Una patronal tiene que representar empresarios, autónomos y emprendedores para contribuir a que generen negocio y ayudarlos a resolver sus problemas, no se tiene que convertir en una gestoría que ofrece servicios y de paso hace la competencia a sus asociados, "una competencia que es bastante desleal". Esta es la base de la nueva asociación de empresarios Anem per feina (AxF) que ha nacido al cobijo de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y que como ya anunciaron hace unas semanas es la primera patronal "desacomplejadamente" independentista.
Quienes forman parte, hoy por hoy unas 500 empresas, consideran que las organizaciones empresariales existentes en Catalunya nunca los han representado e izan la bandera de la patronal stricto sensu. Cuestionan el término patrón porque defienden que se ha quedado anclado en el siglo XIX como la definición "de aquel señor que posee una empresa y que viste con sombrero, bebe en copa y fuma puros". "Este empresario está a nuestras antípodas", explica David Fernández, secretario nacional de la Assemblea y coordinador de la comisión FemRepública.
"El empresario de AxF es independentista porque piensa que la independencia de Catalunya es un instrumento imprescindible para lograr unas cuotas de poder y de autogobierno para obtener más bienestar social y más justicia"
El empresario que se acoge a AxF es "una persona que se levanta el primero para ir a su negocio y que va a dormir muy tarde, que tiene muchas preocupaciones, que tiene hijos y familia, que el día 1 de cada mes paga nóminas y que no tiene ni idea de cuáles son los ingresos que tendrá a final de mes", pero además, "se siente catalán y cree en los valores de Catalunya y es independiente porque no está ligado ni debe nada a nadie y es independentista porque piensa que la independencia de Catalunya es un instrumento imprescindible para lograr unas cuotas de poder y de autogobierno para obtener más bienestar social y más justicia".
Esta idea se basa en el hecho que hay una nueva generación de empresarios que tienen su pequeño o mediano negocio, o son autónomos o emprendedores, o miembros de una cooperativa y que regentan su actividad sin fronteras entre empresario y trabajador. Es un nuevo dibujo de las relaciones laborales, un modelo que "aspiramos que sobrepase las relaciones laborales existentes basadas en el conflicto y que queremos que evolucione a un modelo de cooperación entre empresarios-autónomos y sus trabajadores", añade Fernández. Teñido de los modelos laborales que se prodigan al norte de Europa, el asociacionismo de Anem per feina "no es una cuestión de ideología (donde se han basado hasta ahora todas las patronales y los sindicatos) sino un tema de valores", añade uno de los impulsores de la AxF, Jordi Fité, de la empresa Llonch-Clima, miembro del plenario de la Cambra de comercio de Barcelona por la candidatura de Eines de País –que lidera Joan Canadell- y miembro de la junta del Centre Català de Negocis (CCN).
Este empresario ha estado entre los defensores de la creación de una nueva asociación empresarial junto con otros jóvenes empresarios vinculados al ANC como Sílvia Cubo (CEO de la consultora Neuro in business) y vicepresidenta de la Cambra de comercio de Manresa. La misión de la nueva patronal es crear un hub donde hacer negocios entre los mismos asociados, es decir, intentar cubrir las necesidades entre los mismos profesionales, porque el que hará la nueva organización será ponerlos en contrato porque se interrelacionen y maximicen sus negocios y retengan el talento. "Haremos de conector entre nuestros asociados", concreta Fernández.
Fernández: "Haremos de conector entre nuestros asociados"
Sus palabras coinciden con la reciente clausura por orden judicial -a raíz de una denuncia de Fomento del Treball- del portal Consum estratègic que también impulsado por el ANC hacía difusión de las empresas catalanas de servicios básicos. Un jaque mate que "evidencia más que nunca que no nos podemos sentir representantes por organizaciones empresariales que defienden intereses muy opuestos a los nuestros". "Anem per feina es una entidad moderna, que actúa en red, que es socialmente y ecológicamente responsable y que nos permite sobre todo mostrándonos tal como es la sociedad, con sus valores".
Su decálogo de reivindicaciones está todavía en los inicios de lo que pretenden poner sobre la mesa porque serán sus mismos asociados los que determinen que le hace falta al empresario catalán. De momento, hay 500 empresas, y se tendrá que determinar qué representatividad laboral tienen, y se ha constituido con ocho delegaciones, tantas como vegueries tiene Catalunya - Sort, Manresa, Girona, Lleida, Tarragona, Barcelona, Tortosa y la Bisbal del Penedès-. "Tenemos que ampliar nuestra base y tenemos que contar con nuestros socios", explica Fité, "entonces ya podremos desplegar nuestro ideario". Que defenderán entre todos, porque no habrá una estructura directiva preconcebida, sino que varios empresarios serán la cara visible de la entidad.
En Anem per feina –una expresión elegida porque consideran que en Catalunya es básica y recurrente a la hora de hacer negocios- aspiran a tener una representación y a estar presentes en las principales instituciones del país porque les duele oír a hablar en boca suya de cosas que ellos nunca dirían ni defenderían. Rehuyen sentirse decir que al exigir un ADN catalán ponen numerus clausus a su organización, y prefieren decir que lo que no son es una organización catch all sino una entidad con un perímetro de actuación muy delimitado.