El Consejo de Ministros ha aprobado un real decreto que obligará a los mataderos a instalar cámaras de videovigilancia para garantizar el bienestar de los animales que deben ser sacrificados y el cumplimiento de las medidas de seguridad sanitaria. La normativa, que fija el plazo de un año para que los centros se adapten a los nuevos requisitos, establece que las cámaras tendrán que situarse en las instalaciones donde haya animales vivos y también en los pasillos, zonas de descarga y donde se aturda y se desangre el ganado.
No hará falta registrar las zonas de espera en las que haya medios de transporte con animales dentro, pero sí que la empresa deberá llevar un control del tiempo de espera del ganado en los vehículos. En el caso de las aves de corral y el porcino, además, habrá que grabar los procesos de escaldado para comprobar que no se aplica a animales que presenten signos de vida. Las empresas tendrán que guardar las imágenes de descarga, alojamiento en corrales, conducción en la zona de aturdido, sujeción, sacrificio y desangrado hasta la muerte para que los inspectores autonómicos puedan comprobarlas. La medida es una herramienta adicional al control al que ya están sometidos estos centros.
En un comunicado, el ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha celebrado que la norma "situa a España al frente de Europa en esta materia" y que, aparte del bienestar de los animales que llegan al matadero, "mejora también las garantías seguridad alimentaria para los consumidores".