Dimensión y competitividad
No hay ninguna duda que normalmente la dimensión empresarial ayuda mucho a la competitividad porque favorece los factores internos de productividad. Pero ahora querría fijarme, más que en la dimensión de la empresa, en las dimensiones de los Estados, puesto que existen factores externos en la empresa que dependen de la calidad y la actuación de los poderes públicos.
Es muy evidente en el caso de las infraestructuras públicas. Pero, en la época de la globalización, se tiene que tener mucho cuento la influencia del poder relativo de cada estado en el contexto internacional. Nos gustará o no, pero el poder de los Estados condicionan en muchos aspectos la situación y posibilidades de sus empresas, tanto por los controles comerciales como por las regulaciones monetarias. Por eso es importante analizar que, en estos momentos, acabada ya la etapa de las "dos potencias", existen en el mundo unos cuántos "poderes económicos reales" de dimensiones importantes que dominan el mundo. Actualmente, los nuevo primeros, por orden de su PIB son los EE.UU., la China, la India, el Japón, Rusia, Alemania, el Reino Unido, el Brasil, y la Francia... En estos momentos tanto si tomamos el PIB del conjunto de la UE, como el de la Zona Euro, ocuparíamos claramente la posición número 2.
Hay previsiones serias de varias fuentes que calculan que de aquí a 15 años la nueva situación será esta: la China, los EE.UU., el India, el Brasil, el Japón, Rusia, México, el Alemania, y el Reino Unido... Es decir, que en un hipotético G-7 no habría ningún país europeo. Ahora bien, si se mantiene unida, la UE sería el número 3 y la Zona Euro el número 4, aunque el Reino Unido no fuera a cabeza de las dos áreas.
Si Europa mantiene su unidad y su volumen económico, habría un cierto equilibrio "América-Europa-Asia". En caso contrario, el centro de poder mundial estará absolutamente al Pacífico, y la decadencia europea, que en el siglo pasado provocó luchas internas e incluso, las dos peores guerras de toda la Historia, decadencia que la existencia de la UE ha permitido retrasar y, incluso reconducir, se precipitaría rápidamente.
Vale la pena tener presentes estas realidades a la analizar situaciones como las del Brexit, o valorar los corrientes euròfobs en Francia, Holanda o Hungría, u otros que están basados en el "nosotros sólo iremos mucho mejor". A veces puede ser verdad que a corto sea así; pero a medio término...