Carnicería Vado, de la ganadería a la venta al por menor
Detrás el azulejo de este comercio centenario hay la sexta generación de carniceros; un negocio con historia que apuesta por el producto de proximidad y los derivados de la carne
Cuando el matrimonio de Salvador Vado Mateu y Catalina Vado Rosich empezó su negocio a finales del 1870 en Igualada seguramente no se podían imaginar que serían los fundadores de una alcurnia de carniceros con más de seis generaciones de historia. Inmaculada Vado, bisnieta de los fundadores, todavía despacha al azulejo de la carnicería familiar. Su marido, en Joan Alcoberro, está a punto de dejar las riendas del negocio en manso de su hijo Xavier que asegura así el relevo generacional de este comercio que ya forma parte de la historia del tejido comercial de la capital de la Anoia.
Hace más de un siglo la carnicería se creó para dar salida al producto propio. "Salvador Vado era ganadero y su mujer se encargaba de venderla a una carnicería que entonces ocupaba los bajos de la calle Borne", explica Joan Alcoberro. El año 1960, a raíz del derrumbe del mercado modernista de La Pajarera, la tienda se trasladó a su actual ubicación donde atiende familias que han comprado generación última generación.
Una clientela fiel que busca calidad
En muchos casos, la tradición ha pasado de padres a hijos. "Calculo que en los 40 años que estoy aquí he atendido tres generaciones y, en algunos casos, incluso cuatro", señala este carnicero. Su clientela se ha mantenido fiel a pesar de los malos momentos, como la crisis de las vacas locas a los 90 que supuso un fuerte golpe por el sector y una bajada importando de las ventas. "Pero el sector càrnic ya empezaba a aflojar un poco antes. Por eso, empezamos a hacer elaborados derivados de la carnicería", apunta Alcoberro.
Aquella apuesta resultó todo un acierto en un momento donde los hábitos de consumo empezaban a cambiar. "Antes la gente vendía a comprar un kilo de guiso, medio kilo de cordero. Ahora la gente joven compra más bien hamburguesas, croquetas... Además, no se va a medio kilo ni a kilos sino más bien a la unidad. Es otro sistema de consumo y comercialización del producto".
La apuesta por la innovación en los derivados de la carne
Siguiendo esta línea, la Carnicería Vado ha continuado innovando en el mundo de los productos derivados de la carne y ofrece actualmente una gran diversidad de productos que se adecúan a todos tipos de gustos y paladares. Por ejemplo, en el caso de las hamburguesas se pueden encontrar de todo tipos de carne (incluida la de buey), con setas o escalivada o incluso con kiwi y mango, una propuesta muy veraniega que incorporan estos días a sus mostradores.
"Casi cada semana ofrecemos productos nuevos porque los pruebe el cliente. Si tienen éxito los incorporamos de manera estable a nuestro surtido, sino pensamos de nuevos", explica Alcoberro. Esta carnicería, distinguida este año con un Premio al Establecimiento Comercial Centenario de la Generalitat de Cataluña, también ha innovado en el canal de venta. El año pasado inauguró una máquina de autoservicio que ofrece productos càrnics las 24 horas a su local de la calle Santa Simplici. Hamburguesas, pizzas, salchichas o morcillas a cualquier hora del día para adaptarse a los horarios, muchas veces apretujados, de algunos clientes.
Producto de proximidad y de calidad
Las grandes superficies no suponen, según el propietario de este comercio, una gran competencia porque ofrecen un producto diferente. "Nosotros somos especialistas en la venta al por menor y, como profesionales, vamos a buscar la máxima calidad", añade. El suyo es un producto de proximidad que vela por la calidad, con carne proveniente de la provincia de Lleida. Alcoberro tiene claro cuál es el secreto de mantenerse al negocio a lo largo de los años: "Te tiene que gustar el oficio y le tienes que dedicar muchas horas. Si lo haces, será un éxito".
Ahora tienen la vista puesta en un proyecto nuevo: un local de degustación para probar sus productos. La participación en diferentes acontecimientos de la ciudad como la Fiesta del Vino o más recientemente el festival gastronómico VadeFoodies los ha demostrado que "la mejor publicidad de nuestro producto es la degustación". Un ejemplo más de esta capacidad de innovación y de adaptarse a las necesidades de los nuevos tiempos sin perder nunca el bagaje y la experiencia de más de un siglo de historia.