Los Beatles en 'The Office'
Paul McCartney está sentado en una silla con su icónico bajo en forma de viola. Tiene una canción en la cabeza que tararea mientras rasca unos cuantos acuerdos con regusto a blues. Delante tiene sentados a Ringo Starr y George Harrison con la guitarra en la mano. George bosteza ostensiblemente. Son las 10 horas de la mañana y John Lennon todavía no ha llegado.
Paul ahora improvisa versos y dice algo como "get back", que repite. La música nos empieza a resultar familiar. Se le añade Ringo, que lleva el ritmo aplaudiendo. George suma un acuerdo de la, después uno de re y un riff de blues. Ringo se suma a Paul y le hace el coro con "get back". Han pasado dos minutos.
Este es uno de los muchos momentos mágicos del documental de Peter Jackson Get Back sobre los Beatles. Estrenado el 25 de noviembre en Disney+, el documental de siete horas y 50 minutos narra en tres partes el proceso creativo y de trabajo de Let It Be, el último disco que los Beatles publicaron. Hasta hoy, el registro que teníamos, y que marcaba la narrativa del final de los Beatles, era el de la película homónima del realizador Michael Lindsey-Hogg (que ganó un Oscar en 1971 por la banda sonora). Para hacerla, Lindsey-Hogg llenó el estudio de los Beatles con cámaras y micrófonos. Las instrucciones que tenían los técnicos eran de empezar a grabar cuando llegara el primer beatle al estudio y de acabar cuando se marchara el último; el estudio era un Big Brother avant la lettre. El resultado fueron 60 horas de película y 150 horas de audio que han estado 50 años en una caja fuerte de Apple Corps, la empresa que los Beatles crearon en 1968.
Entre una cinta -Let It Be- y la otra -Get Back-, además de la duración, la tecnología digital que ha permitido pasar de los 16mm a la alta definición, la distribución (Let It Be solo se distribuyó en VHS en 1980 y nunca hubo acuerdo para hacer un DVD) y el gran trabajo de documentación y montaje de Peter Jackson, hay un aspecto que las hace radicalmente diferentes: la ausencia de los Beatles en la posproducción.
Peter Jackson se ha pasado los últimos cuatro años en la sala de edición trabajando con el material de Apple Corps con total libertad
El encargo que los ejecutivos de Apple Corps actuales, no los Beatles que quedan, hicieron a Peter Jackson era de restaurar las filmaciones originales y explicar la verdadera historia de los Beatles. Peter Jackson se ha pasado los últimos cuatro años en la sala de edición trabajando con total libertad. El resultado tiene poco que ver con la cinta original de Lindsey-Hogg y con la interpretación que se hizo a posteriori, una vez hecho pública la separación del cuarteto.
De hecho, el Get Back de Jackson se asemeja más a una temporada de The Office que a la hagiografía de Paul McCartney que es Let It Be. A lo largo de las casi ocho horas -más que una temporada entera de The Ofice- vemos a una pandilla de trabajadores haciendo su jornada laboral, como cualquier empresa. Hay técnicos, ingenieros, cámaras, chicas del café, un portero, transportistas y músicos, entre ellos los Beatles. Tienen un horario de grabación de 10 horas a 18 horas, algunos llegan con sueño y algunos llegan tarde. Algunos son disciplinados como Paul McCartney y otros caóticos como John Lennon; algunos tienen iniciativa, defienden y confrontan argumentos -Paul, John y George- y otros callan y escuchan, como Ringo Star, pero siempre están. Algunos, como George Harrison, cansados de ser el segundo violín, dejan el grupo y se van; algunas molestan como Yoko Ono, que sale en todos los planos sin aportar nada, y otras, como Linda Eastman, aportan sin decir nada con las fotos que hace, que Jackson hábilmente intercala en la cinta.
Un momento mítico del documental es cuando Paul McCartney le dice a John Lennon que tanto caos creativo no puede ser bueno y Lennon responde con los primeros versos de 'Help!'
Ahora bien, lo que los une a todos a pesar de las diferencias es un objetivo común: los Beatles hace tres años que no actúan en directo y tienen ganas de hacer un concierto con público en televisión, que grabarán y resultará en su nuevo álbum. Al mismo tiempo, grabarán el proceso de creación y resultará en un documental. El concierto tenía que ser en un lugar especial. En varios momentos hablan de hacerlo en un anfiteatro romano en Trípoli, en un barco de viaje con los fans, en el Parlamento, en un sanatorio o en Primrose Hill. A lo largo de la cinta, se ve como este triple proyecto -documental, concierto y disco- va cambiando de forma y los objetivos se ajustan de acuerdo con el momento y los recursos; finalmente, descartan el programa especial en televisión y optan por la versión más barata de hacer el concierto, en la azotea de los estudios de Apple Corps.
Otro de los momentos míticos del documental es cuando Paul McCartney le dice a John Lennon que tanto caos creativo no puede ser bueno, que tiene que tener unas rutinas y unos objetivos diarios, que Lennon responde con los primeros versos de Help!, una letra suya que dice:
When I was younger, so much younger than today
I never needed anybody's help in any way
(Cuando era joven, mucho más joven que hoy
Nunca necesité la ayuda de nadie en nada)
Los Beatles no se separaron después de grabar Let It Be, sino que todavía grabaron el álbum Abbey Road, que se publicó antes. En la primavera de 1970 los Beatles se separaron, ninguno de ellos llegaba a los 30 años.