Una autónoma en cuarentena. 4 años, 6 meses y 13 días
Cada uno da lo que recibe y recibe lo que da
Este martes es día de facturación y de pagar autónomos y pintan bastos para nosotros
Hoy es día de facturación. Acaba el mes más raro de mi corta carrera como autónoma y desde buena mañana preparo las facturas que he de enviar a mis clientes de consultoría de marketing y comunicación digital. He hablado con ellos estos días y de manera unánime me dicen que “son tiempos muy complicados, especialmente para los autónomos, así que mientras nos lo podamos permitir, cuentas con todo nuestro apoyo”. Soy afortunada. Lo sé.
Creo firmemente que cada uno da lo que recibe y recibe lo que da. Puede parecer algo romántico, pero si das el 200% -sobre todo cuando no te lo piden- es bastante probable que cuando estés en desventaja o en situación de necesidad, todo o algo de lo que has dado de más vuelva a ti a modo de recompensa o reconocimiento.
Curiosamente, desde el Gobierno no lo ven igual. La ministra de trabajo, Yolanda Díaz, dijo el domingo que “de esta crisis vamos a salir apoyando a los trabajadores, con un tejido productivo más fuerte”, pero es obvio que no se refería a los autónomos. Porque hoy, 31 de marzo, además de facturar –y algunos con suerte, cobraremos-, también pagamos nuestro recibo de autónomos, como cada mes.
Cumplimos con nuestra obligación y quizás sería un buen momento para que se nos reconociera el esfuerzo. Quizás sería un buen momento para recordar que el 99,8% del tejido empresarial español lo formamos pymes y autónomos. Según los últimos datos del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social sobre las empresas inscritas en la Seguridad Social, de las 2.900.113 empresas que hay en España, 1.556.030 pertenecen a autónomos que están al frente de pymes sin asalariados. Quizás sería un buen momento para que se aprobaran ayudas para los autónomos, pero ayudas de verdad.
Me parece increíble tener que demostrar que te ha afectado toda esta crisis del Covid 19. ¿Alguien puede pensar que, salvo a las farmacias y tiendas de alimentación y actividades muy concretas, está situación no le está afectando a algún autónomo o pyme? Exceptuando algunos sectores que tienen tecnología adecuada para el teletrabajo -por su día a día-, la mayoría de pequeños negocios no tienen la infraestructura necesaria. Y no solo para seguir desarrollando su actividad. Tampoco para presentar la documentación necesaria para poder pedir las ayudas. Y en este caso ya no es un problema de infraestructura solo de las pymes. Sino que a los asesores les están pidiendo, por ejemplo, certificados de titularidad de cuentas, últimos recibos de autónomo pagados y con la Ley de Protección de Datos ni conectándonos online a nuestro banco nos dan mucha de la información que necesitamos. Es necesario acudir en persona –recordemos que no se puede salir- y, encima, muchos bancos te cobran por el documento.
Nos dan por todos lados.
Una de las noticias recientes hablaba de facilidades en los aplazamientos para los impuestos del primer trimestre que tenemos que hacer en abril. Exactamente del 1 al 20 de abril. A fecha de hoy, ni los han aplazado ni suspendido. Así que, hemos de preparar esa documentación.
Es una realidad que una gran mayoría de ese 99,8% de pymes sigue trabajando con documentos físicos para que sus asesores –si los tienen- los asienten correspondientemente. ¿Pero si la mayoría de pymes están cerradas y todos metidos en casa, cómo entregarán la documentación? Ayer mismo escribía aquí que los expertos advierten de que “la contabilidad debe ser real, ordenada y reflejar la imagen fiel de la empresa. Si nos obligan a presentar el trimestre en los plazos habituales, los datos serán de todo menos reales”.
Como autónoma me pregunto si algo de mi esfuerzo en estos 4 años de trabajo, en los que no he faltado ni una vez a mis obligaciones fiscales, no podría verse reconocido. Me pregunto si en esta situación lo único que se plantea el Gobierno es recaudar a toda costa, o si por el contrario se podría plantear aplazar el trimestre y hacer como excepción un semestre en julio. O posponer el primer trimestre a mayo o junio.
Si tenemos que seguir siendo ese 99,8% del tejido empresarial español necesitamos recibir algo de lo que hemos dado.