Diario de una autónoma en cuarentena. 4 años, 6 meses y 3 días
Peluquerías, cines y veranos perdidos
Los autónomos se enfrentan a una etapa complicada: no soy la única, para todos estos días son una montaña rusa de emociones
“Mi padre tuvo un trabajo en toda su vida, yo habré tenido siete y mi hijo compaginará 7 a la vez”. Esta frase de Thomas W. Malone me impactó sobremanera cuando se la escuché al maestro Genís Roca en una conferencia hace ya unos años.
En algunos casos, por ejemplo el mío, no habré de esperar a que mis hijos cumplan esta visión de Malone porque yo misma ya ejerzo varios trabajos a la vez: consultora, profesora, conferenciante, colaboradora en medios de comunicación, conductora de eventos. Si las clases y conferencias caen, los clientes de consultoría se mantienen e incluso he de aumentar mi dedicación porque necesitan saber cómo y qué comunicar en tiempos de crisis sin parecer oportunistas.
Sin embargo esta no es la realidad imperante, la de los 7 trabajos a la vez, con 7 pagadores distintos. La realidad es otra. Es la de Rafa Girbés, de 39 años. Después de 25 años trabajando en la conocida peluquería José Besó, en València, asume el reto con su mujer, Sandra, de coger las riendas del negocio cuando José Besó se jubila hace apenas 4 meses. 11 familias dependen ahora de ellos.
“Acabo de despertarme de una siesta de 3 horas –me confiesa cuando le llamo después de comer- porque llevaba días sin pegar ojo. Ayer con las medidas anunciadas por el Gobierno y hoy hablando con el asesor, me he tranquilizado un poco”.
Con las peluquerías ha habido cierta polémica porque primero se anunció que podrían estar abiertas y después se rectificó con la autorización del servicio únicamente a domicilio. “Nosotros estábamos muy extrañados porque tenemos un 21% IVA, no somos de primera necesidad, somos un servicio de lujo y aun así nos quedábamos abiertos con todo el equipo expuesto… Una locura”.
Las medidas anunciadas les dan cierto respiro, sin embargo Rafa es un mar de dudas. “Parece ser que puedo hacer un ERTE si lo necesito, que van a correr con mis autónomos, pero no sabemos si esto es temporal o definitivo. Me llaman los bancos para ofrecerme alternativas pero tampoco puedo firmar nada a día de hoy porque me falta información y mi asesor va loco”.
Rafa ha pasado en apenas 4 meses de la gran ilusión de tener su propia empresa, a verse “en el suelo, con una gran angustia y con todos mis planes de futuro por el aire”. Pero se arma de valor y saca el lado positivo de la situación. Ha puesto en marcha formación online para todo el equipo, se ha llevado sus pelucas a casa para practicar cortes, repasar algo de técnica y mandarles vídeos por wasap al equipo para que estén activos y actualizados. “Aun estoy un poco de bajón, pero soy optimista y saldremos de ésta”.
Para sobrellevar la cuarentena, las plataformas de contenidos audiovisuales están funcionando a todo gas, con series, películas, documentales, todo el entretenimiento posible para no aburrirse. Sin embargo, este contenido es finito, se va a acabar y no se está produciendo nuevo. José Jaime Linares, de 51 años es director de producción de cine y alerta de que se “está consumiendo todo lo que hemos producido hasta ahora, y a este ritmo vamos a acabar con todas las existencias. Se ha parado la producción pero la ejecución se han multiplicado por 100”. José Jaime se ha vuelto a Valencia desde Madrid, donde preparaba la producción de una película que arrancaba rodaje el 4 de mayo y que, por supuesto, se ha parado. “En el 95% de los casos en el sector audiovisual, se te termina el contrato por fin de obra por fuerza mayor y todos a casa. Y escuchas las medidas del Gobierno y piensas, ¿qué hay de lo mío?”. José Jaime es un trabajador de la industria de la cultura donde todo es una cadena y ahora mismo hay miles de personas paradas: si no se produce, no se construyen decorados, no se ilumina, no se escriben guiones… “Y piensa en toda esa gente que iba a empezar ahora a rodar, pero que no estaba ni dada de alta ni con contrato y que ahora se queda en el limbo”.
Por si fuera poco, quienes trabajan en el mundo del cine están en el régimen de artistas y es fácil que pasen de estar contratados, a autónomos, a contrato por fin de obra… “Cuando vas a reclamar tus derechos de prestación es difícil hacer entender nuestra trayectoria laboral porque es muy cambiante”.
Todos los sectores se van a ver afectados por este gran crisis económica y el mundo del cine no va a ser una excepción. “Las películas que estaban pendientes de estreno para estos meses no pueden esperar a después del verano porque se juntarán con las que ya están calendarizadas para septiembre”, me dice José Jaime. “Por cierto, Susana, ¿has pensado que este año el verano como lo hemos conocido hasta ahora va a desaparecer?”