Ear-Flap, visión de futuro y robotització de los almacenes
El fabricante de maquinaria por el empaque se ha consolidado en un mercado maduro gracias a la proximidad y a la innovación constante
Las empresas avanzan en base de apuestas exitoses. En su creación, en 2001, el arriscadíssima jugada de Ear Flap consistía a ofrecer una alternativa nacional al mercado de los fabricantes de maquinaria por el embalaje, dominada con mano de hierro por las marcas alemanas e italianas desde no se recuerda cuándo. Casi 20 años después, la compañía sigue basando su crecimiento a ir siempre una pasa por ante la industria, y este golpe ha puesto sus fichas a la robotització de los almacenes con el desarrollo del Robmov, un robot que promete acabar con los toros.
"Se trata de una máquina que automatiza el movimiento de las cargas en las plantas de producción y, así, eliminamos un elemento peligroso de las fábricas", explica el gerente de la empresa, Gerard Márquez. La puesta en marcha de este robot parece cosa de niños. Una persona lo conduce una sola vez a través de un mando muy parecido al de una PlayStation para conseguir que la maquina memorice el espacio, pero el juego se acaba aquí. "El Robmov es capaz de reconocer cualquier planta, y sólo requiere una conexión Wi-Fin para programar todos sus movimientos", apunta sobre la tecnología que presentarán esta semana a la feria Hispack.
Márquez no duda en que esta máquina, capaz de recoger, transportar y depositar cualquier elemento, cambiará la forma de trabajar en los almacenes de, como mínimo, sus clientes. Que el Robmov es una apuesta estratégica de la empresa lo demuestra el hecho que ha hecho subir la inversión en I+D+y un 18%, cuando la media anual suele estar entre el 3% y el 5%. Pero, a pesar de las cifras y la relevancia del aparato, no se trata de una excepción en la historia de la empresa. "Intentamos aplicar el máximo de funciones e innovaciones a todas nuestras máquinas, puesto que, el que hoy vemos como una novedad revolucionaria, en un par de años será un elemento de uso común".
El ejemplo de Elon Musk
Ear-Flap avanza con un ojo fijado en el futuro y, en parte, se debe de a la apuesta por la innovación de Márquez, que señala al fundador de Tesla, Elon Musk, como uno de sus referentes. "Al final, el que hacen sus empresas es ofrecer coches completos, con todas las innovaciones y funcionalidades existentes al mercado y que el resto no te dan". Precisamente, la filosofía con la cual la compañía de Bigues i Riells buscó su agujero entre las marcas consolidadas del mercado. "Empezamos con la fabricación y comercialización de una máquina embolicadora de palets, pero incluimos una columna diferente de la de la competencia a la parte visible del producto, para hacer marca, y, además, juntamos todas las funciones posibles que otros fabricantes o bien no desarrollaban, o bien las ofrecían como complemento".
La aparición de Ear-Flap supuso un cambio al mercado del packaging en el Estado, puesto que, hasta entonces la oferta de fabricantes de maquinaria se limitaba a grandes marcas extranjeras y marcas comerciales con oficinas en el territorio. "En cambio, nosotros diseñamos, construimos, instalamos y gestionamos la postventa de toda nuestra oferta", explica Márquez.
El robot Robmov, ideado por la firma, promete acabar con los toros de los almacenes
Por el empresario, la proximidad ha sido una de las claves porque Ear-Flap haya conseguido consolidarse en un mercado tan maduro. Otro punto decisivo ha sido la fabricación sus máquinas con elementos estándares del mercado. "Esto libera al comprador de su dependencia con nosotros, puesto que puede conseguir los recambios sin tener que pasar por Ear-Flap", explica Márquez, que equipara esta filosofía con el desarrollo de software open source en la informática.
Siguiendo este modelo de trabajo, la empresa tiene dos vías de negocio: la fabricación de modelos estandarizados y diseños hechos a medida según las necesidades del comprador. La marca también ofrece la posibilidad de comprar sólo módulos de sus equipos para mejorar sólo una parte de su proceso de empaque. "Muchos de nuestros clientes empiezan comprando una embolicadora, pero quizás en unos años piden también la paletitzadora y acaban completando la línea con la máquina que tiene que poner el producto a la caja".
Presencia en 54 países
El éxito de Ear-Flap se refleja también en sus cifras al mercado internacional. La empresa vende sus máquinas a empresas de packaging de 54 países y cuenta con filiales propias en Holanda, Francia, Argentina y México. Si decíamos que el punto fuerte la compañía es haber creado un modelo de proximidad, que permite a los clientes tener una alternativa nacional y de calidad a los fabricantes extranjeros consolidados, sería incoherente que la compañía apostara por la creación de delegaciones comerciales en sus oficinas al exterior. "Cuando salimos, buscamos oportunidades para recrear exactamente el modelo de negocio que tenemos aquí. Es decir, creamos la sede central, la planta de construcción de la maquinaria, la oficina comercial y el servicio de postventa, tal como tenemos en Bigues i Riells", explica Márquez.
Del mismo modo, la empresa busca directivos locales de confianza, tanto por la proximidad que ofrecen a los potenciales clientes como por su conocimiento del mercado. Por eso, más que delegaciones internacionales, las filiales de Ear son empresas locales con entidad propia.