REFORMA HORARIA
Una jornada laboral que choca con el reloj biológico
Expertos advierten que nuestro horario de trabajo que se alarga hasta muy entrada la tarde no es compatible con la salud
Es más saludable comer a las 13 horas y cenar a las 20 horas. Tenemos que ir a dormir más pronto y levantarnos más temprano. Disfrutar de las ocho horas de sueño. Y también hacer deporte a una hora determinada del día. Hay muchos estudios que demuestran estas afirmaciones, pero aun así todavía tenemos una jornada laboral que se alarga hasta muy entrada la tarde y el prime time de la televisión empieza a las 22 horas. Una serie de hábitos y horarios que afectan la productividad del trabajador, y también la salud. Un fuerte golpe contra nuestro reloj biológico.
"Tenemos referentes fuera de nuestras fronteras con modelos de horarios compactados que permiten la conciliación y con empresas mucho más eficientes", destaca Xavier Peralta, consultor en materia de reforma horaria. Por qué no lo aplicamos también en Catalunya y España? Este ha sido uno de los temas de debate de la mesa redonda Por unos horarios más saludables y productivos a las organizaciones, celebrada en el marco del Bizbarcelona.
La directora ejecutiva de desarrollo socioeconómico de proximidad de Barcelona Activa, Emilia Pallàs, destaca que un 62% de las personas todavía trabajan a las seis de la tarde y un 10% lo hace a las nueve de la noche. Un hecho que se da, según Peralta, por la jornada partida y los descansos a mediodía. Además del problema del presencialismo. Y es que "pasamos horas en el lugar de trabajo para hacer ver que estamos trabajando y no trabajando por objetivos", añade.
Pero realmente el cambio de jornada laboral y de hábitos empieza con un buen desayuno. El desayuno tendría que ser la comida más importante del día y, en cambio, la mayoría de trabajadores lo hacemos entre las 10 y las 11 de la mañana. "Precisamente en un momento que rompe cuando somos más productivos, que es entre las 9 y las 13 horas", señala Peralta. Este desayuno tarde provoca que la hora de comer se desplace más tarde. "Si compactamos la jornada y hacemos una pausa sólo de media hora y comemos más ligero, podremos salir a las 17 horas", añade.
El tiempo parcial, la solución (errónea) a la conciliación
Unos cambios de hábitos alimentarios y de reloj biológico que, además, nos permitirán conciliar mejor y, en consecuencia, incrementar la productividad. Pallàs destaca un estudio elaborado por IESE que pone de manifiesto como un 73% de los trabajadores afirman que las empresas no los permiten conciliar bien. Ahora bien, un informe del Idescat y la Cambra de Comerç apunta que el 71% de las compañeras ya están aplicando medidas de flexibilidad, la mayoría desde hace cinco años.
Pallàs: "Las mujeres han encontrado en el trabajo a tiempo parcial la única solución para conciliar"
Sin embargo, todavía estamos lejos de conseguirlo. Una cifra que lo demuestra es que todavía un 20% de las personas ocupadas trabaja a tiempo parcial, y mayoritariamente son mujeres. "Una explicación que se puede dar por la incorporación masiva de las mujeres en el mercado laboral y que ha encontrado en el trabajo a tiempo parcial la única solución para conciliar", señala Pallàs. Es por eso que "tenemos que encontrar la manera de compaginar la necesidad de más productividad y competitividad de las empresas con el bienestar y los intereses de los trabajadores. Y es aquí donde tenemos un amplio campo de intervención".
En este sentido, desde el Ayuntamiento de Barcelona se está impulsando en un proyecto denominado el Pacto del Tiempo, con el objetivo que las empresas avancen hacia una mejor conciliación de la vida laboral y personal de sus trabajadores. Puesto que, como apunta Peralta, "una forma de retener el talento es dando flexibilidad horaria".
Empresas flexibles
Esto es precisamente el que hacen empresas como Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) y el RACC. Los 1.500 trabajadores disfrutan de una ampliación del permiso de maternidad de las 16 a las 19 semanas, así como la posibilidad de ausentarse durante 24 horas recuperables para situaciones personales y una reducción de un tercio de la jornada para estudiar.
Ahora bien, al tener colectivos de trabajadores muy diferentes dentro del RACC, los asistentes de telefonía en carretera disfrutan de la posibilidad de hacer teletrabajo si quieren. Esto fue una medida implementada primero durante los meses de más actividad, puesto que se dan de mayo a septiembre y era cuando coincidía con las vacaciones escolares. Pero ahora lo han ampliado a todo el año. Además, como los empleados del RACC hacen jornada partida, una de las medidas para avanzar hacia la reforma horaria ha sido avanzar a las 13 horas la hora de comer y reducir el tiempo a una hora máximo. "Al compactar la jornada, avanzamos la hora de salida del trabajo", explica Laura Zapata, responsable de diversidad y relaciones laborales del RACC.
En el caso de FGC, el personal que trabaja a turnos es el que más complicaciones tiene a la hora de conciliar. Es por eso que desde la empresa "impulsamos medidas para ayudar a que el trabajo sea menos duro", apunta Margarita Miralles, ninguno de desarrollo humano de FGC. En este sentido, la empresa facilita las permutas entre dos trabajadores, es decir, dos maquinistas si se ponen de acuerdo, se pueden cambiar el turno. "De hecho, el año pasado autorizamos 8.000", añade. Pero para que toda esta flexibilidad funcione, FGC tiene un valor muy claro y que todos los trabajadores tienen que cumplir: "La puntualidad es un indicador clave y es una máxima que se tiene muy presente dentro de la empresa".
Al fin y al cabo, las empresas se han dado cuenta que tienen que impulsar medidas que faciliten la conciliación de la vida laboral y personal y la flexibilidad en el trabajo. Porque, sino, corren el riesgo de que sus trabajadores huyan.