Empresa, cultura y sociedad digital

Las 'fake news' de siempre

06 de Junio de 2018
Genís Roca

Edward H. Carr escribió Qué es la historia el 1961, un libro que 25 años más tarde y de la mano de la profesora Anna Maria Garcia me marcó profundamente en mi formación como historiador. Carr y Garcia me enseñaron que la historia puede ser subjetiva, y que siempre depende de la mirada de quien lo escribe. Una lección que todavía uso cada día cuando abro un diario, miro la televisión, escucho la radio o navego por la red.

 

Los lectores de VÍA Emprendida han encomendado a nuestro colaborador Genís Roca que reflexione sobre las 'fake news' 

 

Según Carr, un historiador es como un tipo de pescador que navega por un tiempo rellenado de hechos como aquel quienes navega por un mar lleno de pescados, y donde su trabajo es mirar de pescar aquellos ejemplares que realmente lo pueden alimentar, aquellos hechos que realmente lo pueden ayudar a entender qué pasó. Según Carr, el historiador siempre trabaja con una visión parcial de los hechos pues nunca tiene toda la información posible, y tiene que discriminar si los indicios que ha obtenido son suficientes o no para entender el hecho histórico que quiere estudiar.

Hay historiadores que se complacen cuando encuentran indicios que confirman aquello que quieren creer y entonces dejan de buscar, dejan de contrastar, y sin investigar nada más consideran que ya saben qué pasó. Anna Maria Garcia nos hizo ver quehabía versiones muy diferentes de cómo fue el final de los más de 750 años de A el-Andalus a la península Ibérica y la llamada reconquista culminada por los Reyes Católicos. Unos hechos que sucedieron hace un montón de siglos, y que todavía hoy se leen de una manera u otra según las ojeras que te quieras poner, según los hechos que decidas elegir para explicar el pasado.

 

De fondo hay el debate de si el historiador puede conseguir ser imparcial o no, y aprendí que un historiador nunca es imparcial. Cómo tampoco lo es un periodista. Cómo tampoco lo puede ser un ciudadano. Vivimos una realidad, y esta nos condiciona a la hora de mirar, de leer y de intentar entender. Por lo tanto haremos bien si siempre dudamos de la información que recibimos, tanto si es sobre los Reyes Católicos cómo si es sobre el Proceso o las razones por las cuales un jugador decide abandonar el Barça. Hace falta que siempre estemos atentos a si el autor, o el divulgador de aquella información, puede tener ningún interés más o menos oculto al respeto.

"Aprendí que un historiador nunca es imparcial. Cómo tampoco lo es un periodista. Cómo tampoco lo puede ser un ciudadano"

 

Si el pasado está teñido de opinión, de miradas interesadas, medias verdades, mentiras y detalles escondidos, imagináis cómo es el presente. Nuestro principal problema no son las modernas fake news, sino las clásicas medias verdades. La proliferación de fake news en las redes sociales no ha empeorado demasiado nada, sino que por el contrario ha mejorado la conciencia que la información puede ser incorrecta, imprecisa, interesada o, incluso, directamente falsa.

Todos habéis sentido a decir que durante el Paleolítico los homínidos basaban su supervivencia en la cacería y la recolección y todos, todos, todos los libros de historia que leí de pequeño daban a entender claramente que los hombres cazaban y las mujeres recogían frutos. Y nunca, nunca, nunca he visto ningún indicio arqueológico que permita sustentar esta afirmación. Claramente, es una imagen de nuestro actual sexismo y machismo que proyectamos hacia nuestra manera de entender el pasado. Una mentira. Una fake news.

"Esperamos que VÍA Emprendida cumpla muchos años más. Necesitamos medios y gente en quién creer"

 

Siempre ha habido fake news y la solución siempre ha sido la mirada crítica. Si queréis estar seguros, dudáis de todo. Elegís vuestras fuentes, repasáis en qué autores podéis confiar, seáis exigentes con los medios que consultáis. Y esperamos que VÍA Emprendida cumpla muchos años más. Necesitamos medios y gente en quién creer.