Una idea, una empresa
The Predictive Company tiene la bola de cristal del consumo energético
La startup ha lanzado un software aplicable en edificios y smart cities capaz de predecir el consumo energético de los inmuebles
La eficiencia energética de los edificios es un objetivo perseguido no solo por nuestras administraciones sino también, cada vez más, por los grandes propietarios y gestores de edificios. El medio ambiente es una de las principales motivaciones, sí, pero también lo es el ahorro: un edificio con clasificación energética tipo A puede consumir hasta un 40-50% menos de energía que uno de clasificación E o G. Y esto se nota en el bolsillo. También afecta el uso que se hace de los aparatos del edificio, el clima y, incluso, la cantidad de personas que lo ocupan.
De hecho, hoy en día, muchos de los edificios terciarios -como escuelas, oficinas o centros comerciales- tienen establecida una gestión de los sistemas de climatización basada en dos parámetros: el clima y la ocupación. Establecen un rango de temperaturas según la franja horaria y la estación del año, y cierran o abren los sistemas de climatización en función de los horarios de los trabajadores. ¿El problema? No todos los días de invierno hace el mismo frío, ni todas las jornadas acabamos haciendo el mismo horario.
The Predictive Company cree que la gestión del consumo energético es más compleja y que, para ser eficiente, requiere predicción. Por eso, han creado un software basado en inteligencia artificial que, gracias a la predicción, consigue reducir el consumo de energía hasta un 30%. La startup es, de hecho, un espin-off de la UPC que nació con el apoyo del programa de innovación The Collider, del Mobile World Capital, y que ha contado con el acompañamiento de Barcelona Activa en su desarrollo.
The Predictive Company ha creado un software basado en inteligencia artificial que consigue reducir el consumo de energía hasta un 30%
El software de The Predictive Company mama de tres principales fuentes de información: la predicción climatológica (horas de sol, humedad y temperatura), los patrones de ocupación del edificio, y las características y el histórico de la maquinaria de clima. Alonzo Romero, cofundador y CEO de la empresa emergente cree que la clave del éxito de su sistema recae en "el uso de fuentes internas y externas, y en la capacidad de autoaprendizaje del algoritmo"; y así lo demuestran las cifras. De momento han integrado el software en dos edificios de Barcelona. El primero está ubicado en la calle Potosí, en la oficina bancaria de la Caixa d'Enginyers, de cinco plantas, donde han logrado en tan solo cuatro meses un ahorro de cuatro horas diarias, lo cual implica un impacto económico de 12.550 euros anuales. El segundo edificio es el del Campus de la UPC en Terrassa, de cuatro plantas. En la primera fase del proyecto han conseguido un ahorro de una hora y media diarias, con un impacto económico de 6.000 euros al año.
Romero: "En el coche pasa el mismo: si aceleras de golpe, gastas más gasolina"
Del sistema reactivo, al predictivo
En la actualidad los sistemas de climatización de los edificios no residenciales funcionan de manera reactiva. Cuando la temperatura ambiente varía, reaccionan y lo acomodan según las necesidades de las personas. Esto implica hacer un incremento del consumo de la energía. "En el coche pasa el mismo: si aceleras de golpe, gastas más gasolina", compara Romero. "La predicción te permite preparar la temperatura con tiempo, sin la necesidad de hacer un acelerón". La predicción, de hecho, también influye en el bienestar y comodidad de las personas: no llegan a sentir el cambio de temperatura porque se ha actuado antes de que suceda.
Escalable a ciudades inteligentes
El modelo predictivo de la startup, de hecho, no solo es útil para gestores de edificios o grandes tenedores, sino que también lo es para aquellas administraciones que tienen la voluntad de convertir sus ciudades en smart cities. En esta línea, The Predictive ha sido seleccionada para entrar a formar parte de un proyecto europeo en el que participan varias ciudades que quieren utilizar la inteligencia artificial para reducir el impacto de CO₂. Son capitales que quieren acontecer ciudades inteligentes, como Helsinki, París, Copenhague o Amsterdam, entre otros.
De momento, la empresa sólo tiene firmado un preacuerdo, pero si consigue llegar a la fase final del proyecto podrá integrarse, por ejemplo, a la red de más de 1.200 edificios que Helsinki tiene conectados, coger los datos de su historial y aportar al instante soluciones de eficiencia energética a gran escala.
Pero no sólo los de fuera han visto su potencial. En su corto recorrido empresarial, la startup acumula un buen listado de premios y reconocimientos nacionales e internacionales: del BBVA, de Expansión, del BNEW, de la Fundació Caixa d'Enginyers, los Go Global Awards y el Global Infrastructure Hub, iniciativa del G-20. Un currículum que les servirá a la hora de afrontar la ronda de inversión que tienen previsto realizar este 2022 que, según Romero, pretenden utilizar para "apretar el acelerador de la vertiente comercial".