Los 7 grandes riesgos para la empresa catalana en el 2023
La guerra de Ucrania y Rusia es el origen de buena parte de los riesgos para la economía mundial y catalana
"Afrontamos el 2023 en medio de fuertes turbulencias: una guerra en Europa que ha acentuado el choque energético, una creciente polarización en las relaciones internacionales que amenaza la globalización y una emergencia climática cada vez más cerca del punto de no retorno". Es la advertencia de la Agència per la Competitivitat de l'Empresa en su estudio sobre el Análisis de riesgos y tendencias mundiales por el año que empieza.
Un trabajo que pone encima de la mesa los siete grandes riesgos que afrontan las empresas catalanas en un contexto incierto, marcado también por una "elevada inflación" y una "desaceleración económica que hace volar la sombra de la temida estanflación". Este escenario, alerta ACCIÓ, tiene que ser valorado por las compañías del país.
- Tensión y polarización mundial
Las tensiones geopolíticas, que están conformando un nuevo orden internacional más polarizado, centran el primer riesgo para las empresas catalanas. ACCIÓ destaca dos grandes situaciones: las tensiones en aumento entre China y Estados Unidos y la guerra de Ucrania, que ha acentuado más las diferencias entre los países occidentales y el gigante asiático. En este contexto, las dos potencias buscan el apoyo del resto de países, un escenario complicado para una Europa que depende de los dos bandos.
- El impacto de la guerra a Ucrania
Las cadenas de valor global de distribución ponen en riesgo el negocio de muchas industrias. Unas cadenas que ya se vieron afectadas por la Covid y que ahora, la guerra a Ucrania, ha dificultado todavía más. Un ejemplo es la interrupción de los suministros de cereales y metales ucranianos, así como el bloqueo comercial impuesto con Rusia. La política de Covid 0 de la Xina también ha alargado y encarecido la distribución del que era uno de los principales productores para las empresas catalanas.
"La producción global tiende a regionalizarse, con cadenas de suministro más cortas y ágiles", apunta ACCIÓ. La obligación de mirar a más territorios próximos provocará la renuncia a la economía de escala: "Las empresas se ven cada vez más obligados a renunciar a una parte de la eficiencia para asegurar una mayor resiliencia". Así, el consejo de la agencia es que las empresas catalanas diversifiquen y reorganicen sus cadenas de aprovisionamiento. Además, Catalunya se puede ofrecer para acoger la nueva oleada reindustrializadora en Europa.
Por ahora, las exportaciones catalanas a Rusia y Ucrania han caído un 40%. La vertiente positiva es que se ha mirado más a Asia, que en los últimos veinte años han pasado del 3,9 al 8,3 % del total de exportaciones.
- La emergencia climática
La escasez de agua o la reducción de cultivos son dos fenómenos que vienen asociados con la emergencia climática y que tendrán consecuencias para la sociedad. Esto ha implicado políticas europeas comunes y una de las principales patas es la energía verde. Y en no Catalunya se están haciendo los deberes: "El ritmo de descarbonización es insuficiente y es bastante limitado en comparación con la Unión Europea". Además, como zona mediterránea, será de las áreas más afectadas por el cambio climático.
- El choque energético
La crisis energética provocada por la guerra en Ucrania y el incremento de la demanda a raíz de la Covid han dejado precios de récord en la energía. Un incremento que pone en riesgo muchas empresas de Catalunya. "Supone una estocada a la industria europea", alerta ACCIÓ.
En este contexto, "el despliegue de la energía solar y eólica es especialmente crítico en Catalunya", que se encuentra "trabas y dificultades" por parte de las administraciones.
- La inseguridad alimentaria
La guerra entre Rusia y Ucrania ha comportado un incremento de los precios de los alimentos, puesto que son dos de los principales productores de cereales y fertilizantes. En Catalunya, algunos alimentos se han visto encarecidos entre un 20 y un 50%. Hay que tener en cuenta que Ucrania era el principal proveedor de maíz y aceite de girasol de Catalunya. Además de afectar a los consumidores, esta realidad también ha impactado a productores y empresas catalanas del sector alimentario, uno de los más relevantes del país.
- La pérdida de competitividad a Europa
La batalla geopolítica tiene un impacto directo en el ámbito tecnológico y se ha convertido en una batalla por los semiconductores más avanzados, imprescindibles para la industria más avanzada. Y Europa se ha quedado claramente atrás, con todo el protagonismo para China y Estados Unidos. Esto provoca una pérdida de competitividad que impacta en las empresas catalanas.
Además, la digitalización es imprescindible en el nuevo mercado mundial. Y, según un informe de ACCIÓ, solo una cuarta parte de las empresas catalanas de más de nuevo trabajadores invirtieron en tecnologías de transformación digital el 2021. Además, en Catalunya falta talento digital y la inversión en investigación y desarrollo es escasa. Aún así, es el primero hub del sur de Europa en startups, con un ecosistema de 1.900 empresas emergentes, el 15% de las cuales son altamente tecnológicas.
- La crisis de la deuda
Muchos de estos riesgos son los responsables del contexto inflacionista actual, siendo Europa la región más afectada. Esto provoca la pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos y una reducción del consumo, amenaza real para las empresas catalanas. La respuesta monetaria ha hecho incrementar los tipos de interés, lo que puede acabar provocando una crisis de deuda, donde España corre peligro.
Una recesión mundial?
Muchos de estos riesgos vienen derivados de la guerra de Ucrania y Rusia. Este fenómeno, apunta ACCIÓ, ha puesto "fin a la recuperación económica mundial postcovid". "La espiral inflacionista y el endurecimiento de las políticas monetarias abocan el mundo, de nuevo, a un escenario de posible recesión mundial", analiza. Una tendencia que en Catalunya también se está notando, con una tendencia a la baja de la reducció del paro o el empeoramiento de los niveles de confianza entre empresaris. La inflación, sobre todo si es persistente, es uno de los grandes peligros.