OPINIÓN
Catalunya, una potencia en startups
Una startup es una empresa con un modelo de negocio innovador y escalable, un fuerte componente tecnológico, creada con voluntad de crecimiento y con menos de diez años de vida. En Catalunya ya hay actualmente 1.900 startups, que dan trabajo a 19.300 personas y facturan 1.710 millones de euros, según un informe de Acció que hemos presentado esta semana. El crecimiento del ecosistema catalán de startups ha sido importante y sostenido en los últimos años: ahora hay un 75% más y facturan un 57% más que en 2016. Además, se constatan dos tendencias muy importantes: las startups ganan dimensión tanto en número de trabajadores como en facturación. Y para remachar esta tendencia positiva, las startups catalanas han captado 1.479 millones de euros de inversión en 2021, la cifra más elevada nunca registrada.
Visto en perspectiva, pues, Catalunya se ha consolidado en la última década como uno de los ecosistemas europeos más importantes de startups. Lo constata la buena posición en varios rankings: somos el quinto mejor ecosistema de la Unión Europea para crear una startup, el segundo hub de la UE preferido por los fundadores o el cuarto ecosistema de la UE en número de scaleups (startups que han recaudado más de 1MEUR). Somos, en resumen, un ecosistema dinámico y en crecimiento: tenemos más startups que nunca, crean más puestos de trabajo que nunca y captan más inversión que nunca.
Catalunya se ha consolidado en la última década como uno de los ecosistemas europeos más importantes de startups
Evidentemente, hay campo para mejorar, y no nos falta ambición. Está claro, por ejemplo, que nos hace falta aumentar el número de inversores, tanto internacionales como locales, para poder acompañar a las empresas emergentes no solo en las primeras etapas sino también cuando ganan dimensión y necesitan financiación para escalar y globalizarse. También hace falta poner más mecanismos de conexión entre el mundo de ciencia y la investigación catalana con el ecosistema de emprendedores para hacer que siga aumentando la proporción de startups que tienen una profunda base tecnológica y disruptiva (casi la mitad de las startups catalanas ya trabaja con tecnologías deep tech). Así, contaremos con empresas con todavía más potencial de impacto, de creación de valor y capacidad para crear puestos de trabajo cualificados.
En definitiva, el sector de startups disfruta en Catalunya de buena salud y lejos de caer en ningún conformismo tenemos que ser autoexigentes para que sea todavía más provechoso y genere más bienestar. El futuro económico de Catalunya necesita aprovechar la capacidad transformadora e innovadora de las startups para que espolee el conjunto de la economía y, junto con la diversidad económica de nuestro país de grandes empresas, empresas familiares, pymes y autónomos construimos una economía sólida, sostenible y competitiva.