Hacer frente al cambio climático es el gran reto colectivo de nuestro tiempo. Una responsabilidad compartida que requiere actuar de forma inmediata. Está en juego la vida tal como la conocemos hoy en día. El cambio climático amenaza la rica biodiversidad del planeta y plantea un gran desafío para las ciudades e industrias, que tendrán que ser capaces de superar sequías y episodios climáticos extremos que pondrán a prueba su resiliencia.
El Día Mundial del Medioambiente, que se celebra el 5 de junio, hace un llamamiento a la acción para restaurar los ecosistemas dañados por la actividad humana. De la salud de nuestros ecosistemas depende directamente la salud de nuestro planeta y de sus habitantes. Según las Naciones Unidas (ONU), unos ecosistemas sanos ayudan a protegernos de las enfermedades, puesto que la diversidad de especies hace más difícil la propagación de patógenos.
La rápida pérdida de biodiversidad requiere respuestas inmediatas. Por eso, la celebración del Día Mundial del Medioambiente marcará el lanzamiento del Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de Ecosistemas 2021-2030. Se trata de un plan de urgencia para proteger y revertir los daños hechos a la naturaleza antes de 2030, fecha límite para evitar los peores impactos del cambio climático.
El agua, clave ante la emergencia climática
El agua es uno de los elementos más afectados por la emergencia climática. Las proyecciones del Servei Meteorològic de Catalunya prevén que, a mediados de este siglo XXI, la temperatura aumente 1,4 grados centígrados de media anual en toda Catalunya y las precipitaciones se reduzcan alrededor del 7%. De hecho, actualmente ya llueve en verano un 35% menos que en los años 50 del siglo XX.
Según las Naciones Unidas, unos ecosistemas sanos ayudan a protegernos de las enfermedades, puesto que la diversidad de especies hace más difícil la propagación de patógenos
Aigües de Barcelona, comprometida con la preservación del entorno y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, es pionera en las propuestas de adaptación al cambio climático y la mitigación de este. La compañía apuesta por una estrategia basada en la economía circular, que pasa por potenciar la regeneración de agua para dar una nueva vida al agua que se depura en sus instalaciones.
Apostar por la regeneración y reutilización del agua
La reutilización del agua es una opción imprescindible para hacer frente al impacto de las sequías. Hay que tener en cuenta que la cuenca del Mediterráneo es una zona de gran tensión hídrica, que se ha disparado con el cambio climático, y salvaguardar la disponibilidad de agua es básico para la producción de alimentos y para mantener la calidad de vida en todos los territorios.
Dar una nueva vida al agua supone dárnosla también a nosotros y en el planeta. Apostar por el agua regenerada en el área metropolitana de Barcelona permitiría tener más resiliencia ante los impactos del cambio climático sobre los recursos hídricos y resiliencia territorial, y evitaría tener que recurrir a el agua del río Ter, cosa que favorecería el buen mantenimiento de su caudal ecológico.
La reutilización del agua es una opción imprescindible para hacer frente al impacto de las sequías
En el territorio metropolitano, se depuraron por Aigües de Barcelona en 2020 un total de 284 hectómetros cúbicos (hm3) de agua residual. Pero solo se reutilizaron 12,4 hm3, es decir, el 4,3% del total de agua depurada. Además, este volumen de agua reutilizada supone únicamente el 9% de la capacidad total de regeneración instalada en el territorio metropolitano. Es decir, hay mucho margen para el reaprovechamiento de un recurso que hay que incorporar a la gestión del ciclo del agua en los territorios impactados y vulnerables climáticamente, cómo es el caso del litoral catalán. El agua regenerada tiene múltiples usos y se puede usar, por ejemplo, como barrera contra la intrusión salina procedente del mar, para la limpieza de calles, el riego agrícola o el uso industrial, entre otros usos perfectamente regulados por la legislación.
Pero más allá de la regeneración del agua, podemos aplicar los conceptos de la economía circular en estas plantas de tratamiento, y convertirlas en fábricas de recursos (Ecofactories). Por ejemplo, los barros resultantes del proceso de depuración se utilizan para generar biometà, una nueva fuente de combustible verde para su aprovechamiento en autobuses urbanos, cómo lo demuestra el proyecto Life Nimbus realizado en colaboración con Cetaqua, y dónde también participan Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), Labaqua y la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).
Innovación y digitalización
Aigües de Barcelona ha reducido en un 42,86 % su huella de carbono desde el 2015, un indicador que mide las emisiones directas e indirectas de gases de efecto invernadero, y dispone de la flota de vehículos eléctricos más grande del área metropolitana de Barcelona, formada por 145 vehículos con el sello de calidad ambiental.
La innovación y la digitalización son fundamentales para liderar la transición hacia un modelo más sostenible y resilient. Por eso, Aguas de Barcelona ha llegado a acuerdos con startups cómo Wallbox, SmartMonkey y Bia
La Agenda 2030 de Aigües de Barcelona es su hoja de ruta para el desarrollo sostenible, y se basa en tres pilares: las personas, la ciudad y el medio ambiente. El objetivo es impulsar proyectos innovadores que permitan, a través del agua y la sostenibilidad, crear valor para Barcelona y su entorno metropolitano. La innovación y la digitalización son fundamentales para liderar la transición hacia un modelo más sostenible y resilient, por eso, Aigües de Barcelona ha llegado a acuerdos de colaboración con startups cómo Wallbox, SmartMonkey y Bia, entre otros.
Las alianzas con los agentes sociales y las administraciones son también uno de los signos de identidad de la compañía, que apuesta por un gran pacto social para garantizar una recuperación económica verde y justa basada en tres ejes: la solidaridad (no dejar nadie atrás), la ocupación de calidad y la reconstrucción verde. La colaboración publicoprivada es básica, en este sentido, para hacer frente a los retos planteados por el cambio climático y por la situación derivada de la pandemia.
Compartir conocimiento y experiencia es el camino para generar más valor y para hacer frente a los grandes retos. El cambio climático nos obliga a todos a buscar nuevas soluciones para cuidar los recursos más preciados que tenemos. El agua tiene muchas vidas. Aprovechémoslas todas.