que triunfa fuera sin obsesionarse a crear algo nueva. Martínez chuta a boca de gol: "No es tanto la idea como ser capaz de implementarla". Lee también remata: "Es un error intentar ser Silicon Valley. Barcelona tiene que tener su modelo". Y reconoce que la capital catalana se tendría que atrever a soñar en grande así como potenciar el networking, el sistema de urgencia y el afán de Israel y la China. Justo antes de marchar a los vestuarios, Gauthier se mueve entre datos y hace un llamamiento internacional: "Barcelona, necesitas ser más global y más ambiciosa".
Más que un hub
Empieza la segunda parte. Hay nuevos jugadores y aunque son conocidos, muestran sus galones desde buen comienzo. Pino explica que siempre que envía correos a sus 137 trabajadores los cierra con dos hashtags #Itispossible y #Keeprowing. Es toda una declaración de intenciones: "El que sabemos hacer muy bien es trabajar muy duramente". Martí se atreve incluso a ponerse deberes: "Estamos en la fase de internacionalizar, tenemos que establecer bidireccionalitats y mejorar nuestra propuesta de valor en conocimiento con gente de fuera".
Naval y Sabaté lo traen a su terreno científico. Naval advierte que "la buena ciencia ya está" y que hay 300 millones de euros para invertir en compañías biotech pero "la emprendeduría de base científica y tecnológica que sale de los centros de investigación no está al nivel de los proyectos ecommerce y software". Son partidarios de afrontar los problemas con un saco de soluciones: facilitar la vida al investigador, "el científico también necesita un partner o un CEO porque no van a las mismas fiestas" y crear fondos de inversión para proyectos que no tienen capital y todavía están a la academia.
La fiesta del talento
Sí, se ha hablado de fiesta y es que la pelota ya es mueve entre startups e inversores. Se incorpora Sánchez como àbritre parcial que se dedica a financiar compañías ya avanzadas y reivindica "un buen balance entre ideas y dinero" a la vez que "un círculo virtuoso y un buen ecosistema". Trivalia o Social Point son sus ejemplos y referentes. Ahora bien, advierte que "no podemos caer en la autocomplacencia, puesto que tenemos mucho para aprender y necesitamos muchos más casos de éxito".
En clave humorística, Martí reconoce que no es demasiada de organizar fiestas pero no descarta hacer alguna. "Buena parte del éxito de Silicon Valley es por el que ha venido de Stanford", destaca antes de poner como reto el fortalecimiento del vínculo entre ecosistema y talento universitario y escolar. "Tener talento es low coste y por eso se tiene que retener", matiza Sabaté. "No hay poco talento en Barcelona pero no hay bastante talento que quiera venir a Barcelona", defiende Pino.
Carlota Pino: "No hay poco talento en Barcelona pero no hay bastante talento que quiera venir a Barcelona"
Las palabras de Lee todavía están presentes a pesar de que ahora el inversor se lo mira desde el banquillo. Sánchez destaca también que al hub de Barcelona le falta ambición, pensar en grande y ser más internacional. Martí se añade a esta jugada y augura que si la capital catalana "se lo cree más" puede estar, en poco tiempo, entre las primeras tres ciudades de Europa y al top 20 del mundo.
La jugada final
Romero entra en el tiempo añadido. Una aparición en los últimos minutos de partido para aportar su toque administrativo y lo hace precisamente sin olvidar en ningún momento el escenario futbolístico. "Desde la Administración, tenemos que tener en cuenta quién son los jugadores y tenemos que facilitar que el césped esté bien cortado cuando salgan el campo", asegura. Con los datos en la mano, detalla que las startups en Cataluña juegan con un esquema 4-4-2. O el que es el mismo, un 40% se encuentran entre cero y tres años, un 40% van de los tres a los seis años y más de un 20% traen jugando entre seis y diez años.
En linea con el resto de actores principales y justo antes del silbato final, Romero defiende que "el sistema emprendedor tiene que ir a escala internacional". Acaba el partido y las startups se llevan la victoria en casa.