Más de 1.000 millones de euros. Es la cifra de inversión que ha habido en el ecosistema digital en Barcelona desde que empezó el año. De momento, 2021 está superando todos los récords. Pero el punto de partida tampoco es bajo: mientras que los sectores tractores de la economía catalana -servicios, industria, construcción...- sufrían durante la crisis, las rondas de financiación iniciales seguían alimentando un ámbito tecnológico que ha salido reforzado de la pandemia y la aceleración de la digitalización. El presidente del Barcelona Tech City -la asociación que aglutina al emprendimiento de la capital catalana-, ve el futuro con optimismo. También cofundador y presidente del fondo Antai Venture Builder, y cofundador de Wallapop, Miguel Vicente reivindica el potencial del sector para dotar de más resistencia a la economía ante futuras crisis. La entidad se encuentra en plena creación de una red de hubs dedicados a sectores específicos que consideran estratégicos.
¿En qué momento se encuentra el sector tecnológico?
El sector se encuentra en un momento muy dulce. El año pasado fue complicado desde el punto de vista de la financiación internacional, con la imposibilidad de viajar y cerrar rondas de mayor tamaño. Aún así, fue un buen año en las rondas iniciales, hubo más que nunca, muestra de la salud del ecosistema y las oportunidades que se han abierto con la digitalización que ha conllevado la covid-19.
¿La reactivación económica tiene que pasar por el ámbito digital?
Sin ningún tipo de duda. Los números de inversión extranjera confirman la tesis que siempre hemos defendido: que la ciudad tiene que hacer una apuesta importante por el sector. Los datos de empleo también son muy claras. El presente y el futuro de la economía pasa por esta digitalización sin precedente que estamos viviendo y que ha sido acelerada de manera brutal por la covid-19.
¿Cuáles son estos datos de inversión?
Este 2021, en el primer trimestre hemos tenido una cifra récord: 750 millones de euros, que iguala prácticamente el total del año pasado. Si contamos desde enero hasta ahora, hemos superado los 1.000 millones de euros de inversión, por lo tanto, acabará siendo un año récord en captación de fondos extranjeros. Esto significa creación de riqueza y puestos de trabajo.
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¿Es el talento uno de los puntos fuertes de Barcelona?
Los hubs tecnológicos que estamos creando generan entre cuatro y cinco veces más trabajo que los tradicionales, porque hay muchas inversiones asociadas. Se han convertido en una arma competitiva muy clara ante otros ecosistemas de Europa, como los de Londres, Berlín, París... En Barcelona, competimos en talento. Llevamos más de 20 años de experiencia, por lo tanto, hay muchos equipos formados en empresas como Privalia o Wallapop que después han creado compañías propias. Son equipos formados en cómo coger una compañía y pasarla en dos años de cero a 5 millones de clientes. Pero también tenemos una capacidad de atracción de talento internacional para completar el local.
¿También compite en capital?
Es verdad que no contamos con grandes fondos de capital riesgo -probablemente es una de nuestras asignaturas pendientes-, pero somos capaces de atraer inversores internacionales, que durante los últimos años han ido cogiendo confianza y experiencia invirtiendo en Barcelona. El crecimiento de los últimos años ha sido exponencial porque buscan estar en los proyectos más ambiciosos. Nada impide que en Barcelona se pueda crear el nuevo Spotify.
"Hay sectores como el comercio electrónico, el marketing digital o 'proptech' en los que también queremos trabajar"
¿Qué sectores conforman la red de hubs del Barcelona Tech City?
Cuando vimos el éxito y la demanda que teníamos de más espacio, decidimos crear el concepto de Urban Tech Campus, con espacios conectados y verticalizados. Así surgen el Pier03, que se inicia como un proyecto de blockchain pero se ha convertido en un espacio más generalista como el Pier01 [la sede del Barcelona Tech City]. Después hay el proyecto de finteche insurtech en el espacio de la Bolsa de Barcelona, en que trabajamos para ponerlo en marcha. Trabajamos un proyecto en el ámbito de la salud, uno de los sectores en los que Barcelona tiene muy potencial de crecimiento. Este se encontrará en la Via Laietana, próximo al Pier01. Y también queremos concebir otros espacios verticales que todavía no tienen ubicación, como es uno dedicado a la movilidad, uno de deportes y uno de arquitectura urbana.
¿Faltará alguno más, una vez terminados todos estos proyectos?
Hay sectores como el comercio electrónico, el marketing digital o proptech, en los que también queremos trabajar. Pero nuestro modelo es primero generar el contenido y las alianzas suficientes y, después, buscar la ubicación, que es lo menos importante.
¿Las startups industriales también tienen cabida?
Nuestro campo de acción es cada vez más global, a medida que el ecosistema crece. Tenemos un proyecto de colaboración abierto con el Consorci de la Zona Franca de Barcelona, que alberga diferentes incubadoras y espacios dirigidos al mundo industrial, como la impresión 3D. El objetivo que tenemos es ayudar a que el 20% del PIB de Barcelona pueda venir del sector tecnológico y que el sector de startups aporte a la digitalización de toda la cadena de valor.
"El proyecto de Correos será una realidad, pero tendrá una nomenclatura diferente que Pier02"
Hace años que se habla de un proyecto de Pier02, que se tendría que ubicar en el edificio de Correos. ¿En qué estado se encuentra?
El Pier02 es un nombre que guardamos para el Museu d'Història de Catalunya: no renunciamos que en un futuro se pueda unir con el Pier01. Nuestro proyecto de crecimiento pasa por el entorno del mar y el puerto. En estos modelo de colaboración publico-privada en que estamos acostumbrados a trabajar, Correos ha impulsado un proyecto con el Ayuntamiento y el Consorci de la Zona Franca, en que habrá un hub tecnológico. Cuando se haya puesto en marcha, estaremos presentes para conectarlo con el Pier01. El Ayuntamiento y Correos tienen toda nuestra colaboración. El proyecto de Correos será una realidad, pero tendrá una nomenclatura diferente.
¿Qué papel juegan estos acuerdos de colaboración publico-privada?
Siempre intentamos colaborar con todos los actores: somos una asociación sin ánimo de lucro y entendemos la colaboración publico-privada para sumar proyectos. Tenemos multitud de acuerdos con diferentes administraciones. Desde hace muchos años, estamos con Acció -por el pier de salud, por ejemplo-, con la Generalitat -por los hubs de finteche insurtech-, con el Ayuntamiento en diferentes proyectos. El Tech Spirit del año pasado también fue posible por el apoyo de todas las administraciones.
En los hubs del Barcelona Tech City no solo hay startups, también encontramos a grandes empresas. ¿Qué aporta esta mezcla?
Además de los asociados, tenemos más de 70 partners con los que colaboramos de diferente manera, como Caixabank, Telefónica, Seat, Naturgy... La asociación tiene un objetivo de conectar todas las piezas del ecosistema tecnológico: emprendedores, fondos de capital riesgo, instituciones públicas que apoyan al emprendimiento -como Barcelona Activa o el ICF-, las corporates... De esta conectividad sale una transferencia de conocimiento.
"El récord de inversiones internacionales de este año se producen por la propia madurez del ecosistema de Barcelona, que ya lleva años con compañías más consolidadas que levantan rondas de capital mayores
¿También salen inversiones?
Al final, es un círculo virtuoso. Hace ocho o 10 años, los fondos de capital riesgo invirtieron en los Privalias y Wallapops. Después, estos fondos han ido repitiendo, han atraído a otros fondos y ya hay muchos fondos internacionales que cuentan con equipos centrados en las inversiones en el sur de Europa, bien posicionados en Barcelona. El récord de este año se produce por la propia madurez del ecosistema de Barcelona, que ya lleva años con compañías más consolidadas que levantan rondas de capital mayores. Durante el año pasado hubo una transición, porque no creció todo lo que habría podido crecer en la parte de rondas altas, pero sí en la parte de rondas iniciales. Durante los próximos años, esperamos seguir creciendo.
Las rondas más altas tradicionalmente han costado más de conseguir en el Estado español. ¿Todavía es así?
El capital riesgo en España todavía no tiene el nivel de madurez suficiente, a pesar de que es verdad que en el año pasado se crearon fondos mucho más grandes. Todavía no tenemos fondo con la capacidad de invertir 25 o 30 millones, como sí los hay en Londres, París, Berlín o EE.UU.. No los tenemos, pero lo más importante es que estos fondos invierten en proyectos globales creados en Barcelona que compiten internacionalmente. Que seamos capaces de atraer estas inversiones, además del propio desarrollo de fondos en España o Barcelona, es muy importante.
Hay una queja generalizada en el sector sobre las restricciones legales que se ponen a algunas actividades innovadoras. ¿La asociación tiene un papel de mediación con las administraciones públicas?
Nuestro papel es trabajar con las diferentes administraciones para promover un entorno friendly para el ecosistema tecnológico. Lo que es más importante es que podamos competir con las mismas condiciones que el resto de países en temas tan importantes como la atracción de talento, un marco legal adecuado, agilizar la creación de una compañía, etc. Necesitamos que España cuente con una ley de emprendimiento.