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IA en el aula, ahora sí

Etnógrafo digital
26 de Septiembre de 2024

El debate de si la IA debe entrar en el aula es un déjà-vu. Lo tuvimos con las calculadoras, con Google, con Wikipedia, con los portátiles y lo tendremos con cada nueva iteración tecnológica; con cada nueva generación de apocalípticos e integrados. El debate no es “sí” la IA debe entrar en el aula, sino que es “cómo” y “para qué”. Más que nada porque ya llegamos tarde: ChatGPT es una de las competencias que alcanzan los estudiantes en la ESO.

"El debate no es "sí" la IA tiene que entrar al aula sino, que es "cómo" y "para qué""

Y si los estudiantes desarrollan nuevas competencias, también lo hacen los profesores. En este sentido, he visto cosas que vosotros, humanos, no creeríais. Como el profesor que al poner un ejercicio de redacción en Classroom, introducía subrepticiamente la palabra “Frankenstein” camuflada en cuerpo 1 y de color blanco (sobre fondo blanco). Cuando el alumno hacía el inevitable “cortar y pegar” a ChatGPT, este último le generaba un texto perfecto con referencias y analogías a Frankenstein, texto que viajaba con un “cortar y pegar” de vuelta a Classroom. No sé si atrapaba a todos los tramposos, pero al menos atrapaba a todos los que ni siquiera leían lo que ChatGPT les generaba.

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Otros han rastreado toda Internet hasta encontrar las herramientas más arcanas de detección de textos generados por IA —también basadas en IA—. Inevitablemente, y después de alguna alegría, cuando se encuentran con algún falso positivo se dan cuenta de que la IA que detecta IA también “alucina”, y el aprendiz de Sherlock vuelve a hacerse maestro.

"Buenos guiones para episodios de 'Black Mirror' pero lejos de la realidad de este principio de curso"

¿Tan débil es nuestro sistema educativo que un chatbot espabilado lo ha puesto en crisis? Un debate desenfocado guiado por los apologetas de la inevitabilidad tecnológica lo ha situado en una falsa dicotomía entre apocalípticos e integrados: por un lado, los que dicen que los profesores serán obsoletos la semana que viene (y ya están haciendo pruebas en este sentido). Por el otro, los que dicen que esta tecnología lo que hará obsoletos son los estudiantes; que ya no será necesario estudiar porque un chip en el cerebro nos dará acceso a todo lo que necesitemos saber. Buenos guiones para episodios de Black Mirror pero lejos de la realidad de este principio de curso.

Escribo estas líneas porque, como profesor universitario de Tecnología Audiovisual, cada septiembre me encuentro con la nueva colección de retos otoño-invierno que nos plantean precisamente las tecnologías audiovisuales. Y si las tenemos que estudiar, las tenemos que usar. Por eso, el primer día explico a los alumnos cómo hacer trampa si quieren. Lo hice con Sudowrite.com, antes de que llegara ChatGPT y tendré que hacerlo mañana viernes ahora que solo hay que ir a Google o a Perplexity.ai para generar textos de manera tan fácil como los genera el autocompletado del móvil. Literalmente.

"Copiar es fácil; aprender no tanto y la IA nos puede ayudar"

El objetivo sería acercarnos a la IA generativa como una tecnología audiovisual más, sin demonizarla ni prohibir su uso, sino para aprender a usarla de manera ética y efectiva; buscando sus costuras mientras aprovechamos los beneficios para el aprendizaje. Reitero: para el aprendizaje. Copiar es fácil; aprender no tanto y la IA nos puede ayudar. Os contaré un caso de uso real que me ha cambiado la vida.

Estudiar la historia de Grecia es apasionante. De allí sale todo y todo lo que leas es poco. A lo largo de los años he probado todo para conservar la información relevante de cada libro que he leído. Con el tiempo y los diferentes métodos de documentación —papel y lápiz, fichas, Goodreads, fotos y OCR, Evernote, Notion, etc.— me he dado cuenta de que el problema no es almacenar información, sino recuperarla (algo que ya está resuelto desde los babilonios con las tablillas de arcilla). Por mucho que categorices la información, la etiquetes o clasifiques, nunca lo harás de todas las maneras posibles por las que algún día eventualmente querrás acceder. Creo que he encontrado una solución.

Sigamos con el caso de estudio de la historia de Grecia. Encontrar algo en los libros, PDF, vídeos de YouTube o cursos de universidades en línea que tengo guardados o relacionar información de un texto con otro es una tarea virtualmente imposible cuando el número de recursos empieza a crecer. Google parece que nos puede ayudar con su nuevo servicio de notas llamado NotebookLM. De manera muy sencilla podemos subir notas, documentos de texto y enlaces a los cuales podremos acceder a través de un chatbot. Y no solo eso: nos sugerirá líneas de tiempo, tablas de contenido, preguntas, relaciones entre diferentes conceptos e incluso puede generar un pódcast de dos personas hablando sobre los contenidos. Por primera vez he conseguido sacar provecho de libros y referencias que obviamente no tengo en la cabeza.

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Lo que lo hace realmente útil es que los resultados de la conversación proceden únicamente de los contenidos que hemos subido, las referencias en el texto generado y cuando no tiene suficiente información no se la inventa, simplemente confiesa que “con las fuentes proporcionadas no puedo encontrar lo que me pides”. Una de las ventajas es que independientemente del idioma de las fuentes, se le puede preguntar en catalán o en cualquier otro idioma.

"Una especie de primer día de curso que este año será con IA en el aula"

Uno de los contenidos que subo son las transcripciones de los vídeos de los cursos que hago en Coursera, bien clasificados lección por lección. Esto me permite acceder a todo el contenido del curso tanto de manera estructurada como mediante el chatbot, con la primera pregunta que me venga a la cabeza o que el mismo chatbot me sugiera. Una de estas fue: "¿cuál fue la importancia de la escritura en Linear B para la civilización Minoica?”. Fui a parar al maravilloso mundo de las relaciones entre el poder y las tecnologías, en este caso, de la escritura.

Recuerdo cómo, al descubrir el poder de NotebookLM, recuperé sensaciones que hacía años que no experimentaba en la red. Una sensación de primer día muy similar a la que experimentamos el día que accedimos a la primera web, la primera búsqueda en un motor de búsqueda (¿Altavista?, ¿Infoseek?, ¿Lycos?, ¿Yahoo?) o al primer acceso a Wikipedia. Una especie de primer día de curso que este año será con IA en el aula.