La desigualdad tiene cara de mujer
He leído estos días que este 17 de octubre al Congreso de los Diputados han sido aprobadas medidas que corrigen la rendija salarial entre hombres y mujeres, impulsan la transparencia salarial, e instan en el Gobierno español a cumplir la recomendación de la Comisión Europea (CE) del 7 de abril de 2014 que tendrían que haber sido puestas en marcha el 2015. Ha pasado mucho tiempo, y me remito al año 1957, donde se aprobó el Tratado Constitutivo de la Unión Europea, donde a su artículo 119 habla del principio de igualdad de retribución entre trabajadores y trabajadoras que realizan el mismo trabajo, prohibiendo la discriminación salarial por razón de sexo.
De esta resolución han pasado 60 años, y después de todo este tiempo transcurrido, podemos afirmar que todavía hoy en día seguimos hablando del poco cumplimiento de este tratado: "IGUAL SOIS entre hombres y mujeres POR EL MISMO TRABAJO".
Me pregunto como puede ser que hayamos avanzado tan poco. Qué hemos hecho mal. O, realmente nos lo creemos y trabajamos porque esta premisa se convierta en una realidad?
Hemos trabajado mucho pero la realidad es que el 72% de las jornadas a tiempo parcial las hacen las mujeres, el 22,6% de mujeres ocupadas con hijos han reducido su jornada laboral, ante el 3,4% de hombres, para poder tener cura de los menores; sólo el 55% de las mujeres una vez han tenido un hijo retoman la vida laboral, a veces su regreso se convierte en un despido, aunque la Ley no lo permita. Por lo tanto, nuestros sueldos se reducen, en consecuencia las cotizaciones a la Seguridad Social durante la vida laboral son menores, repercutiendo el día siguiente en nuestras jubilaciones.
"Las mujeres somos mucho más vulnerables en todas las etapas de nuestra vida"
Las mujeres, cuando nos jubilamos, cobramos un sueldo del 25% menos que los hombres. Dos de cada tres pensionistas que no superan el sueldo mínimo interprofesional son mujeres. Por lo tanto, las mujeres somos mucho más vulnerables en todas las etapas de nuestra vida, cuando tenemos hijos, cuando tenemos cura de los dependientes, cuando tenemos cura de la gente mayor, cuando llegamos a la vejez.
Esta problemática es un hecho transversal y llega a todos los ámbitos CULTURALES, DEPORTIVOS, EMPRESARIALES, RURALES, ARTÍSTICOS, y a un gran etcétera. La diferencia económica de sueldos es también un problema sociológico, la desigualdad tiene cara de mujer y la pobreza también.
Hace muchos años que en el ámbito empresarial -que es el que más conozco- piden acciones reales, porque los órganos de gobierno de las empresas, de donde salen las decisiones, las grandes líneas estratégicas, y la cultura corporativa de la empresa, esté formada por hombres y mujeres. Según otra directriz de la Unión Europea, en 2015 también se aconsejaba que al menos un 40% de las mujeres tendríamos que estar a los órganos de dirección de los consejos de Administración.
Por lo tanto, cuando me llegan estas propuestas del Congreso, me congratulo. Pero quizás porque ya hace años que leo propuestas, recomendaciones, acuerdos, palabras, ... Creo firmemente que sin una ley de obligatoriedad desde las instituciones, desde los gobiernos y la corresponsabilitat de todos, hombres y mujeres, no podremos desencallar este tema tan importando que al final es decir que tanto los hombres como las mujeres somos iguales y, en consecuencia, por el mismo trabajo recibiremos el mismo sueldo.
Seamos serios, y que llegue de verdad antes de que pasen otros 60 años.