La revolución del talento
Fines hace pocos años parecía que tener un hijo o una hija con un buen cociente intelectual y un buen expediente académico, haciendo la carrera "correcta", era garantía de éxito, pero actualmente ya no es así. Hace un tiempo que sentimos a hablar de la necesidad de innovar y replantear la educación, no tan sólo para aumentar la motivación de los alumnos o reducir el fracaso escolar, sino también porque el avance imparable de inteligencia artificial y otras tecnologías transformará el mercado laboral.
Las noticias que han llegado a publicar algunos medios en esta línea son alarmantes y el Informe de World Economic Forum de Davos 2016 anunciaba que "el 65% de las profesiones que ocuparán nuestros hijos no existen actualmente y no se sabe todavía cuáles serán". Nos encontramos, por lo tanto, ante el que se denomina la cuarta revolución industrial, un momento en el cual los conocimientos técnicos o el cociente intelectual no tendrán un peso tan importando como hace unos años, dando en otros aspectos como las habilidades: la inteligencia emocional, la capacidad de trabajar de forma colaborativa, la capacidad crítica o la creatividad serán claves en los profesionales del futuro. De hecho, ya lo son ahora en muchos de los lugares trabajo.
Daniel Goleman, en su famoso libro La Inteligencia emocional, ya demostraba a los años 90, que la Inteligencia Emocional era un mejor predictor de éxito que el cociente intelectual. Por otro lado, Howard Gardner, psicólogo americano y profesor de Goleman en Harvard, también definió a los años 80, 10 años antes, el modelo de las inteligencias múltiples, en el cual se distanciaba del concepto de medir una sola inteligencia, describiendo 8 tipo de inteligencias: Visual-Espaial, Lingüística, Lógica matemática, Cinestèsica, Musical, Naturalista, Interpersonal e Intrapersonal. Teniendo en cuenta la información que tenemos actualmente, la pregunta que nos tendríamos que hacer antes de hablar de talento no es cuánto de inteligente es una persona, sino como de inteligente es, porque aquí es donde radica el Talento de cada cual.
Esta es una cuestión que plantea Sir Ken Robinson, educador y escritor inglés, en su libro El elemento y también en su charla TED titulada Las escuelas matan la creatividad, una de las más vistas en la historia del TED, con más de 40 millones de visualizaciones. En esta charla, Sir Ken Robinson explica que todos los niños tienen talento para algo y que son creativos por naturaleza, pero que esta creatividad se va perdiendo con los años debido a un sistema de educación que estandariza los contenidos y evalúa todos los niños con las mismas pruebas. Bien es verdad que el que ahora nos puede parecer el más normal del mundo, es un sistema preparado para la revolución industrial y el contexto ha cambiado radicalmente y el pensamiento crítico es la base para innovar o para emprender, que es el que necesita la economía y el que da puestos de trabajo que nunca podrán ser ocupados por robots.
Saber cuál es nuestro talento es un elemento clave para la felicidad y el éxito en el mundo laboral y en la vida. Las empresas ya no seleccionan únicamente personas. En la terminología de Recursos Humanos, ahora se selecciona talento y se gestiona talento. Las tareas mecánicas manuales y repetitivas serán automatizadas y probablemente, sólo aquellos que hayan sabido destacar en una área concreta como por ejemplo el análisis de datos, la creatividad, la capacidad de crear relaciones de confianza o gestionar equipos, tendrán el futuro asegurado en una empresa o creando su propia empresa.
Finalmente, comparto una buena definición de talento: un profesional con talento es aquel que pone en práctica sus capacidades para obtener resultados superiores en una organización o sistema. Si os sentís identificados con esta definición, es probable que seáis un profesional con talento; y si no os sentís, os podéis plantear dos cosas: buscar un nuevo reto profesional más motivador o continuar buscando vuestro elemento, que es aquello que os hará felices dentro y fuera del trabajo.