Europastry es una empresa familiar nacida de un horno con espíritu emprendedor | iStock

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Europastry, otra no salida poco convencional

La santcugatense Europastry es una empresa internacionalizada con una cifra de ventas de 1.347 millones de euros, un margen EBDITA del 15,2% y un beneficio neto de 69 millones de euros

Este jueves 10 de octubre de 2024 debía empezar a cotizar una nueva empresa en el llamado mercado continuo, Europastry, una empresa fundada en 1987 por Pere Gallés. Ha anulado la salida en el último momento. Que una empresa salga a cotizar en bolsa siempre es una buena noticia para el inversor, ya que amplía su universo de inversión. Si, como en este caso, además se trata de una empresa de un sector poco representado en el mercado bursátil, como es el de panes y pastas congeladas, aún mejor. Hasta ahora, el inversor que quería estar representado en este sector podía hacerlo comprando acciones de la empresa suiza Aryzta. Esta empresa, que fue el resultado de una fusión muy convulsa entre una empresa irlandesa y una suiza, una historia demasiado larga para contar ahora, es el número uno del sector en Europa. Tiene un valor bursátil de 1.586 millones de francos suizos, es decir, 1.688 millones de euros. Se espera que este año logre unas ventas de unos 2.220 millones de euros, un EBITDA de unos 319 millones de euros y un beneficio neto de unos 105 millones de euros. Evidentemente, esta es la empresa de referencia para saber cuál podría ser el valor bursátil al que puede aspirar Europastry.

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El mercado del pan y las pastas puede dividirse en dos grandes segmentos: el fresco y el congelado. Según Gira, Global Market Insights y Euromonitor International, en 2021 el mercado congelado representaba el 17,5% del total. Esta cifra varía mucho según los países. Por ejemplo, en cuanto al pan, Suecia, con un 59%, Inglaterra, con un 45%, o Dinamarca, con un 37%, son los que tienen mayor porcentaje de pan congelado. En la parte baja están países como Italia, con un 6%, Francia, con un 13%, o Estados Unidos, con un 14%. En cuanto a las pastas, los Países Bajos, con un 52%, Suecia y Finlandia, con un 41% cada uno, están a la cabeza. Países como España, con un 13%, o Portugal, con un 15%, están en la parte baja. También según la misma fuente, durante el período 2021-2026, las tasas de crecimiento del mercado congelado serán muy superiores a las del mercado fresco.

Europastry está entre las cinco primeras empresas europeas del sector y, curiosamente, en su negocio pesan más las pastas (56%) que el pan (42%)

¿Quiénes son los compradores naturales del pan y pastas congelados? Por un lado, el 52% son los hipermercados, supermercados y tiendas de descuento. Otro 14% va al llamado canal horeca, es decir, hoteles, restaurantes y cafeterías. Otro 14% va a las cadenas de panaderías. Un 5% va a lo que podríamos llamar panaderías artesanas. El resto corresponde a otros usos, como el que hacen los comedores de centros educativos o de salud, lo que se vende en gasolineras, etc.

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Las principales razones detrás de este fenómeno son que el mercado congelado ofrece dos ventajas principales a las panaderías. En primer lugar, les evita tener obrador. No necesitan personal tan especializado, ni hacer tanta inversión, ni tener que trabajar en horarios tan intempestivos. En otras palabras, disminuyen los costes. En segundo lugar, les permite aumentar la variedad de panes y pastas que ofrecen a sus clientes, que no podrían llegar a producir por sus propios medios. Por lo tanto, lo que estamos viendo no es un aumento total de la venta de pan y pastas, sino una transferencia desde los panes y pastas frescos hacia los congelados, con claros incentivos económicos para hacerlo por parte de los distintos agentes implicados. Es un negocio de sustitución.

Europastry tiene 5.000 trabajadores | EP

Europastry está entre las cinco primeras empresas europeas del sector. Curiosamente, en su negocio pesan más las pastas (56%) que el pan (42%). Es líder en el mercado español con un 27% de cuota de mercado, y está presente en muchos otros países europeos, especialmente en los Países Bajos y Portugal. Fuera de las fronteras europeas, genera aproximadamente una cuarta parte del negocio en Estados Unidos, Latinoamérica, Asia-Pacífico y Oriente Medio. Se trata de una empresa internacionalizada, que en 2023 tuvo una cifra de ventas de 1.347 millones de euros, un EBITDA de 205 millones de euros, un margen EBITDA del 15,2% y un beneficio neto de 69 millones de euros.

Lo más destacado de la salida a bolsa de Europastry es que el accionista mayoritario, Jordi Gallés, venda muy pocas acciones

En toda salida a cotizar hay dos temas clave: el planteamiento de la salida y la valoración que se pide. En cuanto al planteamiento, está bastante claro. Por un lado, se realiza una ampliación de capital por un importe de unos 210 millones de euros. Este dinero entrará directamente en la empresa y, en parte, se utilizará para reducir deuda. Por otro lado, los actuales accionistas venderán una parte de sus acciones por un importe aproximado de 272 millones de euros. Este último importe puede variar, ya que el rango de precios al que se podrá comprar la acción está entre un mínimo de 15,85 euros y un máximo de 18,75 euros.

Durante estos días, los inversores institucionales están haciendo las solicitudes que, en definitiva, junto con la empresa, marcarán el precio de salida. Cabe destacar que el accionista mayoritario y presidente ejecutivo, Jordi Gallés, se diluirá, pasando del 76,3% actual a aproximadamente el 64,5%. En su favor, cabe decir que venderá muy pocas acciones, por un importe pequeño de alrededor de cinco millones de euros, y que se diluye solo por el efecto de la ampliación. Quien venderá toda su participación, que es del 20,7%, es un fondo, el MCH Continuation Fund. Jordi Morral, director general, venderá la mitad de su posición, quedándose con el 3% restante. Entrará Criteria con un 5%, y el resto será la libre flotación en el mercado. Es una operación bien planteada, donde lo más destacado es que Jordi Gallés venda muy pocas acciones.

La planta de Europastry en Sarral | ACN

La valoración era, como siempre, el tema más controvertido de toda salida. Con el rango establecido, la valoración oscilaba entre los 1.292 millones de euros y los 1.528 millones de euros. La parte superior tenía el límite natural de la misma valoración bursátil de Aritza, ya mencionada. La parte inferior era la que registraba más solicitudes por parte de los inversores institucionales. Como siempre, llegaba el momento de la decisión final del precio, que debía tomar la empresa. Luego, una vez cotizara, el mercado bursátil decidiría. Insisto en un tema crucial: la mejor publicidad que cualquier empresa puede tener es una cotización al alza de sus acciones, y salir con un precio bajo es esencial.

Ayer por la tarde, las instituciones que habían solicitado acciones recibieron la confirmación de que el precio de salida sería el mínimo fijado, y se estaba planteando que el fondo MCH vendiera solo la mitad de su posición. La idea era mantener intacta la parte de la ampliación de capital, reducir la parte de la venta y demorar un día la salida a bolsa, dejándola para el 11 de octubre. Se necesitaba un día más para modificar el prospecto. Se pidió a los inversores la recertificación de las órdenes ya emitidas en esta nueva situación.

Ayer a las 23 h, la empresa decidió retirarse y no hacer la salida. Es la segunda vez consecutiva que lo hace, la última hace unos pocos meses, y si la memoria no me falla, la cuarta vez que lo intenta. No son buenas noticias, ni para la empresa ni para los mercados.