a pie de página
Un cuarto de siglo capitaneando el lobby de las pymes
Con el presidente de Pimec se puede hablar de todo: de economía, de empresa, de infraestructuras y de radialidad, de cualquier cosa que nos pase por la cabeza
Con Josep González se puede hablar de todo. Siempre. Lleva más de 22 años al frente de Pimec, liderando el lobby más potente de Catalunya para la defensa de la micro, pequeña y mediana empresa y también de los autónomos. Antes, y desde 1976 había estado al frente de Sefes, la organización empresarial del Baix Llobregat que se fusionó con Pimec en 1997. Con el lema "la unión hace la fuerza" como bandera, González continúa luchando para que las pymes tengan una fiscalidad justa y unas leyes adecuadas a sus necesidades. Cuando hace cinco años le entrevistaba para el libro Lobby, pieza clave para las pymes, el presidente de Pimec se lamentaba de que "la mayoría de los que intentan hacer de lobby en el resto de España tienen una limitación de su capacidad de actuación", mientras que Pimec, desde sus orígenes, siempre ha aglutinado "las voluntades, necesidades o desazones del colectivo que representa" y, por lo tanto, "estamos haciendo lobby continuamente ante los estamentos en que se necesita hacerlo". Y ser lobbista es una cosa muy positiva por "muchas películas" que hayamos visto "porque tiene una parte positiva muy importante".
Hacer lobby y sumar fuerzas. Esto es precisamente lo que hicieron en marzo de este 2019, cuando firmaban una tregua, cercana a la paz entre patronales. 12 años después de que empezara la batalla para la representatividad patronal, por fin llegó la calma. "A veces parece que la roca no se rompa, pero al final se rompe", decía González al acabar la entrevista, y, a pesar de que el mantra de "la unión hace la fuerza" no se haya acabado de asentar porque, confiesa, "nos falta espíritu de unidad de acción", la representatividad paritaria "está funcionando a todos los efectos". Vale más pájaro en mano que ciento volando, que dicen.
Fepime tuvo que vincularse a Foment del Treball para poder facilitar el acuerdo y, después de esto, se vivió el gran día histórico. La Conselleria de Treball hacía de mediadora de un conflicto que había empezado en 2007 y que se judicializó en 2008, una jornada que acabó beneficiando a "todos los empresarios de nuestro país y a los autónomos y a pymes", que fueron los verdaderos "ganadores", como decía el presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre. Y es que, seguramente, Fepime tenía las limitaciones de la gran patronal que defiende a las grandes corporaciones como pasa a nivel estatal con Cepyme. González ya lamentaba en 2014 que "su dependencia de la CEOE hace que su función de lobby tenga unas limitaciones". Y ellos creen que "todo aquel que quiera hacer de lobby no tiene que estar limitado para nada, sólo por lo que le manden las personas o empresas que representan".
Pero más tarde, y después de unas disputadas y controvertidas elecciones a la Cambra de Comerç en que Joan Canadell se impuso con fuerza, Eines de País impuso su disciplina interna en el reparto de las seis sillas patronales y el partido cameral quedó así: cuatro sillas para Pimec y dos para Fomento. Era un partido que se jugaba por votación presencial, nominal y secreta y, por lo tanto, el resultado fue el que la voluntad de la Cambra había decidido.
Rumbo a las soluciones
Y sobre decidir, Josep González tiene mucho que decir. Ya en 2013, se mostró partidario de celebrar un referéndum en Catalunya bajo el argumento que desde Pimec "respetamos el derecho a decidir". Pero nunca se ha querido mojar en colores políticos. Lo que sí que tiene claro es que los partidos políticos no están siendo responsables y esto lo demuestra la nueva convocatoria electoral. "Nuevas elecciones significa un fracaso muy fuerte de los políticos", cosa que le parece "lamentable" porque "entendemos que para muchas cosas de la economía y genera inseguridad y esto puede reprochar inversiones". Le da respeto pensar en cómo puede quedar pintado el Estado después del 10 de noviembre, pero tiene claro que no le gustan los extremos: ni un gobierno que vuelva a rebajar el salario mínimo interprofesional, ni uno que lo quiera doblar porque esto haría mucho daño al empresariado.
Eso sí, reclama un gobierno eficiente e inminente que no paralice decisiones fundamentales para el país y que solucione las muchas "asignaturas pendientes que tenemos". Por mucho que el paro haya caído, los niveles continúan siendo elevados y esto se mezcla con la precariedad laboral que reina en muchos trabajos que salen a la luz. "Hay un exceso de oferta y no hay una valentía de gobiernos y agentes sociales para encontrar soluciones en este tema", lamenta. Y no sólo esto. Si bien es cierto que por un lado hay mucha oferta, también lo es que en cuanto al talento digital la situación da un giro de 180 grados: mucha demanda, pero poco talento cualificado. Y, todavía menos, talento femenino. "No hemos sabido hacer atractivas las carreras tecnológicas para las mujeres y aquí tienen una oportunidad magnífica", subraya. Otra vez, hace falta un gobierno que ponga solución a estas cuestiones. "Esperamos que se vaya equilibrando".
Con Josep González se puede hablar de todo. Incluso, lamenta el gasto que suponen unas nuevas elecciones y la gran cantidad de cartas que recibimos en casa, cosa que se aleja de la sostenibilidad y del ahorro. "¿Por qué hay partidos que, incluso, las envían de plástico?", se pregunta molesto. Se puede hablar de economía, de empresa, de infraestructuras y de radialidad. Una radialidad que "no tiene que tener ninguna lectura política", pero que nos tiene que hacer ver que muchas de las gestiones vinculadas con el Puerto de Barcelona, el Aeropuerto del Prat o Corredor Mediterráneo, entre otros, demuestran que "Madrid controla mucho".
González sabe de lo que habla y sabe mucho. De hecho, es todo un símbolo de Catalunya y del tejido empresarial que representa, el 99,8% del total de Catalunya. Justamente por eso recibió la Cruz de Sant Jordi y también por eso continúa liderando Pimec. Un liderazgo que, de momento, mantendrá durante tres años más sumando así un cuarto de siglo siendo el capitán de los pequeños y medianos empresarios y de los autónomos.