Eloi Noya

Opinión

Las ventajas del 'crowdlending' enfrente otros activos de inversión

Después de más de tres décadas de crecimiento ininterrumpido, el pasado agosto la bolsa china se desplomaba con efectos severos e inmediatos en la renta variable de todo el mundo, generando una oleada expansiva que condujo, por ejemplo, a la peor caída de la IBEX 35 en los últimos tres años (-8,24%). Las dudas y temores sobre la fortaleza de la segunda economía mundial provocaron también ventas masivas en los mercados globales, favoreciendo en último término un ambiente de desconfianza e inestabilidad en las bolsas.

Este terrabastall a los mercados de capitales hace apenas un par de meses no es en cualquier caso ninguna novedad. Desde hace décadas, las subidas y bajadas de la bolsa derivadas de choques macroeconómicos o geopolíticos está aconteciendo una norma, dando lugar a grandes pérdidas de capital cada vez que los recelos impregnan los parqués internacionales. La crisis mundial, su derivada europea o el vía crucis griego son buenos ejemplos de este contexto de volatilidad constante.

Por si esta situación no fuera ya bastante compleja, estamos en una etapa donde la rentabilidad de los instrumentos tradicionales de renta fija se encuentra en mínimos históricos, y, de hecho, algunos inversores ya han sufrido importantes pérdidas apostando por un activo que siempre había sido calificado erróneamente como seguro. Este escenario movedizo, pero, ha dado impulso y visibilidad a nuevos activos a disposición de inversores de cualquier perfil y que ofrecen una atractiva relación rentabilidad-riesgo, como por ejemplo el crowdlending que llevamos a cabo desde plataformas como LoanBook.

Esta forma de inversión, cada vez más tendido a nuestro país y con un largo recurrido a países anglosajones y de nuestro entorno, consiste en la realización de un préstamo colectivo a una emprendida –modalidad que contribuye al desarrollo de nuestro tejido empresarial–, individuo o proyecto por parte de un grupo de inversores –que pueden integrar desde pequeños ahorrativos hasta inversores de banca privada, institucionales o family offices– a cambio de un determinado tipo de interés. Esta actividad se encuadra en el denominado sector fintech o tecnología financiera, una tendencia que está aconteciendo rápidamente una realidad y complemento en el canal bancario.

Así lo acredita de hecho su inclusión a la agenda de este año del congreso FICOD: la feria más destacada sobre economía digital en el Estado que se ha celebrado estos días en Madrid, y donde he tenido la oportunidad de hablar de las ventajas que el crowdlending plantea a pymes e inversores.

Principales ventajas del crowdlending frente al resto de activos
Parafraseando a James Levy, un prestigioso asesor internacional de inversiones, la diversificación adecuada de una cartera de créditos en una plataforma de préstamos peer-tono-peer (P2P) permite obtener resultados excelentes y consistentes en el tiempo y nos expone en un bajo riesgo de pérdida de capital. De hecho, los rendimientos medianos de la mayoría de prestamistas en crowdlending son muy bien un 4-5% superiores a los que se pueden conseguir mediante depósitos bancarios o bonos.

Además de este elevado regreso, otra ventaja del crowdlending frente a la renta fija tradicional es su descorrelació respecto a los mercados de capitales, que hace predecibles estos beneficios. Mientras los activos tradicionales de inversión están sometidos a la dictadura de los choques imprevistos y constantes a los mercados de capitales o a las subidas de los tipos de interés, el inversor de crowdlending opera en la capa de la economía real que no conoce este nerviosismo diario de los mercados, siempre a merced de cualquier noticia o rumor o que los desestabiliza.

La única amenaza de una inversión en crowdlending, mucho más improbable que las que afectan cada día los mercados de capitales, consistiria en un impago masivo de un gran número de préstamos de su cartera: una malastrugança inimaginable en una economía con unos fundamentales como la nuestra, y que sólo tendría lugar posiblemente en uno en torno a conflicto bélico generalizado donde se parara de forma severa la actividad económica.

Conjecturar sobre el riesgo de impagos es en todo caso importante por los inversores de un marketplace de préstamos. La tasa de incumplimiento o default se puede calcular fácilmente, y puede compensarse con una selección cuidadosa de préstamos, tanto por parte de la misma plataforma que los pone a disposición de los inversores, como por ellos mismos.

En el caso de LoanBook, especializado en préstamos a pymes consolidadas, hemos desarrollado de hecho un sistema que, por un lado, brinda una mayor transparencia al permitir a los inversores tener pleno control e información en tiempo real sobre sus operaciones, y, por la otra, evalúa en detalle las características de cada compañía que pide un crédito, y, un golpe decidimos autorizarlo, le asignamos un rating porque nuestros inversores puedan visualizar su perfil de riesgo.