Opinión

Desdramatizando el regreso

La vuelta al trabajo después de las vacaciones es un tema recurrente en muchos artículos, a menudo acompañado de consejos para evitar el temido "síndrome posvacacional". Pero, ¿qué pasaría si cambiáramos la perspectiva? ¿Y si, en lugar de ver este retorno como una carga, lo viéramos como una oportunidad? Una oportunidad para ejercer nuestro liderazgo y autoliderazgo, y para reconocer la suerte que tenemos de tener un trabajo al que volver, aunque no siempre sea el trabajo de nuestros sueños.

Es fácil caer en la queja cuando toca volver a levantarnos temprano y enfrentarnos con las tareas pendientes que han quedado en el cajón. Este pensamiento puede resultar abrumador. Sin embargo, es importante reconocer que tener un trabajo al que volver es un signo de seguridad y estabilidad. En el mundo actual, donde muchos luchan por mantener o encontrar un empleo, poder volver al trabajo es, en sí mismo, un motivo de agradecimiento. La clave está en desdramatizar este retorno y cambiar la narrativa interna que a menudo nos lleva a verlo como un sacrificio.

"Es importante reconocer que tener un trabajo al que volver es un signo de seguridad y estabilidad"

En muchos de mis artículos hablo a menudo de encontrar la pasión en lo que hacemos, pero para muchos, esa pasión puede parecer una fantasía lejana. También hablo y reafirmo que en este contexto, el propósito se convierte en un elemento clave. Más allá de la pasión, tener un propósito claro nos ayuda a dar sentido a nuestro trabajo, incluso cuando las tareas cotidianas parecen rutinarias. El propósito nos guía, nos recuerda por qué hacemos lo que hacemos, y nos da fuerza para superar los retos diarios. Cuando encontramos o definimos este propósito, no solo trabajamos para cumplir con nuestras responsabilidades, sino que trabajamos con la convicción de estar contribuyendo a algo más grande, algo que trasciende el día a día. Este sentido de propósito es lo que puede transformar un trabajo.

Según Patrick Lencioni en su libro The 6 Types of Working Genius, la pasión y el propósito en el trabajo no siempre es una cuestión de "encontrar" algo que nos guste, sino de comprender dónde podemos aportar nuestro talento y creatividad. Esto es especialmente importante cuando nos enfrentamos a la vuelta al trabajo.

El liderazgo no solo se practica cuando estamos al frente de un equipo; también se manifiesta en cómo afrontamos los retos personales, como el regreso al trabajo después de un período de descanso. Esta es una oportunidad para aplicar el autoliderazgo, para recordarnos a nosotros mismos nuestros objetivos, para retomar con energía renovada y para liderar con el ejemplo ante nuestros compañeros y colaboradores.

Més info: El Síndrome del Impostor

No todos tienen la posibilidad de cambiar de trabajo fácilmente, pero eso no significa que no se pueda hacer un cambio interno. Si sientes que tu trabajo actual no te permite dar lo mejor de ti mismo, no lo veas como una condena. Más bien, tómalo como una invitación a explorar, a buscar y a preguntarte: ¿Dónde puedo aportar realmente?

Lencioni explica que cada uno de nosotros tiene diferentes tipos de "talentos" o habilidades naturales que nos motivan. A veces, la pasión no se trata de encontrar el trabajo perfecto, sino de identificar y aplicar estas habilidades en nuestro entorno actual o en un nuevo contexto. Si no encuentras pasión en lo que haces, Lencioni sugiere que te preguntes si estás utilizando tus talentos al máximo.

Un liderazgo eficaz se fundamenta en la capacidad de mantener la motivación tanto propia como de los demás. En este sentido, la gratitud puede ser un poderoso motor. Reconocer la suerte que tenemos de tener un lugar donde desarrollar nuestras habilidades, donde crecer profesionalmente y donde contribuir a un proyecto más grande, puede cambiar completamente nuestra actitud ante la vuelta. Cuando nos enfocamos en la gratitud, la motivación llega de forma natural.

"Un liderazgo eficaz se fundamenta en la capacidad de mantener la motivación tanto propia como de los demás"

Es probable que tu trabajo no cambie mucho, pero puedes buscar oportunidades dentro y fuera de tu entorno laboral para aplicar tus talentos. Tal vez puedas contribuir a la mejora de procesos, o ofrecer tu tiempo y habilidades en proyectos de voluntariado, en tu barrio o en la escuela de los niños, por ejemplo. La cuestión es encontrar un lugar donde aportar, donde sentir que tu existencia tiene un impacto positivo, por pequeño que sea.

Volver al trabajo después de las vacaciones no debería ser visto como una pesadilla, sino como una nueva oportunidad para ejercer nuestro liderazgo y para crecer tanto en el ámbito personal como profesional. Es un momento para recordar que somos afortunados de poder seguir haciendo lo que hacemos, y de hacerlo con una mentalidad renovada y un espíritu de gratitud. Al fin y al cabo, la vuelta no es un final, sino un nuevo comienzo, una oportunidad para desdramatizar, liderarnos a nosotros mismos y aportar valor a nuestro entorno.