Un unicornio está naciendo a las startups de Barcelona

En el mundo de las startups un unicornio también es un animal mitológico. Este concepto hace referencia a las nuevas empresas valoradas en más de 1.000 millones de dólares. Un listón que han saltado Uber, Airbnb, Facebook o Xiaomi entre otros y que todo emprendedor mira con una mezcla de deseo e incredulidad. "En Barcelona hay un ecosistema atractivo, en pleno crecimiento y con compañías que no tienen nada a envidiar a las grandes marcas de Internet; hay muchas posibilidades que el próximo unicornio nazca aquí´", explicaba el director del programa The Collider de la MWCapital, Óscar Sala, durante la presentación del Informe Startup Ecosystem Overview, celebrada al Pier01.

La gestión de un unicornio tiene mucho que ver con la creación de un entorno que lo propicie, y Barcelona está acumulando razones para ser optimista. Según los datos del mismo informe, al 2018 la capital catalana sumaba 1197 startups, un 30% más que en el año anterior, y el número de inversiones creció por encima del 60%, hasta ensartarse a los 871 millones de euros. Con estas cifras, Barcelona se consolida como quinta ciudad europea en volumen de inversiones destinadas a nuevos proyectos empresariales. "Más importando que esto es el hecho que el volumen de inversión por ronda ha crecido, con inyecciones por encima de los 100 millones de euros, y que se dan en las etapas de crecimiento de las compañías. Esto indica que el ecosistema es maduro", indica Sala.

Para el consejero delegado de Inveready, Ignacio Font, el buen posicionamiento de Barcelona en los rankings no es una simple cuestión de vanidad, sino que es un indicador claro de la fortaleza del sector. "Estas cifras nos dicen que la ciudad está entrando en un círculo virtuoso en el que se atraen a cada vez más empresas, más inversión y, sobre todo, más talento, que es el que se necesita".

Pierre: "La entrada de dinero es el que te permite atraer un talento que está repartido por todo el mundo, y esta combinación de talento y dinero es el que te hace crecer"

Coincide en el análisis el fundador de Badi, Carlos Pierre, que identifica el talento como "la capacidad para aprender rápido". Como emprendedor, Pierre ha experimento el cambio que supone la entrada de inversiones potentes por el despegue de una startup. "La entrada de dinero es el que te permite atraer un talento que está repartido por todo el mundo, y esta combinación de talento y dinero es el que te hace crecer". En este sentido, el emprendedor hace hincapié en el cambio que ha supuesto la entrada, cada vez más frecuente de capital extranjero, "que tiene menos aversión al riesgo".

Por Pierre, la clave para entender la transformación de Barcelona en capital de la emprendeduría se resume en dos factores: un ecosistema creado a paso desde inicios del siglo XXI y la marca de la ciudad. "Es una ciudad atractiva para vivir y trabajar, no sólo por el solo y la playa, sino también por la cultura y el propio entorno que se está creando". En esta misma línea, el director de 4YFN, Pere Durán, asegura que la capital catalana "tiene todos los ingredientes para convertirse en un hub tecnológico". Los rankings también reflejan esta realidad: Barcelona es la tercera ciudad europea preferida para emprender, después de Londres y Berlín.

Un unicornio con vocación científica

Puestas las condiciones, los expertos se aventuran a señalar qué sector será el gestor del esperado unicornio. Las cifras del informe dan algunas pistas. En Barcelona, la mayor parte de las startups son desarrolladoras de dispositivos hombre, de movilidad y del sector salud, comer y bienestar. Es en este último ámbito en el que Sala voz más oportunidades de encontrar la gran empresa que cambie el mundo. "El Parque Científico juega un papel fundamental en la innovación del sector health y, después de muchos año trabajando en novedades que mejoran la salud de los ciudadanos, ahora también se están creando mejores servicios". Sala recuerda que en el ciudad está en el top 10 mundial en producción científica e indica que "si hasta ahora muchas de las innovaciones creadas no se han monetitzat en el mercado, esto está empezando a pasar".

Font: "Tenemos una gran fuente de desarrollo tecnológico en universidades y hospitales"

Font coincide en el pronóstico. "Tenemos una gran fuente de desarrollo tecnológico en universidades y hospitales, y la transferencia al ámbito privado está funcionando muy bien; esta es una gran riqueza de nuestro ecosistema".

El sector de la salud quizás es el que reúne más condiciones para crear el primer unicornio de Barcelona, pero no es el único que cumple las condiciones. "El ecosistema de startups tiene palancas de crecimiento de futuro importantes, como el desarrollo del 5G. En los próximos años las empresas tendrán que crear objetos que hablen entre ellos, y esto pasará aquí. Tenemos cobertura real de 5G dos años antes de su llegada al mercado, y esto hace que todo el mundo que quiera crear soluciones en 5G tenga que venir a Barcelona y generar riqueza", indica Sala.

Un foco de crecimiento en Madrid

Barcelona es una ciudad de referencia en la creación de startups y captación de inversión, pero no es la única en el estado. Madrid cuenta con un crecimiento en volumen incluso superior al de la capital catalana.

Según el informe, si en Barcelona se cuentan 1.197 startups, Madrid acoge a 1.235. La relación de fuerzas se invierte si hablamos de volumen de inversión. El 2018 las startups catalanas sumaron 871 millones de euros, por 342 destinados a las empresas madrileñas. Por Sala, esta segunda estadística es la que indica la existencia de un ecosistema más consolidado en Barcelona.

De todos modos, los expertos prefieren crear un puente de entre las dos ciudades. "Sumadas, Madrid y Barcelona se convierten en la tercera ciudad con más startups de Europa, por detrás de Londres y París, y la cuarta en inversiones", destaca Sala. La pregunta a responder en un futuro cercano es si las dos capitales están destinadas a crear un puente emprendedor que haga efectiva esta suma de fuerzas o si, por el contrario, tienen que crecer por separado.