Como abandonar un grupo de WhatsApp?
Usar el sentido del humor y la prudencia y escribir de forma clara para evitar dobles interpretaciones, clave para dejar un chat
El 42% de la población no se puede estar más de una hora sin consultar WhatsApp, tal como muestra el último estudio de Phone House. Los principales responsables de esta interacción constando a menudo son los grupos. Padres de la escuela, antiguos alumnos, familiares virtualmente unidos... que a veces, por un exceso de información, nos toman tiempos y energía. Psicólogos y sociólogos de la UOC analicen cómo funcionan los grupos de WhatsApp y que comporta abandonarlos.
Abandonar el grupo puede ofender
Cuando se forma parte de un grupo es porque se comparte algo que es común y que une con el resto de miembros. "Dejarlo puede ser interpretado como una desvinculación y, incluso, según el grupo, como una traición o falta de consideración hacia los otros", explica Francesc Núñez, sociólogo y profesor de los Estudios de Artes y Humanidades de la UOC. "No te estás desempallegant del grupo, sino del vínculo", comenta Sílvia Sumell, psicóloga y profesora de la UOC, y añade que es inevitable que algún miembro se sienta ofendido, sobre todo en el caso de grupos pequeños y de gente conocida. "Si no se explica el porque de una marcha esta puede generar falsas interpretaciones", puntualiza. Otro caso que puede generar malestar son los subgrupos que nacen para comentar en pequeño comité temas que se han tratado en un grupo más grande.
Estrategias para marchar elegantemente
Según Núñez, para marchar con elegancia del grupo es clave usar el sentido del humor: "Se puede buscar una excusa banal que haga muy necesario, de manera temporal, salir del grupo. Después el tiempo hace que los otros se olviden que esta persona ha marchado", sugiere. Hay que saber encontrar el momento, tener la excusa, hacerlo con gracia y, sobre todo, no ofender el colectivo. Tanto Núñez como Sumell coinciden a valorar que es importante despedirse. "Cuando se acaba el objetivo por el cual se ha creado el grupo es un buen momento para decir adiós", comenta Sumell. "Quizás nos puede ayudar el hecho de pensar como nos despediríamos de los otros de manera presencial", añade.
Tenemos que tener en cuenta que el que decimos a WhatsApp, como espacio público que es, lo tiene que dictar la prudencia y la cautela . "La prudencia y la cautela no son formas de comportamiento establecido, sino un saber estar y un saber comportarse, tal como pasa en las diferentes situaciones de la vida", concluye Núñez.
El rol virtual difiere del frente a frente
Hay casos de personas con mucha actividad en la aplicación y, en cambio, mucha timidez en el frente a frente. Por qué pasa, esto? Núñez y Sumell explican que el grupo de WhatsApp, como pequeña sociedad, genera sus propios roles sociales. "Así, gente que es poco activa o aguda o simpática, en estos espacios genera identidades diferentes, seguramente porque recibe apoyo y desde el grupo se le confirma esta nueva identidad", apunta Núñez. A esto se añade un segundo factor: en la comunicación grupal hay más atrevimiento a decir cosas que presencialmente no se dirían, porque comunicarse con los otros sin tenerlos ante siempre resulta más fácil. "Al evitar el contacto físico, obviamos una parte de la información no verbal inconscientemente. De este modo no transmito información emocional, que queda muy camuflada", reflexiona Sumell. Es por eso que a las personas con carencias o déficits en habilidades sociales o que tienen miedo de ser enjuiciadas los puede resultar más fácil comunicarse por medio de la aplicación.
Grupos de trabajo: lenguaje sin dobles interpretaciones
Los grupos vinculados al trabajo tienen partidarios y detractores, algunos los consideran útiles y otros piensan que son invasivos. En caso de que formamos parte de alguno, hay que ser cuidadosos con que se llama y respetar las normas "no escritas" de buen comportamiento que casi todo el mundo respeta de alguna manera. Esto hace referencia, por ejemplo, al tono, que acostumbra a ser más formal. Tendría que ser un grupo en que se hablara estrictamente de temas de trabajo, y no utilizarlos para asuntos personales. "Entendemos que a veces el grupo puede servir para desfogarse, pero hay que evitar caer en el error de criticar compañeros o jefas. No sabemos qué uso se puede hacer, a quien puede llegar la información, y también puede generar un clima hostil", comenta Sílvia Sumell. Además, puede ser bueno evitar hablar de temas que puedan herir la sensibilidad de los integrantes, como por ejemplo de política, religión, sexo, y tampoco se tiene que abusar de los audios, las imágenes y los emoticonos. "Escribir de forma clara sin frases que puedan comportar dobles interpretaciones, responder en un horario prudente, si es factible sólo en horario de trabajo, y tener claro que el grupo es el canal para comunicar, pero no el medio más adecuado para resolver problemas", aconseja Sumell.
No se tiene que exigir inmediatez
A veces, ciertos rifirrafes o malentendidos aparecen por el tiempo que pasa entre el momento en que se envía el mensaje y el momento en que se recibe la respuesta. La aplicación permite ver si la persona a la cual te dirijas está en linea o si ya ha leído el mensaje que le has enviado. Precisamente esta información es la que permite la recriminación posterior: "Estabas en linea y no has contestado". Francesc Núñez es del parecer que el usuario tendría que poder controlar esta información, si se pudiera decidir no mostrarla muchas veces no se originaría ningún problema. Sumell, por su parte, alerta de la falta de paciencia que tienen los jóvenes, acostumbrados a esperar una respuesta poco tiempo después de enviar su mensaje. "Creo que la máxima tendría que ser: "Si no es urgente, no hay que responder inmediatamente". La clave es saber priorizar", explica Sumell. "Ciertamente, cuanto más grupos de WhatsApp tenemos, más dependencia nos generan".