ENERGÍA
Las Balears quieren ser verdes
Menorca y Formentera son las islas que más prometen en la transición hacia el uso de energías renovables, mientras que el elevado consumo y el precio del suelo en Mallorca y Eivissa dificultan el proceso
Un 3% de la energía que se consume en las Illes Balears proviene de fuentes renovables; en la Península, la cifra es del 17%. ¿Por qué hay tanta diferencia? Como el resto del Estado español, el archipiélago está inmerso en la transición energética, pero el punto de partida para empezar el proceso de descarbonización es más bajo. La insularidad juega un papel importante y aporta tanto ventajas como obstáculos a tener una energía verde. Mientras que Mallorca y Eivissa registran un alto consumo -especialmente en verano- y el precio del suelo dificulta la introducción de placas fotovoltaicas, Menorca y Formentera son terrenos ideales para hacer una transición rápida y ejemplar.
El objetivo de la descarbonización es 2050, según las directrices europeas. Uno de los últimos pasos que se han hecho en este sentido es la paralización de la mitad de la central eléctrica de Es Murterar, en Alcúdia (Mallorca). Será progresivo: a principios de año se redujo el funcionamiento de dos equipos, que de momento seguirán funcionando 1.500 horas anuales. A partir de agosto de 2021, las instalaciones de Endesa sólo podrán producir energía durante 500 horas. "Es anecdótico, sólo servirá para cubrir el pico de demanda", explica Aitor Urresti, director general de Energía y Cambio Climático del Govern de les Illes Balears.
En los próximos años se introducirán cambios en dos centrales más, la de Son Reus y la de Cas Tresorer. La generación se hará con gas natural, que, como indica Urresti, "sigue siendo combustible fósil, pero es más limpio". Esto hará que se reduzcan las emisiones de CO2. Actualmente, a pleno rendimiento, estas dos térmicas son responsables del 58% de la energía total que se consume en las Balears, según Ferran Rosa, el director del Institut Balear de l'Energia. ¿De dónde proviene el resto? De la Península.
La insularidad, ni buena ni mala
No es lo mismo generar energía renovable en el archipiélago que en otras comunidades autónomas. "Los proyectos aquí son más pequeños, pero el coste es más alto, porque se tienen que traer los materiales", resalta Rosa. Mientras que en la Península es sencillo hacer la tramitación para un parque fotovoltaico de 200 MW, "aquí sudamos para hacer uno de 1,5 MW", añade. Urresti también apunta como principal desventaja de la insularidad el coste del transporte, pero destaca una ventaja: "El territorio es limitado y, por lo tanto, el control que tenemos es mucho mayor".
Pero la desigualdad en la implantación de energías renovables entre las Balears y la Península no ha sido siempre la misma. De hecho, las islas lideraron el autoconsumo en el Estado español. Esta situación, tal como explica el director del Institut Balear de l'Energia, cambió con la llegada del impuesto del sol del gobierno de Mariano Rajoy, que "lo frenó en seco".
"El coste de los parques fotovoltaicos es mucho más alto a las Balears que en la Península por el transporte de los materiales", según Ferran Rosa
La principal apuesta para encarar la descarbonización es la energía fotovoltaica, pero el Govern balear no quiere dejarlo simplemente en esto. El director general asegura que "miramos de incorporar nuevas tecnologías", siendo la microeólica la que presenta las condiciones que más se adaptan a las características de las islas. En vez de grandes aerogeneradores, se estudia la posibilidad de instalar unos más pequeños, con un impacto paisajístico mucho menor.
De hecho, la huella sobre el medio ambiente de las instalaciones para generar energía a partir de fuentes renovables es una de las principales preocupaciones en un territorio limitado como el de las Balears. "A raíz de la línea de ayudas estatales dirigidas exclusivamente a las Balears entraron varios proyectos grandes de parques fotovoltaicos y esto creó cierta alarma", relata Urresti. Pero asegura que "el impacto en el territorio es mínimo": para abastecer de energía las cuatro islas sólo con parques fotovoltaicos –"que no es la idea que tenemos"-, sólo se ocuparía un 5% del territorio". La biomasa es otra alternativa que se tiene en cuenta, siempre que sea de origen local y sostenible.
Cada isla, un mundo
Pero la diferencia en la transición energética no sólo existe entre el archipiélago y la Península; cada isla tiene sus particularidades. Además, los consejos insulares tienen competencias en esta materia, hecho que supone modelos de aplicación diferentes. Sí coinciden en una cosa: la demanda energética se dispara en verano por la llegada masiva de turistas. Formentera, por ejemplo, en invierno cubre puntualmente la demanda energética con un 100% de renovables, provenientes de un único parque solar que tiene. Urresti explica que es la isla más protegida y con un consumo más bajo per cápita: "Presenta unas condiciones muy interesantes para dar un empujón y una transición rápida".
Formentera en invierno cubre puntualmente la demanda energética con un 100% de renovables, proveniente de un único parque solar
La mejor posicionada en el cambio de modelo es Menorca, que cuenta con una hoja de ruta "clara" y unos objetivos de descarbonización "ambiciosos". De hecho, Rosa considera que las otras islas se tendrían que fijar en ella. El principal inconveniente de Mallorca también es su mayor virtud: el tamaño. Urresti explica que ser la isla más grande significa que el consumo es mucho más alto, pero también ofrece más facilidades para hacer parques fotovoltaicos. El gran problema de Eivissa es que el consumo aumenta cada año. Además, las características del terreno y un suelo con un coste especialmente alto dificultan la instalación de placas fotovoltaicas.
Energía más barata significa empresas más competitivas
Ahora, la opción más sencilla para dar un impulso firme a la introducción de energías renovables es que las empresas lancen proyectos de autoconsumo. "Hay un interés creciente en este campo, porque genera un ahorro económico y posiciona la marca como sostenible", explica Rosa. Las ayudas del Govern para pymes y particulares y una línea que tiene pendiente el propio Institut Balear de l'Energia sirven de incentivos.
Pero también lo es el encarecimiento de la energía proveniente de combustibles fósiles. "Son fuentes con un valor geopolítico y movimientos especulativos; serán cada vez más caras, mientras que las energías renovables se abaratarán gradualmente", indica Urresti. Y la energía más barata es sinónimo de más competitividad para las empresas. Pero, ¿quiénes son los principales consumidores de energía en las Balears?
"No tenemos grandes consumidores; la movilidad es el principal problema", asegura Rosa; es responsable del 40% de las emisiones. Si a esta cifra se suma el consumo de electricidad, ya hay un 80% del total. El uso de energía per cápita no es más elevado que en la Península, pero teniendo en cuenta que el peso de la industria -gran consumidora de energía- en el archipiélago es anecdótico, la comparativa sí es negativa para las Balears. El sector turístico es el primero en la economía balear, pero el consumo energético que presenta, aseguran tanto Rosa como Urresti, no dista del consumo doméstico. Algunos proyectos de autoconsumo muestran que los hoteleros también están concienciados en la necesidad de emprender transición energética.